Cristo habla de la iglesia
Esto demuestra que la Biblia está rebosante de contradicciones. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento está escrito que Dios dice a través de Moisés.
CRISTIANOS ORIGINARIOS
LA RELIGIÓN INTERNA DE LOS CRISTIANOS
EL CRISTIANISMO ORIGINARIO ANTE SUS FALSIFICADORES
Jesús no fundó ninguna iglesia, Él no fue a ninguna iglesia - ¡Nosotros tampoco!
Él vino hace 2000 años para traernos a nosotros, los hombres, el camino, la verdad y la vida, la reforma interna. Ésta fue profanada por las iglesias institucionales para fundar una religión externa. Por ello Cristo manifiesta hoy nuevamente a través de la palabra profética el Reino de Dios, cuyo fundamento son los Diez Mandamientos de Dios, el Sermón de la Montaña y el Padrenuestro. Quien sigue a Jesús, el Cristo, sin atarse a curas ni sacerdotes, alcanza felicidad, seguridad y libertad, gana la vida interna y experimenta la cercanía de Dios. Esto es vida en la vida diaria.
El sacerdocio es de origen pagano.
Los sacerdotes tenían que apaciguar a los dioses.
Siempre se trataba de actos externos:
Cultos rituales, prácticas mágicas, sacrificios de animales y de personas.
En el Nuevo Testamento de la Biblia han sido transmitidas a la posteridad muchas palabras de Jesús. Leemos, por ejemplo, en Mateo 23, 8-9: Pero vosotros no os hagáis llamar rabí, porque uno solo es vuestro Maestro, y todos vosotros sois hermanos. Ni llaméis padre a nadie sobre la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el que está en los cielos. De estos versículos se sabe que eran los escribas y fariseos los que de buen grado se hacían llamar rabí. A los escribas de aquel entonces en la actualidad se les llama sacerdotes, pastores, obispos, cardenales hasta llegar al llamado Santo Padre –a quien, como Jesús mandó, no se le debería llamar padre.
Para poder llegar a ser sacerdote primero hay que ser escriba. Todos los teólogos estudian el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y conocen a fondo la Biblia. Por tanto, los escribas de la actualidad son efectivamente los teólogos, y para llegar a ser sacerdote primero hay que ser teólogo.
Según las palabras que nos han sido transmitidas de Jesús, el Cristo, Él estaba en contra de los escribas. ¿Por qué? La teología es una creación de la institución llamada Iglesia, de modo que de toda la teología se podría decir: Aquí Dios ya no tiene más acceso, sino que solo la obra de enseñanza de esa Iglesia.
Una de las citas de Jesús dice que los escribas cerraban el Reino de los Cielos a las personas, porque siempre se referían a la obra de enseñanza que había en aquellos tiempos. Los escribas actuales se refieren a la obra de enseñanza que entretanto ha crecido a lo largo de los siglos y se ha convertido en algo tan complicado y contradictorio, que se puede decir que se necesitan años para poder grabarse todo eso en el cerebro, para poder entenderlo con el intelecto. Por su parte la enseñanza de Jesús era muy sencilla. Jesús quería que las personas encontraran el acceso a una relación viva con Dios, con su Padre celestial.
¿De dónde procede el término escriba? Los sacerdotes, los escribas, como aquellos contra los que habló Jesús, el Cristo, existían ya antes de Abrahán, puesto que en todas las religiones primitivas desde la edad de piedra ya se practicaban cultos rituales y prácticas mágicas. Esto fue así en los pueblos de la edad de piedra como también en las llamadas primeras civilizaciones desarrolladas. Por ejemplo, en el antiguo Egipto, en el que había un buen número de divinidades, había también sacerdotes que habían estudiado por tanto las escrituras, la tradición de aquel entonces y que estaban a cargo de llevar a cabo actos sagrados. Aquí nos encontramos siempre con religiones externas que pensaban que se podía apaciguar a Dios por medio de rituales externos, y que así era posible obtener la clemencia de los dioses. Por tanto, en estas religiones no se trataba de una transformación interna del ser humano, sino que se trataba siempre de una actividad externa.
En tiempos de Abrahán había cultos y festividades especiales para diversos dioses, de los que se creía que vivían en sus templos. Aquí estaban a su servicio servidores humanos. Los soberanos de la ciudad eran considerados representantes terrenales de los dioses.
En Mesopotamia, la interpretación de presagios y la predicción del futuro eran componentes importantes de la religión. Los sacrificios de animales tenían que apaciguar a los dioses y hay referencias que indican que los fenicios, sucesores de los cananitas, sacrificaban a niños, a menudo incluso a los recién nacidos. Todos los soberanos de la región de Mesopotamia se consideraban representantes de Dios, y una gran parte de sus obligaciones consistía en el ejercicio de ceremonias sacras que tenían el objeto de rechazar lo malo y ganarse el apoyo de los dioses. Hoy calificamos esto como una forma del paganismo.
