La iluminación espiritual

Falsos y verdaderos cristianos ante Cristo

POR: PATROCINIO NAVARRO

Imagen; Falsos y verdaderos cristianos ante Cristo; Patrocinio Navarro

CRISTIANOS VERDADEROS Y ORIGINARIOS

Desde dos meses antes de las fiestas navideñas los grandes almacenes y la tele-tienda que es la TV nos dejan oír su reclamo de villancicos que hablan de paz mientras nos muestran todo lo que debemos desear para tenerla, pues la paz y la alegría pretende asimilarse con la posesión, el lujo, el capricho y toda clase de bagatelas.

Enmascarada de Navidad se celebra, como cada año, la gran feria mundial del consumo en lugar de lo que significa y tiende a olvidarse: la celebración del nacimiento del Ser más puro que jamás ha pisado este Planeta: Jesús de Nazaret, en la ciudad de Belén, enclave hoy tan alejado de la paz como lo está el consumismo navideño de la Navidad.

Tampoco tienen paz los animales, pues más de dos millones de ellos serán asesinados (las cosas por su nombre) para satisfacer el exigente paladar navideño en medio de cánticos de paz y alabanzas. Y esto tan solo en España.

El matiz religioso lo pone la figura infantil encerada de un niñito Jesús que se exhibe cada año en los templos para ser recordado tan desnudo como mudo en la proximidad de algún retablo del Jesús crucificado, aparentemente vencido por la muerte o dentro del ataúd de vidrio. Y callado, por supuesto.

La utilidad de un Cristo mudo

El silencio de Cristo permite a las castas sacerdotales de las iglesias llamadas cristianas hablar lo que quieran usurpando el nombre de Aquel a quien no se quiere dejar hablar. Y es que Su mensaje es bien incómodo para los supuestos cristianos, pues de hacerse oír las gentes terminarían por ver desenmascarados a estos impostores que dicen representar la doctrina del Nazareno pero viven y actúan en sentido contrario, asumiendo para uso propio la pompa y vanidad satánica que luego exigen renunciar a sus pequeños bautizados, que tampoco pueden hablar. Y es que a las iglesias les gusta tanto el silencio, que no contentos con el que exigen para no ser criticados por los hombres harían callar a Dios si pudieran del mismo modo que pretenden hacer callar a Su Hijo en versión infantil o en lo alto de la cruz.

Hace poco, este Papa habló del silencio de Dios, de que Dios calla, harto de los pecados de los hombres. Así podía justificar el reinaugurar el Infierno, que su antecesor había imaginado circunscrito a un estado del alma, pero no a un lugar, y menos a un lugar de eterna condenación. (Siempre está implícita en el falso cristianismo la idea de un dios castigador, vengativo y juez inmisericorde en lugar del Dios que es amor infinito que Cristo nos mostró para desterrar esa idea.

Pero el deseo de hacer callar a Dios y burlarse de Cristo es más complejo, pues se enmarca dentro de un vasto plan de oposición frontal a Dios, nuestro Padre, mantenido durante siglos y cada vez más descarado a medida que las circunstancias de la humanidad se agravan y obligan a definirse a favor o en contra de las leyes divinas.

La negación de las enseñanzas del cristianismo originario

Es esencial recordar que Jesús el Cristo no vino aquí para morir por nuestros pecados, sino a mostrarnos el camino para purificar nuestras almas y volver a nuestro origen divino. Este camino es el Sermón de la Montaña, el núcleo doctrinal del cristianismo. Las iglesias, sin embargo, lo consideran utópico y renuncian a él, como si el Maestro fuese una especie de visionario romántico y un iluso. Y mientras desprecian ese camino espiritual interno montan toda clase de ritos y ceremoniales externos con el único fin de atrapar a creyentes a través de esas puestas en escena teatrales a las que tan dados son y que nada ayudan a las almas purificarse ni a evolucionar. Solo las deslumbran y engañan con ritos, tradiciones y supersticiones paganas o con leyes que nada tienen que ver con Dios.

