Valores para todos
El autodominio es importante para ser libre, pues de lo contrario se es prisionero de uno mismo. No acepte ser esclavo de vicios o de sentimientos.
JBN LIE
VALORES HUMANOS
Decálogos para un buen vivir.
Los valores son importantes para una convivencia social armoniosa. Sin los valores como referencia frente a nuestra forma de actuar individual y hacia los demás, las relaciones humanas se debilitan al no albergar criterios comunes para la vida en sociedad.
Los valores son características positivas de gran importancia que nos ayudan a ser mejores individual y socialmente. Se pueden enumerar muchos valores claves para la construcción de una mejor sociedad, pero siempre se debe tomar en cuenta que todos se encuentran interligados.
Decálogo de La persona proactiva
- Adquiera el hábito de observarse a Ud. mismo como se mira a otra persona: así será más objetivo en el auto-juicio.
- Usted es el responsable de su propia vida: no deje que sean los demás, o los sentimientos, o las circunstancias, quienes determinen su conducta: elija y decida qué hacer a pesar de aquellos factores.
- Los resultados de ahora no lo deben desanimar: siga adelante en la decisión tomada, si piensa que es la mejor.
- No haga algo por costumbre, porque es la moda, o porque le gusta: piense, elija y actúe según sus principios.
- Cuando se proponga un objetivo, cúmplalo. Cuando se comprometa con alguien o con algo, hágalo.
- Después de tomar una decisión, es necesario asumir las consecuencias de esa elección. Lo contrario es una irresponsabilidad.
- No existe responsabilidad sin iniciativa: busque en todo momento la forma mejor de hacer las cosas. No sea un mero ejecutor de instrucciones.
- Quejarse, lamentarse, achacar culpas a otros, son formas de perpetuar los problemas. Procure usted ser mejor en eso que critica y así estará ayudando a los demás.
- La opinión de los demás sobre usted –críticas, alabanzas, chismes, etc.- no deben perturbarlo: haga las cosas bien, según sus principios, sin importarle el qué dirán.
- Todos somos responsables del éxito de la organización. No piense que un tema no le corresponde, porque nadie se lo ha asignado: sea solidario con aquel que le corresponde hacerlo.
Decálogo de La excelencia personal
- La excelencia comienza con un conocimiento realista de uno mismo: fortalezas y debilidades.
- No hay excelencia sin exigencia. No hay calidad personal sin esfuerzo. Por eso vencer la pereza y la comodidad es el inicio de la excelencia.
- Sea sincero con usted mismo: no confunda lo que es, con lo que le gustaría ser. Pregunte a los demás cómo lo ven; así tendrá una buena base para el auto concepto.
- La excelencia supone repetición de acciones buenas. La fuerza de voluntad se adquiere por repetición de actos que requieren esfuerzo. Por eso, pase a la acción: no se quede en buenos deseos.
- La agresividad es una señal de inseguridad. Los complejos, los miedos, las manías… van minando la propia seguridad.
- La envidia y el orgullo son auto destructores de la excelencia.
- Dos síntomas de autoestima inapropiada: mirar a los demás con aires de superioridad y la falta de confianza en uno mismo.
- La excelencia personal es un proceso de mejoramiento continuo para desterrar hábitos negativos y adquirir otros positivos.
- Cuando quiera decir sí, dígalo; cuando quiera decir no, también. Atrévase y no se sienta mal por decirlo. Es su derecho. Pero hágalo con buenas maneras.
- La excelencia no es la presunción del que se cree perfecto o del que piensa que todo lo puede por sí mismo. Es el convencimiento de que con la ayuda de los demás y de Dios, unidos al esfuerzo personal, puede ser mejor cada día.
Decálogo del Respeto
- Respetar a una persona es tratarla como se merece, de acuerdo a su dignidad de ser humano (todos somos iguales en este sentido), y a la posición que ocupa en una colectividad.
- Vivir los buenos modales, y las normas de educación son señales claras de respeto a los demás.
- El respeto implica no apropiarse de ideas ajenas, lo cual sería un robo; también reconocer los méritos de los demás, sin apropiarse del éxito ajeno, lo cual es otra injusticia.
- El respeto implica valorar a cada persona, su fama, su tiempo y sus pertenencias.
- Cuando no se puede hablar bien de una persona es mejor callar. Evite juzgarla, si no tiene obligación de ello.
- La murmuración destruye el ambiente de trabajo, pues daña las relaciones interpersonales. No inicie ni propague chismes bajo ninguna excusa.
