La iluminación espiritual

Frases Allan Kardec

Citas Allan Kardec


El alma del hombre es un Espíritu encarnado. Para secundarlo en el cumplimiento de su tarea, Dios les dio, como auxiliares, a los animales que le son sumisos y cuya inteligencia y carácter son proporciónales a sus necesidades.

Nada puede prevalecer contra la evidencia de los hechos.

La vida espiritual es la vida normal del Espíritu y es eterna; la vida corpórea es transitoria y pasajera: no es sino un instante en la eternidad.

Cuando el pensamiento esta en una parte determinada, también lo esta el alma.

Sabedlo bien, nada es nada, y la nada no existe.

El objeto esencial del Espiritismo es el mejoramiento de los hombres. No es necesario procurar sino lo que puede ayudar al progreso moral e intelectual.

La oración es recomendada por todos los buenos Espíritus, y también es pedida por todos los Espíritus imperfectos como un medio de aliviar sus sufrimientos.

La vida es para el verdadero espiritista tan corta, tan fugitiva, que a sus ojos las tribulaciones no son mas que incidentes desagradables de un viaje.

El egoísmo, el orgullo, la vanidad, la ambición, la codicia, el odio, la envidia, los celos, la maledicencia, son para el alma hierbas venenosas de las cuales es necesario arrancar cada día algún pie y tienen como antídoto: la caridad y la humildad.

Es natural la desesperación en aquel que cree que todo acaba con la vida del cuerpo, pero carece de sentido en aquel otro que tiene fe en el porvenir.

Cada uno tendrá que dar cuenta de la inutilidad voluntaria de su existencia.

Las cualidades del alma son las mismas que las del espíritu encarnado en nosotros, de modo que el hombre de bien es encarnación de un espíritu bueno y el hombre perverso lo es de un espíritu impuro.

La duración del sufrimiento se basa en el tiempo necesario para que se mejore.

En el número de las causas de locura ha de incluirse también el terror.

Los fenómenos espiritistas están basados en la acción de inteligencias que, teniendo voluntad propia, nos prueban a cada instante que no se hallan a merced de nuestros caprichos.

Los espíritus no encarnados o errantes no ocupan una región determinada y circunscrita, sino que están en todas partes, en el espacio y a nuestro lado, viéndonos y codeándose incesantemente con nosotros.

Nacer, morir, renacer, aun, y progresar siempre, tal es la ley.

La justicia no excluye la bondad.

La fortuna es una prueba mas difícil que la miseria porque es una tentación para el abuso y los excesos, y es mas difícil ser moderado que ser resignado.

Aquellos que pasan su vida en la abundancia y en la felicidad humana son espíritus flojos que permanecen estacionarios.

El pobre que comparte su mendrugo de pan, con uno mas pobre que el, es mas caritativo y tiene mas merito a los ojos de Dios, que aquel que da parte de lo que le sobra, sin privarse de nada.

Por medio de la perseverancia llegaras a coger el fruto de tus trabajos.

Se necesitan años para ser un medico adocenado, las tres cuartas partes de la vida para ser sabio, y se querrá obtener en unas cuantas horas la ciencia del infinito.

Que seria de nuestro cuerpo si careciese de alma? Un montón de carne sin inteligencia, todo lo que queráis, menos un hombre.

La caridad que siente, según Jesús, no se limita solo a la limosna, abraza todas las relaciones en las que nos hallamos con nuestros semejantes, sean nuestros inferiores, nuestros iguales o superiores a nosotros.

El Espiritismo no viene en busca de los perfectos, mas si de los que se esfuerzan en poner en practica las enseñanzas de los Espíritus.

Puede decirse que los espíritus son los seres inteligentes de la creación. Pueblan el universo fuera del mundo material.

¿Penetrara el hombre algún día el misterio de las cosas ocultas? El velo se descorre ante el a medida que se purifica; pero para comprender ciertas cosas le son menester facultades que no posee aun.

En cada nueva existencia, el hombre es lo que ha hecho de si mismo.

Fuera de la caridad no hay salvación.

Dios pobló los mundos de seres vivos, concurriendo todos al objetivo firme de la providencia.

La plegaria es un acto de adoración. Orar a Dios es pensar en el, acercársele, ponerse en comunicación con el.

La eterna es la vida del espíritu, la del cuerpo es transitoria y pasajera. Cuando el cuerpo muere, el alma vuelve a la vida eterna.

¿acaso los tejidos del hombre y de los animales no encierran los gérmenes de una multitud de gusanos, que esperan para nacer la fermentación pútrida necesaria a su existencia?

Dios ha hecho hombres fuertes y poderosos para que sean el sostén de los débiles; el fuerte que oprime al débil es maldito para Dios, a menudo, recibe por ello su castigo en esta misma vida, aparte de lo que le sucederá en el porvenir.

La creencia en el Espiritismo no es aprovechable sino en aquel de quien se puede afirmar: Soy mejor hoy que ayer.

Dios es infinito en sus perfecciones; pero lo infinito es una abstracción. Decir que Dios es lo infinito equivale a tomar el atributo por la misma cosa, y definir una que no es conocida por otra que no lo es bastante.

En vuestras aflicciones mirad a los que están por debajo y no por encima; pensad en aquellos cuyo sufrimiento es todavía mayor que el vuestro.

El mundo corporal no pasa de ser secundario; podría dejar de existir, o no haber existido nunca, sin que se alterase la esencia del mundo espiritista.

Como creer que Dios solo permite que se manifieste el espíritu malo, para perdernos, sin darnos por contrapeso los consejos de los buenos Espíritus.

El alma es un espíritu encarnado, cuyo cuerpo no es mas que la envoltura.

Fe inalterable solo es la que puede encarar la razón, cara a cara, en todas las épocas de la Humanidad.

En efecto, todo el espiritismo esta contenido en la existencia del alma y en su estado después de la muerte.

Demostrando la existencia y la inmortalidad del alma, el Espiritismo reaviva la fe en el futuro, levanta los ánimos abatidos y hace soportar con resignación las vicisitudes de la vida.

Solo por medio del bien repudia el mal y la reparación no presenta ningún merito, si no toca al hombre en su orgullo, ni en sus intereses materiales.

Quien nutre contra su prójimo sentimientos de animosidad, de odio, de celos y de rencor, no es caritativo; miente si se dice cristiano y ofende a Dios.

Solo con el trabajo del cuerpo adquiere conocimientos el espíritu.

El verdadero espiritista ve las cosas de este mundo desde un punto tan elevado; le parecen tan pequeñas y mezquinas, comparadas con el porvenir que espera.

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