La isla

Cuento zen con moraleja

No se necesita que a las personas les enseñen a mirar. Necesitan que las libren de la programación cultural y religiosa que las mantiene dormidas y ciegas.

Imagen del cuento: La isla

Cuento zen sobre la programación

Aquel anciano había pasado la mayor parte de su vida en la que se consideraba una de las más hermosas islas del mundo. Y ahora que había regresado a la gran ciudad para pasar en ella sus últimos años, alguien le dijo: Tiene que ser fantástico haber vivido tantos años en una isla que es considerada como una de las maravillas del mundo...

El anciano reflexionó unos momentos y dijo: Bueno..., para serle sincero, si yo hubiera conocido la fama de la isla, la habría mirado con más detenimiento.

MORALEJA

No se necesita que a las personas les enseñen a mirar. Solo necesitan que las libren de la programación cultural y religiosa que las mantiene dormidas y ciegas.

Los árboles crecen y siguen creciendo sin que nadie les enseñe como. Los animales, los pájaros, toda la existencia NO necesitan programación. La idea misma de programar implica básicamente crear esclavitud, y durante miles de años el hombre ha estado creando esclavos con distintos nombres. Cuando la gente se harta de un nombre, lo reemplaza inmediatamente por otro. Unas cuantas modificaciones en el programa, unos cuantos cambios aquí y allá en el condicionamiento, pero la cosa fundamental sigue siendo la misma: La sociedad, la generación anterior, quiere que sus descendientes sean de cierta forma, que sigan dormidos.

Un hombre dormido puede soñar que está en cualquier lugar del Universo. Desde ese punto de vista, estar despierto le parecerá que está a miles de vidas de distancia. Pero se trata de un sueño; en lo que se refiere al hecho real de estar durmiendo, el despertar está muy cerca.

Puedes despertar en cualquier momento.

Cualquier situación puede hacer que despiertes.

El sueño es la distancia. Por supuesto, para soñar hay que dormir, pero en el momento que despiertas el sueño desaparece, y con él desaparece también todo el mundo de los sueños.

La verdad es que el despertar es la realidad que está más cerca de ti, está justo a tu lado. No está lejos, por eso no puede convertirse en un objetivo. Todos los objetivos pertenecen al sueño, todos los logros pertenecen al sueño.

El despertar no puede ser un objetivo porque el hombre que está dormido ni siquiera puede pensar en lo que sería el despertar. Mientras sueña, no puede hacer del despertar su objetivo, eso es totalmente imposible. O el objetivo que formule será totalmente diferente de la realidad de la iluminación.

La iluminación es parte de tu consciencia de vigilia.