Cuando el miedo a la muerte se desvanece, ya no es extinción, es sólo una transición.
Aceptemos la muerte; la razón enseña que es absurdo temer algo que uno no puede evitar.
El alma del hombre es más grande que su hado.
Los errores deben ser siempre reconocidos y corregidos.
La mente no es el arcángel destinado para la transformación.
La mente no manifiesta lo conocido, como la consciencia infinita, tiene que descubrir lo desconocido.
Nuestros medios han de ser tan grandes como nuestros objetivos.
La materia es sólo mucha energía móvil vibrando intensamente en la forma.
El mundo material es una forma y un movimiento del Espíritu.
El hombre ordinario no es todavía un ser racional.
El hombre en conjunto es siempre un hombre complejo, incluso el hombre salvaje o degenerado.
Aunque el hombre es infinitamente más grande que la planta o el animal, no es perfecto en su propia naturaleza como la planta y el animal.
Sin el amor perfecto no puede existir la belleza perfecta y sin la perfecta belleza no puede existir el deleite perfecto.
Es la visión la que ve la Verdad, no la lógica.
La lógica del Infinito es una lógica cuyas secuencias no son los pasos del pensamiento sino los pasos de la existencia.
Lo que es mágico para nuestra razón finita es la lógica del Infinito.
Regular y disponer con belleza el carácter y la acción es el arte de la vida.
El conocimiento purifica, la verdad libera.
Jnana es el conocimiento directo e inspirado que procede de la visión espiritual.
La intuición nace directamente de la consciencia mientras el intelecto es una acción indirecta de un conocimiento que se construye a sí mismo con dificultad desde lo desconocido a partir de signos, indicaciones y datos que recoge.
La intuición es el filo de un rayo emitido por la supermente secreta.
Por sí mismo, el intelecto sólo puede lograr talento.
Quién haya sentido alguna vez la gloria de Dios dentro de él, nunca podrá creer de nuevo que el intelecto es supremo.
El intelecto se mueve naturalmente entre dos límites, las abstracciones y el terreno de lo positivo y de la realidad práctica.
Cada hombre es sabiéndolo o no, el instrumento de un Poder universal.
El infinito y lo finito coexisten el uno en el otro y el uno por el otro.
El infinito sólo puede ser alcanzado cuando hayamos crecido en lo finito.
La vida no es completamente real hasta que no se ha abierto al sentido del infinito.
La sociedad perfecta será aquella que favorezca de la mejor manera la perfección del individuo.
El hombre grupal sigue la estela del hombre individual y siempre va muy por detrás del desarrollo individual más elevado.