La iluminación espiritual

Frases Daniel Goleman

Citas Daniel Goleman


Cuando nos sentimos estresados, es una señal de que nuestro cerebro esta segregando hormonas del estrés. Si esto es sostenido por meses o años, esas hormonas pueden empeorar nuestra salud y hacernos un manojo de nervios.

Recordemos que la creencia básica que conduce al optimismo es que los contratiempos y los fracasos se deben a las circunstancias y que siempre podremos hacer algo para cambiar estas.

El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional.

La culpabilidad, la vergüenza y el miedo son los móviles inmediatos del engaño.

El cerebro social esta en su hábitat natural cuando estamos hablando a alguien cara a cara.

En un sentido muy real, todos nosotros tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra mente que siente, y estas dos formas fundamentales de conocimiento interactúan para construir nuestra vida mental.

En el mejor de los casos, el coeficiente intelectual parece aportar tan solo un 20% de los factores determinantes del éxito.

La inteligencia emocional comienza a desarrollarse en los primeros años. Todos los intercambios sociales que los niños tienen con sus padres, maestros y entre ellos, llevan mensajes emociónales.

Adueñándose de nuestra atención, la tecnología entorpece nuestras relaciones.

Las emociones descontroladas pueden hacer a personas inteligentes unas estúpidas.

El enfado es una emoción muy intensa que secuestra el cerebro. A tal punto que uno puede olvidarse, en plena discusión, de porque ha empezado.

Las personas con habilidades emociónales bien desarrolladas tienen mayores posibilidades de ser alegres y eficientes en la vida, y serán capaces de cultivar los hábitos mentales que mejoran su productividad.

El tiempo libre posibilita el florecimiento del espíritu creativo, mientras que las agendas demasiado estrictas, por el contrario, lo sofocan.

Las criticas se expresan como ataques personales y no como quejas que puedan dar lugar a un cambio.

Las estadísticas demuestran que, cuando son crónicas, la toxicidad de emociones como la ira es equiparable a fumar cigarrillos.

Las emociones perturbadoras y las relaciones toxicas han sido identificadas como factores de riesgo que favorecen la aparición de algunas enfermedades.

La facilidad para seguir los dictados de la propia conciencia parece ser, considerada a largo plazo, un acicate tan importante como las escuelas elegantes, los profesores particulares y los costosos campamentos educativos de verano.

La verdadera compasión no significa solo sentir el dolor de otra persona, sino estar motivado a eliminarlo.

Sin una atención selectiva, la experiencia seria un completo caos.

La empatía siempre entraña un acto de autoconciencia.

El liderazgo no tiene que ver con el control de los demás sino con el arte de persuadirles para colaborar en la construcción de un objetivo común.

Y en la medida en que estemos motivados por el entusiasmo y el gusto en lo que hacemos –o incluso por un grado optimo de ansiedad– se convierten en excelentes estímulos para el logro.

El liderazgo no es sinónimo de dominación, sino el arte de convencer a la gente de que colabore para alcanzar un objetivo común.

El cerebro emocional responde a un evento mas rápidamente que el cerebro pensante.

Los seres humanos somos ante todo sensibles.

La empatía y las habilidades sociales son inteligencia social, la parte interpersonal de la inteligencia emocional. Por eso se parecen.

En un grupo de personas con alto coeficiente intelectual, los detalles como disciplina, auto control y empatía, marcan la diferencia entre los que se hunden y los que destacan.

La inteligencia emocional no significa simplemente ser amable. Un momento estratégico puede exigir no ser amable, sino, por ejemplo, confrontar a alguien con una verdad incomoda pero que han estado evitando.

El optimismo –al igual que la esperanza– significa tener una fuerte expectativa de que, en general, las cosas irán bien a pesar de los contratiempos y de las frustraciones.

Cuanta mas inteligencia social tengas, mas feliz y fuerte serás, y mejores relaciones personales tendrás.

La practica consiste en abandonar nuestros pensamientos sobre una cosa y, sin perdernos en ningún aspecto concreto de esa corriente de pensamientos, abrir nuestra mente a todo lo que aparezca en el flujo de nuestra conciencia.

La gente tiende a ser mas inteligente emocionalmente a medida que crece y madura.

La inteligencia emocional emerge como un predictor mucho mas fuerte de quien será mas exitoso, porque como nos controlamos a nosotros mismos en nuestras relaciones personales, determina lo bien que nos va cuando conseguimos trabajo.

Hay que ofrecer una solución. La critica, como todo comentario útil, debe apuntar a una forma de resolver el problema.

El requisito para llegar a controlar las emociones de los demás –para llegar a dominar el arte de las relaciones– consiste en el desarrollo de dos habilidades emociónales fundamentales: el autocontrol y la empatía.

Ayudar a las personas a que controlen dichas emociones de forma adecuada puede dar resultados tan importantes como hacer que un fumador asiduo deje los cigarrillos.

Las ideas creativas son como un capullo delicado: hay que mimarlas para que florezcan.

El hecho de que todas las personas establezcamos las fronteras de nuestro mundo y nos atrincheremos en ellas forma parte integral de nuestro propio proceso de crecimiento y organización.

Al menos un 80% del éxito en la edad adulta proviene de la inteligencia emocional.

Las personas suelen tratar los problemas colectivos como si fueran la responsabilidad de otros.

El miedo tiene una importancia especial en la evolución: tal vez mas que cualquier otra emoción, es crucial para la supervivencia. La habilidad de hacer una pausa y no actuar por el primer impulso se ha vuelto aprendizaje crucial en la vida diaria.

La inteligencia académica no ofrece la menor preparación para la multitud de dificultades –o de oportunidades– a la que deberemos enfrentarnos a lo largo de nuestra vida.

Rara vez, las personas expresan sus emociones con palabras. Por lo general, las expresan a través de otros medios.

La infancia y la adolescencia constituyen una autentica oportunidad para asimilar los hábitos emociónales fundamentales que gobernaran el resto de nuestras vidas.

El IR y las habilidades técnicas son importantes, pero la inteligencia emocional es la condición sine qua non del liderazgo.

El autoengaño opera tanto a nivel de la mente individual como a nivel colectivo.

Todas las emociones son, en esencia, impulsos que nos llevan a actuar, programas de reacción automática con los que nos ha dotado la evolución.

Las emociones sin control transforman en estúpidas a personas inteligentes.

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