Albert Einstein excelente resumen

Un constante cuestionamiento de las afirmaciones de la religión y un libre pensamiento decidido. Un escepticismo genial poco común en aquella época.

ALBERT EINSTEIN

10 CRIOSIDADES DE ALBERT EINSTEIN

Ganador del Nobel de Física en 1921

El 18 de abril se conmemoran 62 años de la muerte del científico más popular del siglo XX según la Revista Time. Lea una lista de datos curiosos sobre su vida.

A lo largo de su vida Albert Einstein (14 de marzo 1879, Ulm) fue reconocido por sus grandes aportes a la física. El personaje del siglo XX de la Revista Time formuló la teoría de la relatividad, descubrió la cuarta dimensión y ganó un Nobel de Física en 1921. Sus contribuciones a la ciencia fueron, sin duda alguna, su faceta más célebre ante el mundo.

Sin embargo, pocos conocen la otra cara de la moneda sobre la vida del gran genio. Bien afirmó varias veces: Soy un hombre completamente aislado y, aunque todos me conocen, hay muy poca gente que realmente sabe quién soy.

A continuación una serie de curiosidades sobre Albert Einstein:

1. Se casó con su prima

Las cartas publicadas por la Universidad Hebrea de Jerusalén, en cuya fundación Einstein fue partícipe, insinuaban que su matrimonio en 1903 con su primera esposa Mileva Maric, madre de sus dos hijos, fue miserable: no esperes muestras de afecto y responde de inmediato cuando te hable escribió Einstein en una de sus cartas.

Al cabo de 16 años no podía vivir con ella y ansiaba tanto el divorcio que le ofreció el dinero del Premio Nobel de Física si se lo concedía. A finales de 1919 sus investigaciones sobre la curvatura de la luz lo posicionaron mundialmente. Dos años más tarde ganó el premio.

Se divorciaron en 1919 y poco después se casó con su prima, Elsa Loewenthal, con quien no tuvo hijos. Se rumora que contrajo matrimonio con ella después de que su sobrina (hija de Elsa) lo rechazó.

De acuerdo con El País de las cartas hechas públicas ahora se deduce que Einstein fue todo menos un marido fiel. Hasta seis amantes tuvo Einstein durante su matrimonio con Elsa, que le colmaban de un cariño no buscado, según le explicó él mismo a su esposa. Estella, Ethel, Toni, Margarita —su amante espía rusa—, M. y L. son sus nombres.

2. Se ofreció para la construcción de la bomba atómica y se arrepintió

El 2 de agosto de 1939, a través de una carta alertó al Presidente de Estados Unidos de ese entonces, Franklin Delano Roosevelt, sobre las intenciones de los alemanes de crear una bomba atómica. Él mismo se ofreció a construirla para EE.UU.

Roosevelt le respondió al cabo de dos meses, cuando Alemania ya había invadido Polonia iniciando la Segunda Guerra Mundial en Europa. El Presidente ordenó analizar la información, y como consecuencia se fabricó la bomba atómica. Sin embargo, Roosevelt rechazó la cooperación de Einstein en el proyecto.

Si hubiese sabido el crimen de lesa humanidad que se cometería no hubiera escrito jamás esa carta. Mi pacifismo es un sentimiento instintivo, un sentimiento que me domina porque el asesinato del hombre me inspira profundo disgusto. Mi inclinación no deriva de una teoría intelectual, se funda en mi profunda aversión por toda especie de crueldad y de odio, escribió Einstein tras el bombardeo atómico en 1945 a Hiroshima y Nagasaki.

3. Era un violinista talentoso

Uno de los aspectos más desconocidos de la vida personal del físico fue su afición por el violín. A los 6 años empezó a tomar clases, él mismo afirmó que de no haber sido científico se habría dedicado a la música.

Antonio Moreno González, PhD en Ciencias Físicas de la Universidad Complutense de Madrid, realizó una investigación minuciosa de la vida personal y de la obra científica de Einstein.

