La iluminación espiritual

Adiós a Stephen Hawking

POR: PATROCINIO NAVARRO

Imagen; Adiós a Stephen Hawking; Patrocinio Navarro

NOS DEJA STEPHEN HAWKING

El 14 de marzo de este año (2018) ha dejado este mundo Stephen Hawking en medio del respeto, la admiración y la simpatía de las gentes. No es para menos, aunque solo sea por su capacidad intelectual y por su heroicidad vital. Imaginémonos tener que vivir postrados en una silla de ruedas, pudiendo mover tan solo los ojos y las mejillas, y a la vez ser capaces de escribir libros científicos del nivel de los redactados por Hawking a razón de una palabra cada minuto con la ayuda de los sensores electromagnéticos instalados en la silla. Desde aquí nuestro respeto y admiración y el deseo de que el suyo sea un viaje consciente hacia la Luz.

Como quien esto escribe no es científico, no trataré de ahondar en los temas relacionados con la física teórica, sino con los que tienen que ver con la visión espiritual del mundo. En este aspecto, el espiritual, nuestro amigo Hawking tuvo dos fases: en la primera, que corresponde a la redacción de su famoso libro Historia del tiempo (a principios de los años 90) se interesaba por comprender la mente activa de un Dios Creador como origen del Universo, en un intento por unir ciencia con espiritualidad, que – por desgracia- él confundiría con religión, cosa que suele ocurrir con mucha frecuencia.

En 2010, el mismo que en un principio buscaba la relación entre la Creación y su origen divino, se declaró ateo, aunque siempre anduvo buscando algo más allá de la apariencia exterior de las cosas, como podemos leer en la Introducción a su libro El Gran Diseño:

Cada uno de nosotros existe durante un tiempo muy breve, y en dicho intervalo tan solo explora una parte diminuta del conjunto del universo. Pero los humanos somos una especie marcada por la curiosidad. Nos preguntamos, buscamos respuestas. Viviendo en este vasto mundo, que a veces es amable y a veces cruel, y contemplando la inmensidad del firmamento encima de nosotros, nos hemos hecho siempre una multitud de preguntas. ¿Cómo podemos comprender el mundo en que nos hallamos? ¿Cómo se comporta el universo? ¿Cuál es la naturaleza de la realidad? ¿De dónde viene todo lo que nos rodea? ¿Necesitó el universo un Creador? La mayoría de nosotros no pasa la mayor parte de su tiempo preocupándose por esas cuestiones, pero casi todos nos preocupamos por ellas en algún instante. Tradicionalmente, ésas son cuestiones para la filosofía, pero la filosofía ha muerto. La filosofía no se ha mantenido al corriente de los desarrollos modernos de la ciencia, en particular de la física. Los científicos se han convertido en los portadores de la antorcha del descubrimiento en nuestra búsqueda de conocimiento.

Y en otro lugar de esa misma obra declara su ateísmo.

Dado que existe una ley como la de la gravedad, el Universo pudo y se creó de la nada. La creación espontánea es la razón de que haya algo en lugar de nada, es la razón por la que existe el Universo, de que existamos. No es necesario invocar a Dios como el que encendió la mecha y creó el Universo.

El gran Diseño

Durante el año 2014, en una entrevista realizada por el diario El Mundo, aclaró su postura con respecto a la religión y despejó cualquier duda sobre su ateísmo. Fue claro en señalar que era ateo y considera incompatibles ciencia y religión:

En el pasado, antes de que entendiéramos la ciencia, era lógico creer que Dios creó el Universo. Pero ahora la ciencia ofrece una explicación más convincente. Lo que quise decir cuando dije que conoceríamos 'la mente de Dios' era que comprenderíamos todo lo que Dios sería capaz de comprender si acaso existiera. Pero no hay ningún Dios. Soy ateo. La religión cree en los milagros, pero estos no son compatibles con la ciencia.

Stephen Hawking

Hay en el mundo científico, como en el resto de las profesiones y de las personas, dos posturas respecto al origen del universo y de Dios, que se corresponden con las dos épocas del pensamiento de Hawking.: la de quienes creen en un Dios Creador, sin el cual no es posible la existencia del Universo y la inteligencia de las leyes que lo rigen, y la de aquellos que como Hawking en su última época creen que el Universo surgió de la nada,, surgió por casualidad, y gracias a las leyes de la ciencia. Como persona espiritual no me parece nada razonable la idea de que de la nada pueda surgir algo, pues la nada carece de posibilidad alguna de albergar nada, y por eso es la nada y no otra cosa. La nada no es el Ser, y solo se puede mencionar como el no ser para identificarla, pues con nombrarla no se le da existencia. Y siguiendo con nuestro razonamiento, solo a partir del Ser puede darse la Creación, y con ella las leyes de la Creación que son de un doble contenido: las leyes espirituales que expresan los Diez Mandamientos y el Sermón de la Montaña (que no son leyes de una religión concreta, sino por encima de cualquier religión), y las leyes físicas. Las primeras configuran la naturaleza espiritual de todo lo existente, y estas últimas, la envoltura externa del mundo. De un mundo regido por la fuerza del Espíritu que todo lo penetra y a todo da vida y forma.

Siento que nuestro amigo Hawking retrocediese en el intento de comprender un Universo sin Dios después de haber contado con El, y espero que en su viaje a la siguiente etapa de su existencia que le deseo físicamente sano y mentalmente lúcido, llegue a comprender la sabiduría de la Creación y encuentre las respuestas que tanto deseó.

Buen viaje, hermano Stephan

Que Dios te bendiga en el trayecto.


RELACIONADOS

«Adiós a Stephen Hawking»