La iluminación espiritual

Cúrcuma - turmeric | hierba curativa ayurveda

CUANDO LA NATURALEZA SE PROPONE CURAR

Si usted sufre de llenura, de mala digestión, que come cualquier bocado y siente como si hubiera tragado un rinoceronte, tal vez necesite depurar su hígado. Es decir, desintoxicar su sistema digestivo.

Si usted sufre de llenura, de mala digestión, que come cualquier bocado y siente como si hubiera tragado un rinoceronte, tal vez necesite depurar su hígado. Es decir, desintoxicar su sistema digestivo.

Pero, un momento: no corra a la droguería a buscar un remedio. Diríjase más bien a un supermercado y compre los siguientes productos: sábila, limón, jengibre en polvo, pimienta negra en grano, un frasco de miel de abejas.

Con la bolsa del mercado, llegue a su casa y ponga en una licuadora: un trozo de más o menos 4 centímetros de cristal de sábila (lo obtiene al quitar la cáscara exterior), el jugo de un limón, ojalá maduro o de cáscara amarilla, tres granos de pimienta negra recién triturada, miel de abejas (al gusto). Este es el que los que saben de nutracéutica llaman el ponche de sábila. Usted se lo debe tomar en ayunas, ojalá durante 48 días.

Este ponche, dicen, es capaz de regenerar al hígado más cansado e intoxicado.

Pero, ponga atención: si usted no quiere perder peso, o si sufre de úlcera, disminuya a una la cantidad de granos de pimienta negra. Si sufre de diabetes, reemplace la miel de abejas por stevia. Si está embarazada o sospecha que pueda estarlo, absténgase de tomar el ponche porque la sábila no le es recomendada. Tampoco lo es para niños menores de 7 años.

Para concretar, es interesante darse cuenta que las recetas, aún las que son hechas con base en ingredientes naturales, orgánicos, no elaborados, esas recetas también deben ser diseñadas por quien sabe. Es decir, quien ha estudiado e investigado lo que ofrece la naturaleza y quien, además, tiene sólidos conocimientos de medicina. Porque, como es fácil darse cuenta, una misma hierba puede hacer mucho bien cuando se utiliza de la manera adecuada, pero igualmente llega a ser nociva, capaz de intoxicar si no se le sabe usar.

Hablemos entonces de lo que el biólogo Mario F. Chaves Solís denomina la medicina geográfica: es la aplicación de los productos que ofrece la naturaleza para mantener el bienestar o para buscar una curación. Es, en otras palabras, la nutracéutica, una tendencia que se ha estado imponiendo en el mundo de buscar remedios en los productos naturales, y no en los productos farmacéuticos.

Funciona? Algunos creen que sí. Otros son francamente escépticos. De todos modos, resulta interesante rescatar los valores nutricionales de tantos alimentos que consumieron y siguen consumiendo los pueblos autóctonos y que, al decir de los mismos indígenas, pueden llegar a obtener resultados sorprendentes. De hecho, numerosos son los laboratorios multinacionales que se han comprometido en la investigación de varios de productos que solo nacen y se reproducen en climas tropicales..

Tomemos el caso de la stevia. Algunos también la conocen como stevia. Esta, que es la hoja de un arbusto que solo se encuentra en tierras suramericanas, se presenta hoy como la gran alternativa natural para remplazar el azúcar. Japón es su mayor consumidor. De acuerdo con los estudios, el poder edulcorante de la planta es 300 veces más fuerte que el de cualquier azúcar.

La misma stevia tiene la ventaja de endulzar con un porte nulo de calorías (cero calorías). Y, entre sus otras cualidades está la de se estimulante de la función pancreática, por lo cual es benéfica para los diabéticos. Se puede igualmente utilizar como mascarilla pues tonifica la piel. Como si fuera poco, ayuda así mismo a regularizar la tensión arterial y los mismos niveles de glicemia en la sangre.

Veamos otras plantas, raíces y hojas autóctonos de estas tierras, que también proporcionan inmensos beneficios.

Recuerda la que llaman papa del pobre, también conocida como guatilla o cidra o chayota? Pues este producto, que la misma FAO aconseja que sea rescatado como alternativa promisoria contra la desnutrición, es un gran estimulador del sistema de defensas. Si se le consume con frecuencia, ofrece además propiedades antioxidantes. Limpia o desecha los radicales libres culpables de los procesos de envejecimiento y deterioro de las células.

La papa del pobre es baja en calorías, y se le puede consumir cruda o cocinada. Dicen que es sabrosa cuando se le come con fríjoles.

Y aquí van otros:.

  • El chachafruto o balú. Que crece en los páramos de Cundinamarca. Que, según los estudiosos, tiene propiedades de oxigenante celular. Si no lo recuerda, vaya al supermercado que, muy probablemente lo encontrará: se parece a una vaina de fríjoles o de habichuelas pero de tamaño bastante mayor. Se pela y se cocina.
  • La cúrcuma, o yuquilla de los arhuacos. Investigaciones se encuentran en curso para confirmar sus propiedades como anticancerígeno. Es muy utilizado en la India en donde se le considera como benéfico para estabilizar el azúcar en la sangre. La cúrcuma, que muchos usan como colorante de alimentos, es antiinflamatorio y ayuda a cicatrizar. De la misma raíz se procesa el cury.
  • El jengibre. Gran protector del sistema circulatorio, algunos la consideran como una aspirina natural. El jengibre, que es un tubérculo, se puede consumir en tajadas muy delgadas (a la usanza de los japoneses), o elaborado y procesado en polvo, como condimento. Es un tónico digestivo y, como tal, se puede preparar en infusión para contrarrestar la flatulencia.
  • La sábila. Se han difundido sus bondades como producto básico de la industria de cosméticos y champús. Pero la sábila tiene muchas otras propiedades, entre las cuales la de ayudar a cicatrizar heridas, a calmar quemaduras (se aplican la pulpa o cristales sobre la quemadura renovando cada cinco minutos con nuevos pedazos). Es igualmente desintoxicante de metales pesados producidos por la contaminación tales como mercurio, plomo y aluminio. Para tales efectos, es suficiente licuar con la fruta del jugo un trozo pequeño de la hoja desprovista de su cáscara.

Más recetas

Si quiere tener una mejor digestión, prepare una agua aromática con una cucharadita rasa de jengibre en polvo, media cucharadita de cúrcuma, dos cucharadas de semillas de cilantro recién trituradas. Déjelas hervir en cuatro tazas de agua. Tómese después de las comidas.

Contra el estrés: dicen que no hay nada mejor que el aceite de ajonjolí. Si tiene tiempo y paciencia, hágase un masaje en todo el cuerpo con el aceite (se consigue en los supermercados). Si está de afán, limite el masaje a las plantas de los pies y a los párpados.

Contra el estreñimiento: licuar un trozo de papaya con un pedazo de la cáscara y ocho semillas de la misma. Tomar un vaso durante un mes, a cualquier hora del día.

Y finalmente, contra la depresión: secar varios limones partidos en cuatro. Molerlos en seco. Diluir en agua o jugo una cuchara de este polvo, dos veces al día.