LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL
La meditación, en un sentido metafórico, le sube el volumen a una voz que casi nunca escuchamos, a la voz que te revela el daño que puede causar tu pensamiento.
El iluminado no tiene ni amigos ni enemigos; solo un amor puro, sin destinatario. Siempre está dispuesto a derramarse en el corazón de quien está dispuesto a recibirlo.