Mientras afirman que Cristo nos lavó nuestros pecados con su muerte en la cruz ( lo que no es verdad) niegan el verdadero sentido de la Redención: que con las palabras Todo está consumado pronunciadas en el Gólgota, una parte de la herencia divina de Cristo, una chispa de Su propia energía penetró en el alma de cada uno de nosotros para fortalecer nuestras almas e impedirles una involución que nos hubiera conducido hasta disolvernos como energía en el éter original, lo que era y sigue siendo el propósito del enemigo de Dios: hacer girar la Creación en sentido contrario, hacia su destrucción final. Por eso conviene mucho a la Iglesia poner siempre un Cristo muerto como un trofeo del enemigo de Dios antes que imágenes de la resurrección del crucificado, que harían alusión a una victoria contra la muerte, serían una prueba del amor del Padre a Sus hijos, una manifestación del poder de Dios sobre sus contrarios y una muestra de que no debemos albergar duda alguna sobre nuestra propia inmortalidad.

Las iglesias, en cambio, en vez de altavoces de la resurrección prefieren un Cristo muerto y callado o un bebé en el pesebre de Belén que no diga nada...Un dios eternamente mudo.

Negación de los Mandamientos

Jesús predicó el amor, la paz y la unidad mientras las iglesias predican la división y el enfrentamiento cuando conviene a sus propósitos de poder y gloria mundana. Jamás se declaran pacifistas ni actúan en defensa del medio ambiente. Hablan de guerras justas y jamás se oponen a los genocidios terribles y lacras sociales que soporta la humanidad y que cometen sus amigos poderosos a los que protegen y reciben en audiencias solemnes. Para las iglesias el quinto mandamiento está de más. La historia de las persecuciones religiosas, las hogueras de la Inquisición, junto a las guerras territoriales en Europa, a su papel colaborador en el genocidio americano y con los fascismos en todos los continentes lo deja bien claro: el quinto Mandamiento no tiene importancia para los falsos cristianos. Para los verdaderos, la ley del amor es la ley básica del Universo y la paz con el prójimo, que nace de su condición de ser todos hijos del Dios del Amor, es un pilar básico de la fe activa. (Fe activa es la del que trabaja para eliminar sus defectos y potenciar sus cualidades espirituales, y al hecho de creer añade que realiza aquello en lo que cree). De nada sirve la creencia si no actúa la conciencia. Los falsos cristianos se ríen de ella.

Los falsos cristianos y los animales

Cristo nació entre animales para mostrar su humildad y su amor a los pequeños hermanos que tienen sentimientos tan parecidos a los nuestros, y fue vegetariano como lo fueron sus apóstoles y discípulos antes de la degeneración de los cristianos, y como lo fueron cristianos originarios como los cátaros, perseguidos y exterminados por la iglesia aliada con el poder civil. Pero las iglesias que se llaman cristianas celebran la Navidad con banquetes de toda clase de animales especialmente aderezados. Es preciso mencionar que no son los únicos: los musulmanes actúan igual con los animales. En su ritual Fiesta del Cordero, y solo en España,-donde hay un millón y medio de población musulmana, -se calcula que han matado cerca de cuatrocientos mil corderos.

La iglesia ni acepta que los animales tienen alma, a pesar de que sienten emociones. Tampoco puede resultar tan extraño si se piensa que también a la mujer se le negó durante siglos que la tuviera y fuese considerada como un instrumento del enemigo de Dios para seducir a los hombres.

Como almas, tienen los animales una parte espiritual en proceso evolutivo hacia formas superiores de conciencia, como todo lo creado por Dios, pues en la Creación todo se mueve hacia formas superiores de conciencia.

Aquí tenemos el más importante fundamento del vegetarianismo: los animales son criaturas de Dios dentro de la corriente del plan de Dios para Sus criaturas. Esto no tiene importancia para las iglesias, que así se oponen a Dios también de esta manera.

El quinto Mandamiento, sigue estando de más para los falsos cristianos… Por tanto, el amor se desprecia, pues quien ama no mata bajo ningún pretexto.

Matar es despreciar a Dios. Y los falsos cristianos han matado tanto que uno puede asombrarse que todavía se hable de un Occidente Cristiano. En todo caso se trata de un Occidente de católicos y otros opositores a Cristo igualmente disfrazados como corderos, siendo lobos.

¿Y la justicia? ¿Y la democracia?

Cristo habló de igualdad y de ser justos. Justo es quien cumple las leyes divinas, pero las iglesias no las cumplen y practican la desigualdad en sus propias organizaciones, donde existe una verdadera división en clases sociales estructuradas en una jerarquía rígida desde simples curas auxiliares hasta el Papa, el vértice de la pirámide y último vestigio de los faraones auxiliado como estos por su corte de nobles cardenales, funcionarios sumisos, criados, vasallos incondicionales y soldados armados.