- El respeto es también tolerancia. Es decir no atropellar a otras personas y valorar las diferencias. Pero hable claro de sus ideas.
- La cortesía, la amabilidad, el agradecimiento, la puntualidad, las caras amables… son formas de mostrar respeto.
- Separar los hechos de las personas está en la raíz del auténtico respeto: la conducta inapropiada se debe corregir; en cambio a las personas se les comprende.
- Valentía para expresar y defender las ideas propias. Respeto y consideración por las ideas ajenas. El equilibrio entre estas dos posturas es señal de madurez.
Decálogo de La Laboriosidad
- Laboriosa es la persona que ama el trabajo y trata de hacerlo bien.
- La laboriosidad lleva consigo el afán de aprovechar el tiempo, de concentrarse en el trabajo y de no abandonar actividades a medio hacer.
- Haga el trabajo con entusiasmo, de buena gana, con empeño, aunque esté cansado y le suponga esfuerzo.
- Un enemigo de la laboriosidad es el afán de moverse mucho, confundiendo este valor con el activismo. Piense en las hormigas o en las abejas. Huya de la precipitación.
- Una manera de perder el tiempo es hacer muchas cosas, dispersas, y no acabar ninguna de ellas. Otra forma de perder el tiempo es hacer las cosas mal, pues hay que repetirlas.
- Un enemigo grande de la laboriosidad es la falta de diligencia; es decir aplazar las cosas, llevar un ritmo cansino, no tener iniciativas…
- Respete el tiempo de los demás: sea puntual. No interrumpa el trabajo de otros. Prepare las reuniones. Estudie los asuntos antes de hablar con otra persona. Así su tiempo y el de los demás será más productivo.
- Laboriosidad es hacer en cada momento lo que se debe hacer; no lo más urgente ni lo que más le gusta. Primero lo Primero.
- Cuando esté cansado haga una actividad que le exija menos esfuerzo; cambie de ocupación. Distribuya los distintos trabajos a lo largo del día y la semana según el nivel de dificultad y su capacidad productiva.
- El trabajo cuando se hace por valores y con valores desarrolla la personalidad del ser humano, proporciona prestigio profesional, incrementa las propias capacidades, sirve para sacar adelante la familia y contribuye al bienestar social. El trabajo es una bendición de Dios.
Decálogo del Espíritu Positivo
- El Espíritu Positivo es una mezcla de serenidad interior, optimismo, caras amables y buen humor. Cultive estas cuatro plantas.
- Tenga ojos para lo positivo, no se detenga en lo negativo únicamente. Elimine el pesimismo y el derrotismo, considerando los aspectos positivos de la realidad.
- No permita que la conducta sea resultado de su estado de ánimo: cuando no se sienta bien, sonría; cuando las cosas salgan mal, ríase.
- Estar siempre alegre es el mejor regalo que puede hacerle a los demás: sonría y mire con cariño.
- El lenguaje anima o desanima. Por eso no hable cosas negativas –críticas, quejas, lamentos-, ni siquiera con el fin de motivar a otros.
- Haga de la confianza una clave de su vida. El Espíritu Positivo es el resultado de confiar en uno mismo, en los demás y en Dios.
- Vea las realidades presentes con ojos de futuro; así tendrá serenidad. Ahora se ríe de las tragedias de niño; después se reirá de las tragedias de ahora.
- No se tome demasiado en serio a sí mismo. No considere los defectos de los demás como ofensas personales. No haga tragedias de cosas sin importancia. Así vivirá alegre.
- Prefiera entre sus amistades a personas alegres y serenas. Destierre a los aguafiestas.
- Tenga los pies en la tierra y el corazón en un sueño. El entusiasmo es el estado de ánimo resultante de poseer una visión esperanzada de la vida. Por eso impóngase retos.
Decálogo de La Lealtad
- La persona leal, lo es con la empresa, con la familia y con la sociedad.
- Hablar mal de alguien que no está presente es una falta de lealtad a esa persona.
- Pertenencia es tener la camiseta puesta, lo cual significa trabajar como si la empresa fuera de uno.
- El compromiso con la organización debe ser total. Sin embargo, no se pueden transgredir los principios, por buscar el beneficio de la empresa o de algún compañero.
- La palabra dada es sagrada: sea fiel a ella.
- Pertenecer a una empresa es identificarse con su Cultura Organizacional: alinear los propios valores con los valores corporativos.
- El compromiso y la lealtad son de doble vía: de las personas hacia la organización y de ésta hacia la gente. Usted haga su parte.
