La iluminación espiritual

Frases Mario Benedetti

Citas Mario Benedetti


Mi estrategia es que un día cualquiera no se como ni se con que pretexto por fin me necesites.

Cuando el infierno son los otros, el paraíso no es uno mismo.

Todos necesitamos alguna vez un cómplice, alguien que nos ayude a usar el corazón.

De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: de la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra.

Es claro que lo mejor no es la caricia en si misma, sino su continuación.

En ciertos oasis el desierto es solo un espejismo.

Una confesión: la soledad ha dejado de herirme.

No se tu nombre, solo se la mirada con que me lo dices.

Honestidad, ven a mi y aunque quieras no dejare que me abandones.

Y para estar total, completa, absolutamente enamorado, hay que tener plena conciencia de que uno también es querido, que uno también inspira amor.

Después de todo, la muerte solo es un síntoma de la vida.

Posiblemente me quisiera, vaya uno a saberlo, pero lo cierto es que tenia una habilidad especial para herirme.

Cuantas palabras, solo para decir que no quiero parecer patético.

El amor no es repetición. Cada acto de amor es un ciclo en si mismo, una orbita cerrada en su propio ritual. Es, como podría explicarte, un puño de vida.

Me aburría de mi mismo, de mi propia paciencia.

La seguridad de saberme capaz para algo mejor, me puso en las manos la postergación, que al fin de cuentas es un arma terrible y suicida.

No te rindas, que la VIDA es ahora, continua el viaje y persigue tus SUEÑOS.

Ya casi es hora de que empiece a dedicarte mi insomnio.

Los odios vivifican y estimulan solo si es uno quien los gobierna; destruyen y desajustan cuando son ellos los que dominan.

Hay menos tiempo que lugar, no obstante, hay lugares que duran un minuto y para cierto tiempo no hay lugar.

Fíjese que cuando sonríe se le forman unas comillas en cada extremo de su boca. Esa, su boca, es mi cita.

Usted tiene todas las condiciones para concurrir a mi felicidad, pero yo tengo muy pocas para concurrir la suya.

La realidad es un manojo de problemas sobre los cuales nadie reclama derechos de autor.

Siempre ando de mal genio. Yo que se. Como si me sintiera incomodo conmigo mismo.

Contra el optimismo no hay vacunas.

Si uno conociera lo que tiene con tanta claridad como conoce lo que le falta.

El dolor lo pone a uno exageradamente receptivo.

Se es o no se es, no importa el día.

Defender la alegría como una trinchera, defenderla del escandalo y la rutina, de la miseria y los miserables, de las ausencias transitorias y las definitivas.

Ojala que la espera no desgaste mis sueños.

Lo nuestro es ese indefinido vinculo que ahora nos une.

La gloria no consiste en no caer nunca, sino mas bien en levantarse las veces que sea necesario.

Sin embargo todavía dudo de esta buena suerte, porque el cielo de tenerte me parece fantasía.

No vayas a creer lo que te cuentan del mundo (ni siquiera esto que te estoy contando) ya te dije que el mundo es incontable.

Yo no se si dios existe, pero si existe, se que no le va a molestar mi duda.

Quien lo diría, los débiles de veras nunca se rinden.

Acá hay tres clases de gente: la que se mata trabajando, las que deberían trabajar y las que tendrían que matarse.

Me gusta el viento, no se por que, pero cuando camino contra el viento parece que me borra cosas. Quiero decir: cosas que quiero borrar.

Sus labios eran una caricia necesaria, como podía haber vivido hasta ahora sin ellos.

Si habito en tu memoria no estaré solo.

Lo cierto es que yo ignoraba que tenia en mi esas reservas de ternura.

Si Dios deseaba que todo indio del Transvasar quedase reducido al estado de mendigo antes que obedecer una ley degradante. Entonces, que así fuese.

Lo que mas me gusta de vos es algo que no habrá tiempo capaz de quitártelo.

Todas las noches me torturo pensando en ti.

Una de las cosas mas agradables de la vida: ver como se filtra el sol entre las hojas.

Un pesimista es solo un optimista bien informado.

Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio.

La alegría esta en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha, y no en la victoria misma.

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