En un taxi - Reflexión

Le ha sucedido que después de montarse en un taxi queda como hipnotizado con el taxímetro. Disfrute del viaje de todas maneras va a costar lo mismo.

JEBUNA

El taxímetro

No le ha sucedido que después de montarse en un taxi queda uno como hipnotizado con el taxímetro y en la primera curva ya se está revisando cuanto va marcando, algún ruido afuera nos llama la atención... miramos, pero no nos demoramos en volver a mirar cuanto va y pensamos, será que este taxímetro está arreglado que aparato para andar rápido y mire y mire y mire... así sucesivamente el resto del camino y cuando uno llega pregunta: ¿Señor cuánto le debo? Son 5.000 pesos, pagamos damos las gracias y nos vamos.

Moraleja: ¿Para qué sufrimos haciendo esto? Digo, lo mejor es disfrutar del viaje... de todas maneras nos va a costar lo mismo.

Tranquilidad

-Osho-

Si soy tranquilo, soy yo el responsable de ello; si no tengo sosiego, yo me lo he trabajado.

Este concepto de Dios como persona ha causado muchos problemas. La mente desearía que fuese una persona, con objeto de poder transferir sobre él toda la responsabilidad, y habiéndole hecho responsable, comenzar a cargarlo con todas las pequeñeces. Si una persona encuentra trabajo, le da gracias a Dios; si lo pierde, se enfurece con él. Si a alguien le sale una verruga, sospecha que es obra de Dios; si se cura, se lo agradece. Nunca nos damos cuenta de cómo estamos utilizando a Dios; ni siquiera nos paramos a pensar cuán egocéntrica es nuestra actitud cuando asumimos que Dios ha de preocuparse hasta de nuestras verrugas...

La ventaja de considerar a Dios como persona es que podemos atribuirle las responsabilidades.

Pero un buscador mantiene la responsabilidad sobre sí. De hecho, ser un buscador significa no hacer responsable de nada a nadie excepto a uno mismo. Si hay tristeza en mi vida, soy responsable, y si hay felicidad también soy responsable. Si soy tranquilo, soy yo el responsable de ello; si no tengo sosiego, yo me lo he trabajado. No hay otro responsable más que yo por cualquier estado en el que me halle. Si me caigo y me rompo una pierna, es por mi culpa, y no puedo echarle la culpa a la gravedad. Si esta es la actitud de su mente, habrá comprendido correctamente...