LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL
CUENTO ZEN DE HOY
El cuento zen funciona como una espada que corta el nudo de la mente. ¡Disfrútalos!
Cuenta la historia que habia un niño con muy mal caracter. Su padre le dio un saco de clavos y le dijo que clavara uno en la cerca del jardin cada vez que perdiera la paciencia o se enfadara con alguien.
El primer dia clavo 37 clavos, pero durante las siguientes semanas, se esforzo en controlarse y dia a dia la cantidad de clavos que debia clavar, disminuyo. Habia descubierto que era mas facil controlarse que clavar clavos.
Finalmente, llego un dia en el que ya no necesito clavar mas clavos y satisfecho fue a ver a su padre para decirselo.
Su padre lo felicito pero le pidio que, a partir de ese momento, quitara un clavo por cada dia que no perdiera la paciencia. Los dias pasaron y finalmente el niño pudo decir a su padre que los habia quitado a todos.
El padre, llevo al niño hasta la cerca y le dijo: Hijo mio, te has comportado muy bien, pero mira todos los agujeros que han quedado. Esta cerca ya nunca sera como antes. Lo mismo ocurre con las personas. Cuando discutes con alguien y le dices palabras ofensivas, le dejas una herida como esta.
MORALEJA
Puedes clavar una navaja a un hombre y despues retirarla, pero siempre quedara la herida. No importa las veces que le pidas perdon, la herida permanecera. Una herida provocada con la palabra, hace tanto daño como una herida fisica.
No puedes herir a otros sin que tu primero te hieras a ti mismo. Puedes herir a otros si te hieres a ti mismo; vas a ser una molestia para otros, si eres una molestia para ti mismo; vas a ser una alegria para otros, solamente si eres una alegria para ti mismo.
Cualquier herida que puedas hacer a otros, tienes que habertela hecho primero a ti mismo, porque eso es lo unico que puedes compartir, puedes compartir solamente lo que tienes, no puedes compartir lo que no tienes.
Para detener esto primero, tienes que empezar por ti mismo; si te sientes mal, deja que eso se convierta en una meditacion. Sientate en silencio, cierra las puertas. Primero, siente tus heridas en lo mas profundo que puedas, siente cada herida. Pero si alguien te insulto: y ahora crees que la mejor manera de evitar la herida es insultarlo tu, te quedaras esclavo en un bucle con el. Eso no es meditacion consciente, eso es ignorancia.
Si alguien te insulto, agradecele que te haya dado la oportunidad de sentir una herida profunda, abrio en una herida en ti; esta herida la pudieron haber causado muchos, muchisimos insultos que recibiste en tu vida, puede ser que el que te insulto no sea el causante del sufrimiento, pero desencadeno un proceso.
Cierra tu cuarto, sientate en silencio, sin rabia contra esta persona, pero con total conciencia del sentimiento que esta surgiendo en ti, el sentimiento de dolor de haber sido rechazado, de haber sido insultado y va a sorprenderte porque no solamente vas a encontrarte con esa persona sino con todas y cada una de las personas que te ofendieron en algun momento, van a pasar todos por tu memoria.
No solamente vas a empezar a acordarte de ellos, sino que vas a revivir todo; vas a entrar en una especie de terapia primal. Siente la herida, siente el dolor, no lo trates de evitar. Por eso en muchas terapias se le dice al paciente que no tome ninguna droga justo antes de la terapia, por la sencilla razon que las drogas son un medio para escapar de tu desgracia interior que no te dejan ver las heridas, las reprimen, no te dejan sumergir en tu sufrimiento, y a no ser que lo hagas, no vas a poder librarte de su desgracia interior.
Recuerda: La terapia de los clavos en la cerca le permitieron al niño ver sus propias heridas que le permitieron librarse de la prision del mal caracter.
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