En uno de sus apartados afirma que cuando el físico viajaba solía llevar el violín, al que llamaba Lina, a la espera de alguna ocasión para interpretar a sus compositores favoritos solo o en compañía. Con tal de enfrascarse en la música tocaba con científicos amigos, con vecinos de su entorno o con cualquiera que le ofreciera esa oportunidad. Participó en conciertos públicos y privados, y acompañó al órgano en alguna sinagoga.

4. Se negaba a conducir

Una anécdota de la vida de Einstein se remonta a los años 20, cuando debía asistir a una serie de conferencias en la Academia Prusiana de las Ciencias, en Berlín. Como el físico nunca aprendió a manejar ni tuvo coche propio, contrató un chofer.

Al pasar varios días, Einstein le comentó al conductor que estaba aburrido de repetir una y otra vez lo mismo. Él mismo se ofreció a sustituirlo por una noche, porque había oído tantas veces sus conferencias que las había aprendido de principio a fin. Antes de llegar al lugar intercambiaron ropa y el chofer expuso la conferencia. Durante esa época, la mayoría de personas no reconocía físicamente a Einstein, lo que hizo posible el cambio.

Al finalizar, un profesor en el auditorio le hizo una pregunta. El chofer no tenía idea de cuál podía ser la respuesta, sin embargo, contestó: la pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chofer, que se encuentra al final de la sala, se la responda.

5. Tuvo tres nacionalidades

Fue alemán, suizo y estadounidense. Al final de su vida, un periodista le preguntó qué posibles repercusiones habían tenido sobre su fama sus múltiples nacionalidades. Einstein respondió Si mis teorías hubieran resultado falsas, los estadounidenses dirían que yo era un físico suizo; los suizos, que era un científico alemán; y los alemanes que era un astrónomo judío.

Al ser judío Einstein tuvo que soportar un sinnúmero de intentos para desprestigiar sus investigaciones. Incluso al aceptar una oferta de trabajo en Estados Unidos el Tercer Reich lo acusó de traición y sus libros fueron quemados en la hoguera durante una ceremonia organizada por estudiantes nazis.

Albert Einstein abandonó Alemania en 1932. Se fue a vivir a Estados Unidos en medio del nazismo, para evitar persecuciones por ser judío. De acuerdo con la BBC, el científico propuso defender los valores liberales occidentales de tolerancia y justicia e ir en contra de las tentaciones del odio y la opresión, en un momento en el que se profundizaba el extremismo y la agitación económica y política. Einstein dijo a la audiencia: Cada avance del conocimiento y la invención se lo debemos a la libertad individual, una libertad sin la cual no vale la pena vivir.

6. Repudiaba la ciencia ficción

Einstein estaba en contra de la ciencia ficción porque sentía que cambiaba el entendimiento de la gente sobre la ciencia, dándoles una falsa ilusión sobre cosas que no podrían pasar. Nunca pienso en el futuro, de por sí este llega lo suficientemente rápido. Además decía que si alguien veía un objeto volador o cosas por el estilo deberían guardar las experiencias para ellos mismos.

Curiosamente, al cabo de unos años, su rostro fue el punto de partida de uno de los personajes más celebres de Star Wars. Stuart Freeborn creó el modelo del maestro de Yoda agregándole algunos rasgos típicos del rostro de Einstein, como sus ojos y arrugas, pensando que esto imprimiría sabiduría al personaje.

7. Solo se vestía con trajes grises

Einstein quería ahorrar el tiempo que implica pensar todos los días qué ponerse. Esta es la razón por la cual comenzó a utilizar solamente trajes de color gris. Años después, grandes personajes como Mark Zuckerberg y Steve Jobs siguieron dicha tradición.

Otra curiosidad es que Einstein no utilizaba medias, pues creía que eran totalmente innecesarias,no producen más que agujeros.

