Citas Pablo Neruda
Era mi destino amar y decir adiós.
Si me preguntan qué es mi poesía debo decirles no sé; pero si le preguntan a mi poesía, ella les dirá quién soy yo.
Y desde entonces soy porque tú eres, y desde entonces eres, soy y somos, y por amor seré, serás, seremos.
Llévate el pan lejos de mí, quítame el agua si lo deseas; pero nunca me niegues tu sonrisa.
Para mi corazón basta tu pecho.
La timidez es una condición ajena al corazón, una categoría, una dimensión que desemboca en la soledad.
¡Ama! ¡Ama mientras la noche colapsa!
Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.
El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere por olvido.
Así te amo porque no sé amar de otra manera.
La felicidad es interior, no exterior, por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.
Hay un cierto placer en la locura, que solo el loco conoce.
Hay heridas que, en vez de abrirnos la piel, nos abren los ojos.
¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie?
Te amo como se aman ciertas cosas oscuras.
Debajo de tu piel vive la luna.
Tus anchos ojos son la luz que tengo de las constelaciones derrotadas, tu piel palpita como los caminos que recorre en la lluvia el meteoro.
Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.
Cómo sabría amarte, mujer cómo sabría amarte, amarte como nadie supo jamás! Morir y todavía amarte más.
Sentir el amor de las personas a quienes amamos es un fuego que alimenta nuestra vida.
La suerte es el pretexto de los fracasados.
Hay países, hay ríos en tus ojos, mi patria está en tus ojos, yo camino por ellos.
Sed de ti me acosa en las noches hambrientas.
Y si no das más, tan solo encuentra lo que hay en tus manos, piensa que dar amor nunca es en vano.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Así te espero como casa sola. y volverás a verme y habitarme. De otro modo me duelen las ventanas.
Por las noches, amada, amarra tu corazón al mío, y que ellos en sus sueños derroten la oscuridad.
De noche sueño que tú y yo somos dos plantas que se elevaron juntas, con raíces enredadas, y que tú conoces la tierra y la lluvia como mi boca porque de tierra y de lluvia estamos hechos.
Nací en este pueblo, mi poesía nació entre la colina y el río, la lluvia tomó mi voz, y como la madera, se empapa en los bosques.
Queda prohibido nuinca sonreír ante los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.
La risa es el lenguaje del alma.
De nadie seré, solo de ti. Hasta que mis huesos se vuelvan cenizas y mi corazón deje de latir.
Queda prohibido no sonreír ante los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.
Y cuando levanté mis ojos a tu nombre tu corazón de pronto dispuso mi camino.
Es tan corto el amor y tan largo el olvido.
Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.
Olvidemos con generosidad a aquellos que no pueden amarnos.
Amo tus pies porque anduvieron sobre la tierra y sobre el viento y sobre el agua, hasta que me encontraron.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca.
No hagas con el amor lo que hace un niño con su globo; que al tenerlo lo ignora, y al perderlo llora.
El amor supo entonces que se llamaba amor.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no escucha música, quien no halla encanto en sí mismo.
Ella -la que me amaba- se murió en primavera…y se llevó la primavera al cielo.
Los poetas odiamos el odio, y hacemos guerra a la guerra.
Si no escalas la montaña, jamás podrás disfrutar el paisaje.
Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.