Hacer muchas cosas no significa que saques el mayor provecho de éstas. Cuando realmente vives cada actividad sucede de forma lenta.
Escucha el silencio dentro de la ilusión del mundo, y recordarás la lección que olvidaste. Nunca realmente nacimos, nunca realmente moriremos.
Yo era un joven escritor y quería viajar.
Eramos tres hijos de la tierra intentando decidir algo por la noche y con todo el peso de los siglos pasados flotando en la oscuridad allí delante de nosotros.
Estaba llorando. - ¿Qué coño? Pero si tú nunca lloras... - ¿Crees eso? ¿Por qué piensas que nunca lloro? -No tienes bastante sensibilidad para llorar
Era un auténtico maestro, y debe añadirse que tenía todo el derecho del mundo a enseñar porque se pasaba la vida aprendiendo.
Eso me hizo pensar que podía suceder cualquier cosa... Era el momento en que uno lo sabe todo y todo queda decidido para siempre.
No estaba asustado; simplemente era otra persona, un extraño, y mi vida entera era una vida fantasmal, la vida de un fantasma.
Sentí una punzada en el corazón como me ocurre siempre que veo a una chica que me gusta y que va en dirección opuesta a la mía por este enorme mundo.
Había unas cuantas chicas bastantes guapas también. Y una de ellas le puso ojos de carnero degollado al rubio y él no se dio cuenta, y si se hubiera dado cuenta no habría hecho caso; así era de triste y desamparado.
Pero la inteligencia de (...) era tan auténtica y brillante y completa, y además carecía del tedioso intelectualismo de la de todos los demás.
Estaba contento de nuevo. Lo único que necesitaba era un volante entre las manos y cuatro ruedas sobre la carretera.
Me gustan demasiadas cosas y me confundo y desconcierto corriendo detrás de una estrella fugaz tras otra hasta que me hundo.
El anonimato en el mundo de los hombres es mejor que la fama en los cielos, porque, ¿Qué es el cielo? ¿Qué es la tierra? Todo ilusión.
Nos volvimos tras una docena de pasos, porque el amor es triste, y nos miramos por última vez.
Poneos dragones en los sombreros -nos advertía-, estáis en la buhardilla con los murciélagos -y nos miraba con ojos locos.
¿Por que quieres estar robando todo el tiempo? -El mundo me debe unas cuantas cosas, eso es todo.
Todas las cosas de la vida, todas las caras de la vida se amontonaron en la misma húmeda habitación.
Así es la noche, y eso produce. No puedo ofrecer más que mi propia confusión.
Al anochecer paseaba. Me sentía como una mota de polvo sobre la superficie triste de la tierra.
Sus energías se habían encontrado; comparado con ellos yo era un retrasado mental, no conseguía seguirles.
No dejaba nada detrás de mí, había cortado todos los puentes y no me importaba un carajo nada de nada.
Todavía nos quedaba mucho camino. Pero no nos importaba: la carretera es la vida.
No se puede enseñar una nueva canción al viejo profesor.
No sabia a donde ir excepto a todas partes.
Quiero escribir esto, todas las conversaciones de todas las partes del mundo, esta mañana.
El tipo que no es un tipo, la cosa que no puede ser y puede y es y no es.
¡Eh, sabueso! No te comas crudo ese conejo muerto delante de mis narices -caliéntalo un poco.
Qué es este universo sino un montón de olas y un deseo anhelante.
La vida es mi arte... (Protección frente a la muerte).