8. Pudo ser el segundo Presidente de Israel

Tras la muerte del primer presidente de Israel en 1952, Chaim Weizmann, el físico fue candidato directo para ocupar su lugar por ser considerado el mejor judío vivo. El liderazgo de Einstein en el establecimiento de la Universidad Hebrea de Jerusalén impulsó su candidatura y los gobernantes pensaron que su experiencia en matemáticas habría sido útil para el estado. Podría incluso ser capaz de resolver las matemáticas de nuestra economía y hacer que tenga sentido, dijo un estadístico a la revista Time.

Sin embargo, rechazó inmediatamente la oferta argumentando que por su edad no se sentía capaz de asumir tal responsabilidad. Otros factores eran su inexperiencia en el campo político y las pocas habilidades que tenía al relacionarse personalmente. Einstein no quería que su decisión afectara su relación con la comunidad judía, porque se trataba de una conexión que él mismo describió como su vínculo humano más fuerte.

9. Su cerebro fue robado

El 18 de abril de 1955, día de su muerte, su cerebro fue separado del resto del cuerpo. El objetivo era llevar a cabo una serie de investigaciones para descubrir la clave de su genialidad. Thomas Harvey, el patólogo que hizo la autopsia de Einstein robó su cerebro y lo devolvió 43 años después.

Lea también Las aventuras de un cerebro genial

Según la BBC, el patólogo murió en 2007 sin publicar ninguna investigación sobre el cerebro de Einstein. Harvey tomó fotos del cerebro y lo cortó en 240 tajadas para ser observadas con microscopio, las envió a los principales neuropatólogos estadounidenses de su tiempo, pero estos no le correspondieron con grandes descubrimientos.

10. No aprobó el examen de ingreso de la Universidad

El genio de la física tuvo problemas de aprendizaje desde muy pequeño. Su proceso para aprender a caminar y a hablar fue lento en comparación con el tiempo promedio. También, existen testimonios que afirman que Einstein sufría de dislexia.

Lea también Siete genios que fueron pésimos estudiantes

Al llegar a la universidad, a los 17 años, reprobó el examen de admisión en la Universidad Politécnica Federal de Suiza. Aprobó las secciones de matemáticas y ciencias, pero no obtuvo un buen puntaje en historia ni geografía. El mismo Einstein afirmaba mi principal defecto era una mala memoria, especialmente para las palabras y los textos.

5 ANECDOTAS DE ALBERT EINSTEIN

1. Sus primeras palabras criticaron la sopa

De Einstein siempre se ha dicho que no articuló palabra hasta los cuatro años, algo que preocupaba a sus padres. El físico se defendió al crecer y contó que de pequeño no hablaba porque quería hacerlo correctamente y con frases completas. Se dice que sus primeras palabras nacieron cuando estaban cenando en familia y dijo:

  • La sopa está demasiado caliente.

Tras la sorpresa de sus padres, éstos le preguntaron que por qué no había hablado antes si sabía hablar tan bien, a lo que el pequeño genio respondió:

  • Porque antes todo estaba en orden.

2. ¿Cómo se fríe un huevo?

Cuando un periodista preguntó a Einstein si podía explicarle la teoría de la relatividad, la respuesta del físico lo dejó perplejo:

  • ¿Me puede usted explicar cómo se fríe un huevo?

El periodista, sorprendido, afirmó que claro que podía explicárselo, pero la respuesta de Einstein no quedaba ahí:

  • Hágalo imaginando que no sé lo que es ni un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego.

3. Intercambió papeles con su chófer

Albert Einstein siempre se negó a conducir y por ello contrató a un chofer para sus desplazamientos. Cuenta la leyenda urbana que en uno de esos trayectos vivió una aventura de lo más curiosa. Cuando el científico tenía 20 años, era solicitado con frecuencia para dar conferencias en universidades. Tras varios días en estas charlas, Einstein le comentó a su chofer que era muy aburrido repetir siempre lo mismo, a lo que éste último le contestó:

  • Si quiere le puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.