- Compromiso significa solidaridad para con todos: colaboración, ayuda mutua… La unión hace la fuerza. Hoy por ti, mañana por mí.
- El empeño por conservar el buen ambiente es una manifestación de pertenencia. Por eso declárele la guerra al chisme.
- Al corregir, cuando sea necesario, hágalo como le gustaría que lo hicieran con usted. Hable de forma directa y clara, pero con delicadeza.
Decálogo de La Calidad
- Trate de hacer todo bien, desde el principio hasta el final, cuidando los detalles.
- Planee con tiempo cada uno de los procesos y actividades. Así se evitarán las improvisaciones que tanto daño hacen a la calidad.
- Ponga los cinco sentidos en lo que hace -atención y concentración-: requiere esfuerzo pero vale la pena por la calidad obtenida.
- No se acelere, declárele la guerra a las urgencias. Serenidad, calma, pero sin pausa.
- Revise las cosas dos veces. Tenga una actitud permanente de autoevaluación de sí mismo y de todo lo que hace. No se conforme con la calidad obtenida.
- Cuidando las cosas pequeñas, la calidad se convierte en excelencia: cada vez un poco mejor.
- Tenga ojos para ver lo que otros no ven: detalles que pueden ser mejorados. Detecte los problemas cuando son pequeños y soluciónelos en ese momento.
- De nada sirve cuidar la calidad de vez en cuando, o en algunos procesos. La calidad es en todo y siempre.
- Armonía en los detalles. Buen gusto. La calidad es bella y lo pequeño es hermoso.
- Calidad en nuestro ser. Calidad en nuestras actividades. Calidad en las cosas.
Decálogo de La Confianza
- Sentir que se confía en uno es la motivación mayor que tiene el ser humano para hacer las cosas bien.
- La desconfianza genera ansiedad en uno mismo y mueve a la simulación.
- Cuando se fracasa, cuando las cosas salen mal, se necesitan menos fiscales y más abogados defensores; menos regaños y más ayuda.
- Es necesario confiar en la gente; pero al mismo tiempo se debe emprender una acción educativa para que todos sepan qué hacer y por qué hacerlo.
- Además de confiar en los demás, se precisa tener confiabilidad; es decir, ser digno de la confianza de los demás. Se logra haciendo bien el propio trabajo y viviendo con integridad personal.
- Hay que descubrir en los demás lo positivo que tienen, las posibilidades futuras, las capacidades que pueden desarrollar. Para eso conózcalos bien y confíe en ellos.
- Confiar, comprender, disculpar y perdonar: son escalones de un proceso.
- Ser compañeros es estar dispuestos a ayudar, cooperar, compartir, ser solidarios. Ser amigos supone, además, querer lo mejor para el otro y estar con ellos en las duras y en las maduras.
- Si usted manda sobre alguien, debe lograr que éstos hagan las cosas por convicción, por compromiso personal, como consecuencia de los principios que quieren vivir. Por eso dirigir es educar.
- Cuando alguien defraude su confianza, no piense mal de esa persona. Mantenga la confianza y redoble los procesos de ayuda. Acabará sacando lo mejor del otro.
Decálogo de La Creatividad
- La creatividad, más que un talento innato de algunas personas, es una consecuencia del trabajo perseverante de los individuos que buscan hacer cada vez mejor su tarea diaria.
- Todo proceso es susceptible de ser mejorado. Cualquier problema puede tener una mejor solución. Este convencimiento es la raíz de la creatividad y la innovación.
- Favorece la creatividad, el hecho de no actuar por esquemas fijos; salirse de la manera habitual de hacer las cosas, buscando modos más eficientes.
- La capacidad de observación –el arte de ver detalles y situaciones que pueden ser mejoradas-, es el inicio de la innovación. Después se deben buscar alternativas de solución; y por último hay que intentar una… y mil veces la que nos parece mejor.
- Escuche mucho y lea mucho. Después ponga la fantasía a volar.
- El aprendizaje requiere curiosidad intelectual. Observe todo y a todos para aprender de cada persona y de cada situación. Hágase preguntas y busque las respuestas.
- Cuando algo le salga bien, procure identificar cuál es la causa del éxito. Tome nota –es importante dejarlo escrito, para los demás-, y aplique la misma receta a otros asuntos.
- No le tenga miedo al fracaso, a quedar mal. Piense por qué no salió como usted esperaba. Corrija y siga adelante, sin importarle el qué dirán.
- Estudie cómo hacen los demás su tarea; fíjese en aquellos aspectos en que destacan. Pregúntese por qué le salen las cosas bien, e imite algún procedimiento.
