El nuevo enfoque de la mente a la humildad que Krishnamurti da a este tema, refuerza a los avanzados en espiritualidad a seguirlo como verdadero guía.
Para vivir en verdadera paz debemos valernos de la humildad contra la desesperación y ser verdaderamente conscientes para aceptarla con amor y entenderla.
Humildad es aceptar que Dios es todo, muy diferente a tolerar que es alguien pero cuando alguien personifique a Dios Todo y Eterno, perdónalo.
La humildad debe estar basada en la aceptación y no en el sometimiento. Los verdaderos humildes aceptan siempre toda la verdad absoluta manifestada.
La Ley dice: ojo por ojo. Si alguien te quita un ojo, quítale tú el suyo. En la tradición judía, no existen esas raíces, porque los judíos dicen que.
Se deja ver de vez en cuando en el que llaman hombre humilde: él se cree más humilde que nadie; y eso es ego. La humildad no conoce ese lenguaje.
Mirando el Universo, La Tierra, las especies vivas, al ser humano, su evolución, solo queda la posibilidad inteligente de ver lo pequeños que somos.
En la espiritualidad no es difícil dejar de escuchar la palabra humildad. El religioso es lo que más reclama a quien se atreve abatirse en una charla.
La humildad no se es, sino que se vive en ella y no me refiero a vivir de manera humilde en el terreno material, sino a ser humilde de espíritu.
El sabio actúa sin proclamar resultados. Archiva sus méritos y no se queda arrogantemente en ellos, no desea demostrar su superioridad ante los demás.