LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL
La muerte del miedo será tu renacimiento, un principio para vivir con la fuerza sanadora de tu interior elevando tu sistema inmunológico hasta los niveles pico.
La verdadera salud ha de manifestarse en tu interior, en tu subjetividad, en tu consciencia, porque la consciencia no conoce el nacimiento ni la muerte. Es eterna.
No sabemos nada del mundo. Hemos creado nuestro propio mundo mental. Todo el mundo tiene su propio mundo, este mundo de pasado y de futuro, este mundo de recuerdos y de deseos. Este mundo es falso, ilusorio.
Estamos muertos porque nunca hemos saboreado la vida, nunca hemos saboreado el presente, lo existencial. Vivimos en el muerto pasado y seguimos proyectando este pasado ya muerto en el futuro.
Si tratas con gratitud y amor a tu interior, apoyaras la idea de estar presente.
La gratitud es mágica: produce buenos resultados donde quiera que la lleves.
Si queremos un mundo mejor, tenemos que empezar por provocarlo nosotros. Ayudar al que más lo necesita es lo más grande que un ser humano puede hacer por otro.
Tú estás destinado a ser luz para muchos que necesitan de tu luz y de tu amor. No te quedes encerrado en tu rincón. Haz que hoy sucedan cosas buenas.
La acción surge cuanto permites el nacimiento interior; es la cosa más bella del mundo. La superficialidad surge de una mente que repite y reza. Actúa más, y reza menos.
Actúa en esta Navidad. Permite nacer el amor en ti, o tu Cristo interior, o la luz de Dios, o tu Buda interno o como lo quieras llamar. Pero permítele nacer y que exista en ti.