A un cristiano le resulta difícil creer que Jesús de Nazaret, que nació en una caballeriza de Belén, pudiera aprobar algo así. Y mientras los más altos en la jerarquía viven en palacios y llevan una vida de príncipes, los más bajos en la escala, viven a cargo del Estado y de las ayudas de sus parroquianos, pero del Vaticano no reciben más que órdenes a las que están obligados a someterse sin rechistar. Los príncipes de las iglesias nunca dan: reciben, solo reciben., olvidando que la ley divina, que es ley del Universo es dar y recibir.

Democracia es una palabra inexistente en las iglesias cristianas: nombrar a los dirigentes es cosa de otros dirigentes superiores, pero nadie de una parroquia elige a su cura, menos a su obispo, y en cuanto al Papa, Patriarca o equivalentes es hasta inimaginable pensar en elegirles por votación: el último de los faraones queda muy lejos de la elección de las masas.

Todo el mundo sabe que los ejércitos son organizaciones antidemocráticas y rígidamente estructuradas para matar y que no defienden la justicia, sino la injusticia de los poderosos, pero eso no es obstáculo para que haya en sus filas sacerdotes oficiales de alto rango para bendecir y legitimar las guerras y animar moralmente a sus soldados para sobrellevar sus crímenes. Teniendo en cuenta que los primeros cristianos eran pacifistas y se negaban a servir en las legiones romanas, a pesar de las penas de muerte por insumisos, hay que reconocer que el cambio ha sido mayúsculo.

¿Son cristianos estos cristianos?

Las iglesias ante los problemas del tercer mundo.

A diario tenemos noticias sobre los angustiosos problemas del tercer mundo: los cerca de mil millones de hambrientos oficiales, las migraciones de muchos de estos hambrientos desesperados que se juegan la vida que de todos modos van a perder seguro si se quedan, los cayucos con ahogados, las injusticias y abusos infinitos contra las mujeres, el machismo salvaje que las asesina, viola, prostituye, explota, maltrata, priva de educación, o las relega como sub-personas en todas las razas y culturas. ¿Escucharon protestar a los altos mandatarios de las iglesias? ¿Convocaron a los creyentes para manifestarse contra las injusticias como les convocan para hacerlo contra el divorcio o los matrimonios gays?

Infame el silencio de los jerarcas católicos y de otras iglesias institucionales tan hipócritas como ellos sobre los 218 millones de niños que trabajan en minas y en una infinidad más de labores, y son reclutados para las guerras, secuestrados, violados hasta por el propio clero en todas partes del mundo. Y no acaba aquí la lista de injusticias sociales y morales lacerantes cuya lista se alargaría. Ni los llamados teólogos de la Liberación dejan de ser sumisos a las mismas jerarquías que les hacen imposible practicar el cristianismo evangélico. También creen que el catolicismo es cristianismo. Cuánto va a costar desterrar de esta civilización que cristianismo no es catolicismo, ni luteranismo ni cualquiera de esas iglesias con el nombre de cristianas, como no lo son los partidos políticos que tienen el apellido de cristiano, ni los dirigentes políticos que se definen como cristianos, juran sus cargos sobre biblias, acuden a audiencias del Vaticano como huéspedes privilegiados, y a la vez firman una pena de muerte, envían a la policía contra los obreros que protestan por las injusticias sociales o a una guerra a hijos y hermanos vestidos de uniforme…Y las iglesias callarán como siempre lo hacen: con un silencio astutamente calculado. Pero si el drama es demasiado evidente y se sienten en el punto de mira social obligados a definirse entonces hablan de tal manera que nadie se ofenda por nada, especialmente sus amigos y protectores: los gobernantes y los ricos: sus compañeros de festín mundial.

Siempre la doble moral

A las iglesias les preocupa más si se usa o no preservativo, si se criminaliza por ley a los abortos, si se divorcian las parejas o si se casan los homosexuales que si a diario se usan armas de destrucción masiva, se lanzan bombas de racimo o químicas contra poblaciones indefensas, se siembra la Tierra de minas anti personas, se comercia con armas para alimentar nuevos conflictos y se dejan huérfanos y viudas sin cesar en los territorios donde los amigos de los falsos cristianos roban recursos ajenos. ¿Cuándo claman los falsos cristianos contra tantas y tantas formas de la barbarie sistemática que atenta contra las leyes de Dios y en nombre de Cristo exhortan por su final a los poderosos y organizan movilizaciones para oponerse?

