La iluminación espiritual

Fotografías para sonreír

POR: OSHO

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LA SONRISA

Sonrisa interna.

Cuando estés sentado sin nada que hacer, relaja la mandíbula inferior y abre ligeramente la boca. Empieza a respirar desde la boca, pero sin profundidad. Deja que el cuerpo respire, de modo que la respiración sea superficial y se haga cada vez más superficial. Y cuando sientas que la respiración es muy superficial y tengas la boca y la mandíbula sueltas, todo tu cuerpo se sentirá muy relajado.

No hace falta sonreír con los labios del rostro, es como si sonrieras desde el vientre. Y es una sonrisa, no una risa, de modo que es muy, muy suave, delicada, frágil, como una pequeña rosa que se abre en el vientre, permitiendo que su fragancia se extienda por todo el cuerpo.

Cuando conozcas qué es esta sonrisa, podrás sentirte feliz durante 24 horas. Y cuando sientas que estás perdiendo esa felicidad, cierra los ojos, y retoma otra vez esa sonrisa, que volverá a estar ahí. Durante el día puedes recuperar la sonrisa interna todas las veces que quieras.

Siempre está allí.

RISA

Para mí, el sentido del humor debe ser la piedra angular de la futura religiosidad del hombre.

LOS ASNOS NO SE RÍEN

¡Tus santos son como los búfalos y los asnos!

No ves a los asnos reírse, tampoco ves a los búfalos disfrutando con una broma. Solamente es el hombre el que puede disfrutar de una broma, que puede reírse. ¡Tus santos son como los búfalos y los asnos! Han caído muy bajo, han perdido algo de inmenso valor. Sin la risa el hombre es como un árbol sin flores.

Pero la sociedad necesita gente seria: presidentes, primeros ministros, vicecancilleres, profesores, papas, shankaracharyas , ayatollahs, imans, toda clase de sacerdotes, maestros, comisionados, recaudadores, gobernadores... Todos tienen que ser serios. Si tienen algún sentido del humor, la sociedad teme que pierdan la eficacia. Si poseyeran sentido del humor se volverían humanos. Se espera de ellos que sean como máquinas. El modo de caminar de Adolfo Hitler es mecánico. Mira su retrato, la manera cómo está de pie, cómo camina, cómo recibe el saludo y cómo saluda. Parecen casi mecánicas, como si en vez de un hombre fuera un robot. Su cara, sus gestos, todos son como los de un robot. Convirtió a toda Alemania en un robot. Destruyó a Alemania más que a nadie, pero creó un ejército muy eficaz. Un ejército eficiente solo es posible si la gente pierde toda inteligencia y todo aquello que la inteligencia comprende.

El sentido del humor es una de las cosas más esenciales de la inteligencia. En el momento en que lo pierdes, perderás también la inteligencia; cuanto más sentido del humor tengas, más inteligente serás. No se trata de cómo destapar el sentido del humor; simplemente elimina las barreras. Ya está ahí. Solo elimina algunos obstáculos que tus padres y la sociedad te han impuesto para impedirlo. La sociedad te enseña el control sobre ti mismo y el sentido del humor significa relajación...

No puedes reírte ante tus mayores, ni frente a tus maestros, ni frente a tus sacerdotes, ni puedes reírte en las iglesias.

Y los cristianos dicen que Jesús nunca se rió. ¡No puedo creer que él fuera un búfalo! Era uno de los hombres más grandes, más inteligentes, que jamás haya caminado sobre la tierra. Debió de haber reído y disfrutado. Fue un hombre más terrenal que Buda. Vivió apasionadamente y más intensamente que ningún otro iluminado que jamás haya existido. Amaba la compañía de las mujeres. Tenía bellas discípulas, hasta la prostituta más famosa de aquellos tiempos, María Magdalena. Amaba comer y beber. Fue la única persona Iluminada que amaba el vino. ¡Un verdadero hombre! Y amaba mucho las fiestas. Todas las noches había fiesta y la fiesta se extendía durante horas.

Jesús era un hombre de la tierra. Repetía muchas veces, muchas veces: Soy el hijo de Dios... y repetía muchas más: Soy el hijo del hombre. Estaba más cerca de la Tierra que del cielo. Era una persona muy terrenal. Tuvo que haber reído, gozado. Pero los curas y los papas y las iglesias son muy serios. Entrar a una iglesia es como entrar a un cementerio. Tienes que estar serio, tenso.

Todo eso tiene que ser desechado.

LAS PINZAS

En Londres, Lady Ashcroft decidió ofrecer una fiesta y para ello contrató a una criada, la señorita Scapeccia, quien recientemente había emigrado a Inglaterra.

Más tarde en la noche cuando los invitados se fueron, Lady Ashcroft dijo:

EL RELOJ

Brambilla le dio a su hijo Aldo como regalo de boda doscientos dólares.

Dos semanas después le preguntó:


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