Einstein aceptó el trato y antes de llegar al lugar de la conferencia se intercambiaron la ropa y el físico tomó el lugar de piloto. Al llegar a la sala, ya que ninguno de los académicos conocía físicamente a Einstein, ninguno se percató de que no se trataba de él. El chofer expuso la conferencia sin problemas hasta que uno de los profesores de la audiencia le hizo una pregunta que no sabía contestar, pero tuvo una ingeniosa respuesta:

  • La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chofer, que se encuentra al final de la sala, se la responda.

4. Marylin Monroe le propone matrimonio, Einstein la dejó sin palabras

En una reunión, ambos personajes se cruzaron y ella le propuso una boda entre ambos:

  • Qué dice profesor, deberíamos casarnos y tener un hijo juntos. ¿Se imagina un bebé con mi belleza y su inteligencia?.

Einstein respondió seriamente a su propuesta:

  • Desafortunadamente me temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo con mi belleza y su inteligencia.

5. Alemán, suizo y estadounidense

Albert Einstein tuvo tres nacionalidades, y en sus últimos días, un periodista le preguntó cómo había influido este hecho en su fama. El físico respondió una verdad como un templo:

  • Si mis teorías hubieran resultado falsas, los estadounidenses dirían que yo era un físico suizo; los suizos, que era un científico alemán; y los alemanes que era un astrónomo judío.

LOS HÁBITOS DE ALBERT ESINSTEIN

Y entre todas las grandes mentes de la historia, probablemente el maestro de combinar la genialidad con hábitos raros fue Albert Einstein. ¿Quién mejor para buscar pistas de comportamientos que mejoren la mente?

1. Dormir 10 horas y siestas de un segundo

Se sabe que dormir es bueno para el cerebro, pero Einstein se tomó ese consejo más en serio que la mayoría. Supuestamente dormía al menos 10 horas al día (el estadounidense promedio duerme hoy en día 6,8).

Muchas de los avances más radicales en la historia de la humanidad, incluyendo la tabla periódica y la estructura del ADN, supuestamente surgieron mientras sus descubridores estaban inconscientes. También la teoría de la relatividad de Einstein, que se le ocurrió cuando soñaba con vacas electrocutadas.

¿Pero es esa inspiración del sueño cierta? Cuando caemos dormidos, el cerebro entra en una serie de ciclos. Cada 90-120 minutos fluctúa entre el sueño ligero, sueño profundo y la fase REM (movimiento ocular rápido) que, hasta hace poco, se creía desempeñaba el rol principal en el aprendizaje y la memoria.

Pero esa no es toda la historia. Pasamos el 60% de nuestra noche en un sueño no REM, enfatiza Stuart Fogel, neurocientífico de la Universidad de Ottawa, Canadá. Ese tipo de sueño se caracteriza por rápidas ráfagas de actividad cerebral. Ocurren miles de veces en la noche y cada una dura solo unos pocos segundos. Conocidas como huso del sueño o ritmo sigma, comienzan con un aumento de energía eléctrica generado por las estructuras profundas del cerebro.

El principal responsable es el tálamo, una región que actúa como el principal centro de comunicaciones del cerebro. Curiosamente, quienes tienen más incidencias de husos del sueño tienden a tener una mayor inteligencia fluida, la habilidad para resolver nuevos problemas, usar la lógica en nuevas situaciones, e identificar patrones.

Es la clase de inteligencia que Einstein tenía en abundancia y guarda consonancia con su menosprecio por la educación formal y su recomendación de nunca memorizar algo que puedas consultar. Aun no se sabe por qué esas ondas serían beneficiosas, pero Fogel cree que podría tener que ver con las regiones activadas en el cerebro (el tálamo y la corteza cerebral).

Afortunadamente para Einstein, también tomaba siestas regularmente. Según una leyenda apócrifa, para asegurarse de no excederse solía reclinarse en su sillón con una cuchara en la mano y un plato de metal directamente debajo. Se permitía entonces caer dormido por un segundo, despertándose con el sonido que hacía la cuchara al caerse.

2. Caminatas diarias

Para Einstein su caminata diaria era algo sagrado. Al ir y volver a la Universidad de Princeton, EE.UU., recorría en total unos 5 km. Hay muchas evidencias de que caminar mejora la memoria, la creatividad y la solución de problemas.