Los centros donde se ejercía este culto eran por lo general los templos, a pesar de que las fiestas religiosas también tenían lugar en grutas sagradas o en montículos consagrados. Los dioses estaban presentes en los templos como estatuas. Los sacerdotes eran responsables de su limpieza y cuidado. Había diversos sacerdotes con diferentes funciones como administración, conjuros, exorcismos, interpretación de signos y presagios, sacrificios, etc. Hoy se parte de la base de que también el padre de Abrahán era un servidor del templo y que era responsable de la construcción de estatuas.
Los verdaderos profetas de Dios y Jesús previnieron contra los sacerdotes
También años después de Abrahán existía el pensamiento de que era preciso apaciguar a los dioses por medio de sacrificios, de animales en su mayor parte, pero también de personas. Y por eso, entre otras cosas, los profetas advirtieron siempre al pueblo de Israel del peligro que constituían los sacerdotes. Por ejemplo, lo leemos en el Deuteronomio 12,31: No obres así con Yahvé, tu Dios; porque cuanto hay de aborrecible y abominable a Yahvé, lo hacían ellos para sus dioses; hasta quemar en el fuego a sus hijos y sus hijas en honor suyo.
Y el profeta Jeremías dijo (Jr 2, 8): Tampoco los sacerdotes preguntaron: ¿Donde está Yahvé? Los depositarios de la Ley me desconocieron. Aquí tenemos de forma indirecta una respuesta a la pregunta de por qué Jesús de forma general estaba en contra de los escribas. Porque los escribas, como los teólogos, creen en la letra. Se dice: La letra mata, el espíritu vivifica en la Segunda carta a los Corintios 3, 6. Y los sacerdotes eran siempre los responsables de los sacrificios.
No obstante hay algo que llama la atención: Si Dios dijo a través de los profetas lo que acabamos de citar, esto entonces contradice totalmente lo que presuntamente Dios habría mandado a través de Moisés, por ejemplo, respecto a las vestiduras de los sacerdotes, respecto a los holocaustos y a los sacrificios de fuego, y del mismo modo respecto a la matanza de animales, a las guerras y al matar personas, cuando se dice que Él habría expresado: He aquí lo que sobre el altar ofrecerás: dos corderos primales cada día perpetuamente, uno por la mañana, el otro entre dos luces. (Ex 29, 38-39) Por el contrario, a través del profeta Jeremías se han transmitido las palabras de Dios: Cuando yo saqué de Egipto a vuestros padres, no fue de holocaustos y de sacrificios de los que les hablé y ordené. (Jr 7-22)
Aquí hay que imaginarse que Dios una vez dice supuestamente a través de Moisés: sacrificarás cada día un animal, pero a través de Jeremías expresa en cambio: nunca ordené cosa semejante.
Esto demuestra que la Biblia está rebosante de contradicciones.
Por ejemplo, en el Antiguo Testamento está escrito que Dios dice a través de Moisés: El sacerdote ungido tomará la sangre del novillo y la llevará al tabernáculo de la reunión y mojando un dedo en la sangre, hará siete aspersiones ante Yahvé hacia el velo del santuario (Lv 4, 5-6). Pero a través de Isaías Dios dice: Cuando alzáis vuestra mano, Yo aparto mis ojos de vosotros; cuando multiplicáis las plegarias, no escucho. Vuestras manos están llenas de sangre. (Is 1, 15) O bien, por ejemplo: Yahvé habló a Moisés y a Aarón, diciendo: Hablad a los hijos de Israel y decidles: He aquí los animales que comeréis de entre las bestias de la Tierra (Lv 11, 1-3). Y en Isaías Dios manifiesta exactamente lo contrario: El que sacrifica un buey es como si matase a un hombre (Is 66, 3).
Como ambas cosas no puede corresponder al mismo tiempo a la verdad, uno se pregunta:
¿Qué es entonces lo correcto?
CRISTO EN ESTA ES MI PALABRA
En los tiempos posteriores hubo hombres que se erigieron a sí mismos en dioses, consiguieron riquezas y prestigio y acumularon poder, para así dominar a pueblos enteros. Finalmente fueron la riqueza, el prestigio y el poder mismos los que se convirtieron en ídolos de muchos hombres. Ídolos de este mundo que el pueblo aún venera en el tiempo actual (1989), son también los poderes del mundo y las autoridades eclesiásticas. Sus titulares de cargos disponen de grandes fortunas, prestigio e influencia, que usan para dominar al pueblo. Quien los venera, se hace dependiente de ellos y los eleva a ídolos; pues el estar atado a hombres, a inclinaciones e ideas humanas, es idolatría Esta es Mi Palabra, pág. 131).