GENEROSO HASTA LA MUERTE (CUENTO)

CUENTO ZEN (48)

Un hombre viajaba de una ciudad a otra, cuando supo que se había trabado una sangrienta batalla, y que su primo se encontraba entre los soldados heridos. Se apresuró en llegar hasta el lugar para descubrir que su familiar estaba a punto de morir. Echó mano de su cantimplora y le ofreció un poco de agua, pero en ese instante otro herido gimió, y el primo le pidió que le diese de beber al soldado que estaba a su lado.

¡Pero si voy hasta él, es posible que tú no sobrevivas! ¡Tú ya has sido suficientemente generoso durante toda tu vida!

Reuniendo sus últimas fuerzas, el herido respondió:

Razón de más para seguir siendo generoso hasta el momento de mi muerte.

MORALEJA

Es muy importante cultivar la generosidad auténtica que no es de la mente y que les hace querer compartir con alguien cualquier cosa que puedan poseer, por pequeña que sea. Si no tienen este sentimiento de amor, de generosidad, de bondad, de delicadeza, ahora, será muy difícil que la puedas tener; pero si empiezan a tenerla ahora, entonces tal vez podrán despertarla en otros.

El amor implica generosidad, comportarse de manera que la compasión inspire nuestras palabras y nuestros actos. Un ser compasivo entre dos acciones, opta siempre por la más generosa.

La generosidad de la mente y el corazón

Deben tener ese extraordinario sentimiento, esa generosidad hacia todo, hacia el animal, el gato que camina por el muro, la mugre, la suciedad, la inmundicia de los seres humanos que viven en la pobreza, en la desesperación. Deben ser generosos, que es compartir con intensidad, no se trata de compartir en una dirección determinada ni tampoco de un interés que viene y va, sino que se trata de ser generoso con todo tu ser. Deben ser completamente generosos todo el tiempo. A menos que sean completamente generosos, no habrá unicidad. La unión llega con la generosidad y la amistad.

La generosidad no surge del conocimiento infinito y de la información. Puede que conozca todos los libros del mundo; puede que los haya leído, devorado, puede que conozca a todos los autores, puede que sepa todo lo que se ha dicho; pero todo eso no da la capacidad de amar y compartir. El florecimiento del amor llega con esa generosidad, con la generosidad total de su mente, consciente e inconsciente; y también con la generosidad de su corazón y sus extraordinarias capacidades como el afecto, la simpatía, a la generosidad. Con eso, llega un intenso sentimiento, sentimiento por la hoja que cae del árbol con sus colores otoñales y también por la mugre de una calle sucia; uno tiene que ser generoso a ambas cosas, no puede ser generoso a una y no a la otra. Uno es generoso, a una cosa y a la otra.

Recuerda: La generosidad trae felicidad en cada etapa de su expresión. Experimentamos alegría al formar la intención de ser generosos. Experimentamos alegría durante el propio acto de dar algo. Y experimentamos alegría al recordar el hecho de que hemos dado.


DEFINICIONES DEL ZEN


El zen es una tradición ancestral que nació en la India y se expandió por China y Japón. Su propósito es lograr la iluminación, el estado de completa sintonía con la realidad tal cual es.

El zen no se basa en escrituras sagradas, rituales o ceremonias, sino en la meditación, el silencio y la conciencia plena.

El zen no busca dar soluciones, sino generar preguntas, cuestionar las creencias y los prejuicios, liberar la mente de las ataduras del ego y las ilusiones.

El zen utiliza las historias como un recurso para transmitir su esencia, pero no son historias ordinarias, sino historias que violan las reglas, que desafían la lógica, que asombran y desconciertan. Son historias que apuntan a lo esencial, lo que no se puede expresar ni pensar.

Las historias zen no son para entenderlas, sino para vivirlas, para dejarse impresionar por ellas, para despertar con ellas. Las historias zen son como dedos que indican la luna, pero no son la luna.

El maestro zen cuenta las historias con elegancia y humor, sin querer imponer nada, sino solo compartir su visión. El discípulo zen escucha las historias con interés y apertura, sin intentar analizarlas o juzgarlas, sino solo dejarse llevar por ellas.

Las historias zen son como semillas que se plantan en el corazón del oyente, y que pueden germinar en cualquier momento, dando frutos de sabiduría y compasión.

Las historias zen son un obsequio, una invitación a la aventura, una puerta abierta a lo desconocido.

En este blog te presentamos algunas de las historias zen más famosas y fascinantes, acompañadas de comentarios y reflexiones que te ayudarán a profundizar en su significado. Te invitamos a leerlas con calma y curiosidad, sin prisas ni expectativas, solo con la disposición a sorprenderte y aprender.

Esperamos que estas historias te inspiren y te acompañen en tu camino hacia la iluminación.