Ante estos crímenes diarios contra la humanidad y las causas que los provocan, las iglesias callan. Y es que el séptimo Mandamiento tampoco es el punto fuerte de las iglesias, porque la guerra es una excusa para robar bienes ajenos, como es bien sabido por las jerarquías religiosas que ni se oponen a ellas ni al expolio. ¿O es que oyeron a algún jerarca religioso referirse a la explotación de las minas de coltán, causa de la guerra en Congo, o a la guerra contra Irak para apropiarse del control del petróleo? Y eso es otra coincidencia con el capitalismo: estar en contra de la propiedad privada, pero solo de la ajena: la suya es intocable. Si hay catástrofe humanitaria se sacan las huchas a la calle, se ponen anuncios gratuitos y se lanzan llamamientos a la conciencia del prójimo para que dé limosnas, pero los dirigentes del clero jamás empeñan ni el más pequeño de sus muchos tesoros. Para ellos, la pobreza es intolerable. Pero solo la suya, claro está.

Los verdaderos enemigos del cristianismo no son los ateos

Cristo nació en un pesebre y predicó la pobreza con su ejemplo durante toda su vida ¿no es cierto?..Y la tolerancia. Pero la avaricia, la envidia, la intolerancia y el fanatismo condujo a que haya católicos, y luego muy diversas ramas del cristianismo, iglesias de diferentes nombres mirándose con recelo entre sí.

Ninguna de las iglesias admite la libertad de conciencia, de la que se sienten administradores, celosos guardianes y a poco que se les deje, furiosos inquisidores (ahí está su sangrienta historia que nada tiene que envidiar a los nazis). Pero coinciden en algo esencial: negar a Dios y fabricar ideas falsas del Creador que han conducido al ateísmo a más personas que todos los librepensadores, agnósticos y descreídos materialistas juntos que hayan existido en todos los tiempos. Los falsos cristianos son los verdaderos enemigos del cristianismo.

Del amor de Dios, ¿qué hicieron? Un infierno...

Cristo habló del amor infinito y de la misericordia infinita de Dios; de un Padre del Amor. Las iglesias, en cambio, Le convirtieron en juez vengativo, creador de un supuesto infierno eterno al que se supone que van los que no son cristianos. Tienen suerte las jerarquías de que no exista.

De lo que Cristo habla es de planetas semimateriales y espirituales a donde vamos los que dejamos este mundo material antes de reencarnar, estados intermedios que no son ninguno de los siete cielos a donde solo es posible acceder cuando seamos los seres puros que fuimos antes de la Caída.

¿Y qué eso de la reencarnación?

Cristo habló de la reencarnación precisamente como una prueba de la paciencia y bondad divina que nos permite limpiar poco a poco nuestra alma a través de sucesivas oportunidades de vida en la Tierra con el fin de purificar lo que en los mundos del más allá es mucho más lento y que en una sola existencia terrenal difícilmente se consigue. Pero la iglesia oculta la reencarnación y siempre persigue a quien la proclama, incluidos padres fundadores de la propia iglesia como el obispo Orígenes.

La iglesia no explica, pues el sentido y finalidad de la vida en este mundo, permitiendo a sus seguidores vivir en una mezcla de miedo al más allá y de incertidumbre existencial y doctrinal.

La definitiva mentira de las iglesias

Y por último, la mayor de las imposturas del falso cristianismo es haber hecho creer simplemente que Cristo fundó una Iglesia, y nombrado un representante que se perpetúe de generación en generación, reinando sobre una casta sacerdotal que se atribuye poderes mágicos: perdonar los pecados y convertir una ostia en Cristo, nada menos. ¿Quién puede creer esto? ¿Se piensan que pueden engañar a Dios? ¿O es que no creen en él verdaderamente? Y habló un Papa sobre ese cuento de la historia de Jesucristo. ¿Notaríamos muchos cambios en las iglesias si sus dirigentes fuesen ateos?

Piensen en esta pregunta tranquilamente

Entre tanto, se canta en la misa del gallo de Nochebuena. ¿Se llama así porque al terminar se lo comen en casa mientras suena Noche de Paz, noche de amor...?

Por mi parte prefiero oírle cantar el día de Navidad celebrando la vida a la que tiene tanto derecho como usted mismo, como tú mismo si te consideras mi hermano, como cualquier hijo de Dios.


RELACIONADOS

«Falsos y verdaderos cristianos ante Cristo»