La iluminación espiritual

Frases Adiós

Citas Adiós


Madre, tu me tuviste, pero yo nunca te tuve. Yo te busque y tu no me buscaste. Así que solo me queda decirte adiós, adiós.

Al Sistema le da igual finalmente que los fieles abandonen los templos si luego llenan los estadios. El negocio de idiotas continúa con otro decorado.

Apartar lo que sobra, desvincularse y decir adiós con la sabiduría de quien ha comprendido lo que no le conviene.

No se acaba el amor solo con decir adiós, hay que tener presente que el estar ausente no anula el recuerdo, ni compra el olvido, ni nos borra del mapa.

Y recordar que la vida, es sola una, no hay dos. Al cuerpo lo que le pida, y al que dirán un adiós.

Sabía usted que en 1949, la Comisión Federal de Comunicaciones asigno el canal 1 a servicios móviles (como radios de dos bandas en los taxis) pero no renumeró el resto de los números. Por eso, las televisiones solo tienen del 2 en adelante.

Puede que un adiós se sienta como si fuese para siempre. Una despedida es como un final, pero en mi corazón esta el recuerdo y allí siempre estarás.

En los estadios los hombres no solo están apiñados, sino que con mucha frecuencia están eufóricos y, mas aun, excitados, angustiados y llenos de ira.

Sabía usted que en 1949, la Comisión Federal de Comunicaciones asignó el canal 1 a servicios móviles (como radios de dos bandas en los taxis) pero no renumeró el resto de los números. Por eso, las televisiones solo tienen del 2 en adelante.

Era mi destino amar y decir adiós.

El que parte y dice adiós para siempre, aunque sea un extraño, estruja dolorosamente el corazón del hombre.

Decirte adiós fue tan difícil como escribir esta frase.

Padre, tu me dejaste, pero yo nunca te deje. Yo te necesite, pero tu no me necesitaste. Así que solo me queda decirte adiós, adiós.

El que se va se lleva su memoria, su modo de ser rio, de ser aire, de ser adiós y nunca.

Se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida.

Con el ajedrez se olvidaba de la comida, del primero y del último amor. No más úlceras. Adiós pobreza. Disfunción eréctil, no te quito más tiempo.

El hombrecito promedio a veces sueña con vacaciones y libertad. Siempre sueña con concluir las cuentas, hasta que un día el corazón se para y adiós.

Cualquiera ve la diferencia entre un adiós y un hasta luego, y lo que yo vi fue un adiós.