Si lo piensa, no tiene mucho sentido. Es algo que distrae el cerebro de tareas más intelectuales y le fuerza a concentrarse en poner un pie delante del otro y no caerse. Pero es ahí donde aparece la hipofrontalidad transitoria que, básicamente, significa moderar la actividad en ciertas partes del cerebro, especialmente los lóbulos frontales que participan en procesos más elevados como la memoria, el juicio y el lenguaje.

Al reducir un poco esa actividad, el cerebro adopta un estilo totalmente distinto de pensar, que puede llevarle a nuevas percepciones que no obtendría sentado en su escritorio. No hay ninguna evidencia para esa explicación de los beneficios de caminar, pero es una idea tentadora.

3. Comer espaguetis

No está claro qué alimentaba la extraordinaria mente de Einstein, aunque en la internet aparece la dudosa afirmación de que eran los espaguetis. Einstein sí dijo, en broma, que sus cosas favoritas de Italia eran los espaguetis y el matemático Levi-Civita.

En todo caso, aunque los carbohidratos tienen mala fama, el genio tenía razón. Es sabido que el cerebro devora el 20% de la energía del cuerpo, aunque solo representa el 2% de su peso, prefiriendo azúcares simples, como la glucosa, desglosada de carbohidratos.

Pero a pesar de su afición a lo dulce, el cerebro no tiene forma de almacenar energía y cuando los niveles de glucosa bajan, se le acaba rápidamente. El cuerpo puede recurrir a su propio almacenamiento de glicógeno, liberando hormonas de estrés como el cortisol, pero eso tiene efectos colaterales, apunta Leigh Gibson, profesor de psicología y fisiología en la Universidad de Roehampton, Inglaterra.

Un estudio encontró que las personas con una dieta baja en carbohidratos tenían un tiempo de reacción más lento y memoria espacial reducida, aunque solo a corto plazo. Pero aunque los azúcares pueden darle al cerebro un valioso impulso, desafortunadamente eso no significa que los espaguetis sean una buena idea.

Habitualmente la evidencia sugiere que cerca de 25g de carbohidratos (37 hebras de espagueti) es algo beneficioso, pero si duplica esa cantidad podría en realidad perjudicar su capacidad de pensar, señala Gibson.

4. Fumar pipa

Einstein era un fumador de pipa empedernido y conocido en el campus tanto por la nube de humo que lo seguía como por sus teorías. Contribuye de alguna manera a un juicio calmado y objetivo en todos los asuntos humanos, dijo.

Incluso recogía las colillas de cigarrillos de la calle y les quitaba el tabaco que quedaba para ponerlo en su pipa. No luce realmente como el comportamiento de un genio, pero en su defensa el tabaco no fue públicamente vinculado al cáncer de pulmón y otras enfermedades hasta 1962, siete años después de su muerte. Ahora sus riesgos no son ningún secreto.

5. Sin medias

Ninguna lista de las excentricidades de Einstein estaría completa sin mencionar su apasionada aversión al uso de medias. Cuando era joven, me di cuenta que el dedo gordo siempre terminaba abriendo un hueco en la media. Así que dejé de usarlas, le escribió a Elsa, su prima y luego esposa.

Probablemente, esa apariencia hipster no le proporcionó ningún beneficio y, desafortunadamente, no ha habido ningún estudio que se ocupe del impacto de andar sin medias. Sin embargo, el cambio a usar ropa casual, en vez de un traje más formal ha sido vinculado a un desempeño deficiente en pruebas de pensamiento abstracto.

En todo caso, qué mejor forma de terminar que con una recomendación del propio Einstein. Lo importante es no dejar de cuestionar. La curiosidad tiene su propia razón de existir, dijo a la revista Life en 1955. Si eso falla, podría intentar algunos ejercicios con los dedos de los pies. Quizás funcione. ¿Y no se muere por averiguarlo?