La iluminación espiritual

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Los romanos no intentaban matar a todos los judíos, pero destruyeron la resistencia judía al dominio romano. Jerusalén se convirtió en un campo del ejercito romano, y fue una devastación total.

Sabía usted que la cuidad de Babilonia fue identificada como fuente de lascivia y lujuria, también según algunos historiadores romanos decían que era la cuidad de la soberbia.

A la caída del Imperio romano de Occidente, la Iglesia lo sustituyo.

El empacho de la abundancia, por Jorge Arturo Chaves. Esta no es la primera ni será la última sociedad que se enferme con su propio éxito. La inacabable extensión de dominios y acumulación de las más exóticas riquezas llegó a generar, en el límite, el aburrimiento de más de un emperador romano. Desde otro ángulo, durante siglos, ermitaños y monjes expresaron también con su huida del mundo el rechazo por la corrupción de costumbres originada por clases confortablemente instaladas, que ya no sabían en qué más emplear su tiempo ocioso.

Porque si un día cansados de este morir a plazos queremos suicidarnos abriéndonos las venas como cualquier romano, nos sorprende saber que no tenemos sangre ni tinta enrojecida: que nos circula un aire tan gratis como el agua.

Todos los otros caminos trepan lentamente por las laderas de la montaña, pero el Zen, al igual que un camino romano, arroja a los lados todos los obstáculos y se mueve en línea recta hacia la meta.

Sabía usted que en el siglo I. C, los romanos utilizaron algunos cosméticos como el kohl para oscurecer las pestañas y los parpados, la tiza o gis, para blanquear la cara, el colorete, los elementos depilatorios y compuestos para eliminar el vello.

Para los romanos, los volcanes eran el hogar de Vulcano, el herrero de los dioses, y la gran fragua a los pies del volcán en la que este trabajaba era la causante de las llamas que escupía.