EL MILAGRO DE LA CONSCIENCIA (CUENTO)

CUENTO ZEN (212)

Un hombre recorrió medio mundo para comprobar por sí mismo la extraordinaria fama que gozaba un gran Maestro...

¿Qué milagros ha realizado tu Maestro?, le preguntó a uno de sus discípulos.

Bueno, verás... hay milagros y milagros. En tu país se considera un milagro que alguien haga algo sobrenatural. Entre nosotros, se considera un milagro que alguien tenga consciencia.

MORALEJA

Que no te pase lo que le sucedió a la anciana cuando escucho la noticia de la bomba atómica de Hiroshima y dijo: ¡Milagro, gracias a Dios no cayo acá!

Los milagros parecen más milagrosos cuando hay ignorancia e inconsciencia. ¿Lo entiendes? A muchos les gustaría alguien que convirtiese las piedras en pan, si tienen hambre.

Los milagros, son meras construcciones mentales de los hombres sin ninguna realidad objetiva Al no ser construcciones de la existencia, sino del hombre, no permiten entender la creación y la realidad de la existencia.

El hombre manifiestamente no es la medida de todas las cosas. Este Universo está inyectado de misterio. El solo hecho de su existencia y de la nuestra, es un misterio absoluto y el único milagro que merece tal nombre.

La iluminación siempre esta ahí. La pequeña iluminación traerá la gran iluminación. Si respiras y eres consciente de que estas vivo, de que puedes tocar el milagro de estar vivo, ese es el tipo de milagro y de iluminación, digna de nuestra atención.

Cuando tu auténtico yo milagroso se despierta y se vuelve más fuerte que tu ego, intentarás marcar una diferencia en el mundo. Literalmente entrarás en una alianza con el principio creativo dejando atrás la ignorancia y la inconsciencia.

El verdadero amor es el único milagro, es la escalera de la inconsciencia a la consciencia. Si has aprendido a amar, lo has aprendido todo. La gente que hace preguntas sobre Dios, en realidad no está preguntando sobre Dios, más que preguntar, está declarando que no ha conocido lo que es el amor.


DEFINICIONES DEL ZEN


El zen es una tradición ancestral que nació en la India y se expandió por China y Japón. Su propósito es lograr la iluminación, el estado de completa sintonía con la realidad tal cual es.

El zen no se basa en escrituras sagradas, rituales o ceremonias, sino en la meditación, el silencio y la conciencia plena.

El zen no busca dar soluciones, sino generar preguntas, cuestionar las creencias y los prejuicios, liberar la mente de las ataduras del ego y las ilusiones.

El zen utiliza las historias como un recurso para transmitir su esencia, pero no son historias ordinarias, sino historias que violan las reglas, que desafían la lógica, que asombran y desconciertan. Son historias que apuntan a lo esencial, lo que no se puede expresar ni pensar.

Las historias zen no son para entenderlas, sino para vivirlas, para dejarse impresionar por ellas, para despertar con ellas. Las historias zen son como dedos que indican la luna, pero no son la luna.

El maestro zen cuenta las historias con elegancia y humor, sin querer imponer nada, sino solo compartir su visión. El discípulo zen escucha las historias con interés y apertura, sin intentar analizarlas o juzgarlas, sino solo dejarse llevar por ellas.

Las historias zen son como semillas que se plantan en el corazón del oyente, y que pueden germinar en cualquier momento, dando frutos de sabiduría y compasión.

Las historias zen son un obsequio, una invitación a la aventura, una puerta abierta a lo desconocido.

En este blog te presentamos algunas de las historias zen más famosas y fascinantes, acompañadas de comentarios y reflexiones que te ayudarán a profundizar en su significado. Te invitamos a leerlas con calma y curiosidad, sin prisas ni expectativas, solo con la disposición a sorprenderte y aprender.

Esperamos que estas historias te inspiren y te acompañen en tu camino hacia la iluminación.