La iluminación espiritual

Los reiterados vuelos del espíritu

PATROCINIO NAVARRO

Imagen; Los reiterados vuelos del espíritu; Patrocinio Navarro

DIOS NO NOS ABANDONA

La ruta de la consciencia.

Dios no abandona nunca a Sus hijos humanos, pese a tanto abandono por estos de Sus leyes, como vemos a lo largo de la Historia humana. Podríamos decir que nos abandona si no nos hubiera dado toda clase de indicaciones a lo largo de los milenios para conocer el camino recto que conduce de vuelta a Casa, que no es un camino externo, sino un camino del interior, una ruta de la consciencia.

A lo largo de los milenios, y desde antes de la encarnación de Cristo en Jesús de Nazaret, hubo siempre sabios y profetas que enseñaron el camino correcto para vivir de acuerdo con Dios. Abrahán, Moisés o Isaías; Hermes, Buda, Zaratustra, Platón o Sócrates, son algunos de ellos, y aunque cada uno aportó parte de la verdad, la Verdad absoluta solo la trajo Cristo, el Redentor de la Humanidad, aunque en Su tiempo no pudiera contarla toda. Los demás, no fueron sino guías parciales en el camino. Con la venida del Hijo Primogénito de Dios en Jesús de Nazaret, enseñanzas antiguas fueron perfiladas, aclaradas, ampliadas, y completadas por Él. Con Su acto redentor- que le coloca por encima de todos los sabios o profetas- los planos astrales se convirtieron en planos de purificación, que son planos de evolución, y cada uno de nosotros es portador desde entonces de una parte de Su energía divina (una parte de Su propia herencia) impidiendo así la disolución de nuestras almas y de la Creación entera como pretende el mundo demoníaco desde la Caída. En esto consiste la Redención. Esta nos ofrece la posibilidad de dejar atrás lo humano en una o varias encarnaciones para volver así lo que siempre fuimos antes de la Caída: seres puros del infinito. Por Cristo sabemos esto, así como que Dios- el Amor- no castiga, que no existe ningún Infierno, y que nuestro Padre respeta el libre albedrío de sus hijos devenidos a humanos. De no ser así, seríamos simples marionetas en Sus manos. Igualmente sabemos que esa libertad puede ser usada por cada uno para obedecer a Dios lo mismo que para ir en Su contra, cayendo bajo la Ley de causa y efecto, o de siembra y cosecha.

En el Sermón de la Montaña, Jesús de Nazaret expuso el fundamento del verdadero cristianismo. ¿Fueron practicados sus principios por los representantes de la Iglesia? Fácil es la respuesta. Estos se convirtieron prontamente en usurpadores del nombre cristiano, fundando lo que Jesús nunca quiso: una organización de sacerdotes jerarquizados que ofician rituales de origen pagano en templos de piedra. No contentos con esta desviación de la religión interna que predicó Jesús, olvidaron conscientemente otras de Sus enseñanzas básicas, como el vegetarianismo, el pacifismo y otra fundamental: la enseñanza de la reencarnación. Esta enseñanza nos dice que nuestra alma viene a este mundo, recuperando el campo genético que le corresponde por su evolución personal para volver a tener un nuevo cuerpo físico, naciendo en una familia correspondiente. Como veremos, la Iglesia y sus derivadas, se oponen a esta enseñanza de Jesús, defendiendo que en cada nacimiento se crea un alma nueva.

Ante tantas traiciones al Maestro uno podría preguntarse por qué. Porque si no sirven a Dios, sirven a Su contrario, que todos sabemos quién es. La historia de la iglesia nos da sobradas muestras para saber a quien de los dos han elegido. Vender el alma al enemigo de Dios por alcanzar poder y privilegios no puede decirse que sea cristiano, pero es lo que hay. Y la siembra desde el principio fue tan nefasta, que todas las ramas de la Iglesia, sean las que fueren, salen de ese su árbol madre con la misma ausencia de cristianismo y con idéntica tendencia funesta a perseguir a todo aquel que tiene el coraje de desenmascararles ante la humanidad. Para conseguir tal cosa supieron aliarse con el poder civil, convirtiéndole en verdugo de todos sus acusados de herejes mientras disfrutaban de riquezas principescas garantizadas por los gobiernos del mundo a cambio de colaborar en sus injusticias y desigualdades y mantener ignorante a la humanidad sobre el verdadero cristianismo. Ambos son brazos del mismo señor: el señor de las sombras. Ya saben.

