ALEJANDRO MAGNO Y EL AGUA (CUENTO)

CUENTO ZEN (17)

Alejandro Magno fue interrogado mientras estaba en India, por un gran maestro.

¿Si estás en un desierto y estás sediento y yo tengo una botella llena de agua, cuanto estarías dispuesto a pagar por ella?

Alejandro dijo, Pagaría la mitad de mi imperio en una situación así.

Pero el maestro dijo: Yo no te vendería a menos que me des todo tu imperio. ¿Por qué debería vender? Si estás dispuesto a pagar la mitad, eso es un síntoma suficiente, de que si espero un poco más, te vas a sentir más sediento y vas a pagar con el imperio completo.

Y Alejandro estuvo de acuerdo, quizás entregue todo mi imperio.

El maestro riendo dijo: ¿Entonces qué estás haciendo? ¿Desperdiciando la oportunidad de ser feliz y tu vida por una botella de agua? ¿Eres estúpido o qué?

MORALEJA

Tú no conoces el verdadero valor del agua, a menos que hayas estado sediento en el desierto. Las personas no aprecian el agua porque la gente no puede entender el valor a menos que ello tenga un precio. Ellos entienden el precio, pero no entienden el valor.

El mundo entiende las cosas a su manera. De otro modo, la felicidad está libremente disponible para cualquiera que pueda apreciarla, que sea vulnerable a ella, que esté abierto a recibirla. No tiene un precio puesto sobre ella. Pero aquellos solo pueden entender el valor de la felicidad a menos que paguen por ello, para esa pobre gente muchos guías se están aprovechando y poniéndole precio a la felicidad.

Desgraciadamente en este mundo a todo se le pone un precio. Y muchos están dispuestos a pagar un alto precio por la felicidad, y mientras mayor sea el precio que pagues por ella mayor es el aprecio por la misma.

Recuerden: Todo lo que no es creado por el ser humano es valioso. Lo que es creado puede tener un precio relativo, un precio de mercado, pero no es realmente valioso; no tiene valor. Los objetos creados por el hombre son comodidades. Por supuesto, si vas al mercado y empiezas a vender felicidad, seguramente una persona iluminada no lo comprará. No tiene valor y lo más seguro es que se reirá.

La felicidad es uno de los más elevados valores de la vida. No debería ser reducido a una simple mercancía.


DEFINICIONES DEL ZEN


El zen es una tradición ancestral que nació en la India y se expandió por China y Japón. Su propósito es lograr la iluminación, el estado de completa sintonía con la realidad tal cual es.

El zen no se basa en escrituras sagradas, rituales o ceremonias, sino en la meditación, el silencio y la conciencia plena.

El zen no busca dar soluciones, sino generar preguntas, cuestionar las creencias y los prejuicios, liberar la mente de las ataduras del ego y las ilusiones.

El zen utiliza las historias como un recurso para transmitir su esencia, pero no son historias ordinarias, sino historias que violan las reglas, que desafían la lógica, que asombran y desconciertan. Son historias que apuntan a lo esencial, lo que no se puede expresar ni pensar.

Las historias zen no son para entenderlas, sino para vivirlas, para dejarse impresionar por ellas, para despertar con ellas. Las historias zen son como dedos que indican la luna, pero no son la luna.

El maestro zen cuenta las historias con elegancia y humor, sin querer imponer nada, sino solo compartir su visión. El discípulo zen escucha las historias con interés y apertura, sin intentar analizarlas o juzgarlas, sino solo dejarse llevar por ellas.

Las historias zen son como semillas que se plantan en el corazón del oyente, y que pueden germinar en cualquier momento, dando frutos de sabiduría y compasión.

Las historias zen son un obsequio, una invitación a la aventura, una puerta abierta a lo desconocido.

En este blog te presentamos algunas de las historias zen más famosas y fascinantes, acompañadas de comentarios y reflexiones que te ayudarán a profundizar en su significado. Te invitamos a leerlas con calma y curiosidad, sin prisas ni expectativas, solo con la disposición a sorprenderte y aprender.

Esperamos que estas historias te inspiren y te acompañen en tu camino hacia la iluminación.