LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL
PARA LLEGAR AL ALMA
Piensa en cada una de las personas con las que vives y trabajas, observando cómo cada una de ellas se transforma a tus ojos cuando las miras con amor. Al verlas así, les estas ofreciendo un don infinitamente más valioso que cualquier acto de servicio que puedas prestarles, porque, al hacerlo, las has transformado, las has «creado» en tu corazón; y, supuesto un cierto grado de contacto entre tú y ellas, también ellas experimentarán realmente una auténtica transformación.
Y ahora, ofrécete a ti mismo este idéntico don. Si has sido capaz de hacerlo por otros, no te resultará muy difícil. Sigue el mismo procedimiento: no juzgues o condenes ninguno de tus defectos o neurosis. Si no has juzgado a los demás, tampoco tú debes ser juzgado. Indaga, estudia y analiza tus defectos para lograr una mejor comprensión que te lleve al amor y al perdón, y descubrirás con gozo cómo resultas transformado por esa actitud extrañamente tierna y comprensiva que brota en ti para contigo mismo. Una actitud que nace en tu interior y se extiende a toda criatura viviente.
Si comienzas a entender lo que eres verdaderamente sin intentar cambiarlo, lo que eres se someterá a una transformación.