Como toda historia tiene un principio, la de los poderes mundanos es inseparable de la violencia, la injusticia y la falta de humanidad; la de la traición de la iglesia no podía ser menos. Pero también podremos descubrir a lo largo de los dos milenios últimos la presencia de hombres, mujeres y corrientes espirituales que respetaron la esencia del cristianismo a pesar de jugarse la vida con ello. Este trabajo hablará de varios de ellos que marcan una línea del tiempo cristiano-originario en medio de los enemigos de Dios, especialmente dentro de la Iglesia, pero también fuera de ella.

En el libro La campaña de guerra de la serpiente y la obra de la paloma, que aprovecho para este escrito, el abogado alemán Christian Sailer escribe:

Desde que Jesús de Nazaret pasó por esta Tierra jamás se ha extinguido la añoranza de un camino cristiano-originario hacia el Reino del interior, a pesar de que la Iglesia pronto erigió un reino de lo externo, imponiendo su sistema a los hombres en todo el mundo. De forma aislada, dentro de la institución católica romana y sobre todo fuera de ella, han surgido una y otra vez grandes personajes, místicos y profetas, e incluso movimientos enteros que querían romper el sistema impositivo de ejercicio del poder terrenal y eclesiástico, de dogmas rígidos y de una jerarquía represiva, para regresar a la corriente cristiano-originaria del Nazareno. Una y otra vez fueron aniquilados por la iglesia católica romana, más tarde también por el aparato de poder luterano, por lo general con ayuda del Estado y con iguales métodos marginadores. En el pasado, ser acusado de herejía costaba en muchos casos la vida. Hoy amenaza la subsistencia en la sociedad.

A continuación, y sin ánimo de ser exhaustivo, -pues hay muchos otros- podemos mencionar algunas personas y grupos relevantes que vivieron y enseñaron el primer cristianismo hasta culminar con la profeta alemana Gabriele, señalada por el propio Cristo como el Serafín encarnado de la Sabiduría divina a través del cual nuestro Redentor culmina Su obra de enseñanza, dando a conocer al mundo toda la Verdad como nos prometió en Su anterior venida. Se puede decir que en el día de hoy los Cielos están abiertos dejando ver la Verdad a quien la busca con el corazón.

Con diversas limitaciones a la hora de interpretar el mensaje original del Nazareno intentaron hacernos llegar Su doctrina los bogomilos, maniqueos y cátaros. Personalidades como Orígenes, Manes, Eckart y Savonarola destacaron por defender el legado de Jesús, siendo invariablemente acusados de herejes por la Iglesia aliada con el poder civil, el cual siempre actuó como su brazo ejecutor a la hora de encender las hogueras para acallar la voz de Cristo. Sin embargo, esa voz fue resurgiendo en cada ocasión en diferentes épocas en movimientos y personas como las mencionadas y otras muchas, hasta culminar en la profetisa Gabriele con el cristianismo originario que de nuevo se intenta hacer callar por las mismas fuerzas que históricamente lo vienen intentando.: Iglesias (católica y protestante) y poder civil conservador. Como no es posible condenar a la hoguera a los cristianos originarios como antaño, se intenta su linchamiento moral mediante repetidas calumnias profusamente aireadas a la opinión pública para presentarles como una secta sospechosa que deber ser eliminada de la vida pública. Como vemos, el demonio no cesa aun sabiendo que tiene perdida la partida.

En sucesivos artículos, y tomando como base el libro de Christian Sailer, cristiano originario alemán, iremos detallando los movimientos y personas por el orden que se han mencionado en este escrito.


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