- Elimine el lenguaje bloqueador de su vida: siempre se ha hecho de esa manera; así me enseñaron; no compensa cambiar. Este lenguaje constituye el mayor impedimento para la innovación.
Decálogo del Servicio
- La calidad del servicio que usted presta está directamente relacionada con la motivación que tenga para servir a los demás.
- Cuando se esfuerce por ofrecer un buen servicio, no espere recompensa; hágalo porque servir es uno de sus principios.
- Un buen servicio es aquel que se anticipa a las necesidades de las personas.
- Para ofrecer un buen servicio no es suficiente dominar unas técnicas de relaciones humanas. Se requiere disciplina, sentido del deber, compromiso con los principios… y querer a la gente.
- El servicio no admite vacaciones, ni excepciones: debe ser permanente, con cada persona. El público no existe; existen individuos concretos.
- Póngase en el lugar del otro: qué piensa, qué quiere, cómo se siente. Y pregúntese: ¿qué puedo hacer para ayudar a esta persona?
- Tenga en cuenta que los demás no tienen porque adivinar sus buenas intenciones de servir. Solo ven su cara: el espíritu de servicio hay que concretarlo en la sonrisa, la mirada amable y los detalles de cortesía.
- Trate de igual manera a sus compañeros de trabajo que a los clientes. Viva el espíritu de servicio con todos y siempre: clientes, proveedores, compañeros, familiares, etc.
- Darse a los demás, sirviendo, produce alegría y crecimiento personal; otorga puntos para la propia carrera laboral; merece el respeto de los otros, y agrada a Dios.
- Cuando sirve a otros, usted vive muchos valores: colaboración, ayuda, buenas maneras, solidaridad, respeto por los demás, calidad, alegría…
Decálogo de La Armonía
- La armonía es belleza, equilibrio, medida. Está reñida con lo estridente y lo chabacano.
- Armonía es conjunción de actitudes, silencios, matices, palabras, miradas, sentimientos... que reflejan de alguna manera, el bien, la verdad y la belleza.
- La armonía interior del ser humano está en poseer una jerarquía de valores. También debe existir un orden en el amor: primero la familia, los amigos, después los demás. Antes que nadie, Dios.
- La armonía produce paz, seguridad y confianza en uno mismo. Hace al ser humano agradable y amable. Ayuda a la empatía. Produce personalidades atrayentes.
- Una personalidad armónicamente desarrollada es aquella en la que todas las dimensiones humanas están presentes: el cuerpo, el espíritu, la afectividad, la mente y la sociabilidad.
- Armonizar la propia vida es integrar en un proyecto único el desarrollo personal, el familiar y el profesional. Cuando los tres aspectos se integran en una sola realidad, la sinergia produce un resultado espléndido: efectividad y felicidad.
- Existe armonía vital cuando hay equilibrio entre el ser, hacer y tener. Y cuando se cuidan y desarrollan los diversos roles que desempeñamos en la vida: que ninguno de ellos crezca a expensas de los demás.
- Los convencionalismos sociales establecen normas y medidas para el actuar, el hablar, el vestir. Existen dos extremos negativos. Uno consiste en hacer caso omiso de ellos, despreciándolos. Otro sería renunciar ala propia personalidad, al propio estilo.
- El hogar y la oficina –lugares donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo-, deben poseer armonía: colores, aromas, orientación, objetos, decoración...
- Si a la armonía se le añade ritmo y vibración, la vida se convierte en una aventura maravillosa. Si todo ello se pone al servicio de un ideal que valga la pena, entonces la vida es apasionante.
Decálogo de La Autoridad
- Mandar es una forma de servir a los demás.
- La autoridad que se ejerce sin escuchar a los demás, está cercana al autoritarismo. Además existen bastantes probabilidades de que se equivocarse.
- No se reconoce la autoridad de una persona que no se controla a si mismo.
- Se podría hacer esta distinción: El poder es la capacidad legal de mandar. La autoridad es la capacidad moral de mandar. El poder lo otorgan, la autoridad se gana.
- Sin autoridad cualquier grupo humano se siente desvalido y sin rumbo. Se necesita sentir la autoridad.
- Firmeza en el contenido y delicadeza en la forma. En este equilibrio radica el mando efectivo.
- Quien está al mando nunca debe olvidar que sus colaboradores son seres humanos que tiene preocupaciones, problemas y sentimientos.
- La autoridad se debe ejercer sin arrogancia, pero con firmeza. La falta de autoridad es tan perjudicial como el exceso de la misma.
- Cuando por timidez, indecisión o miedo de molestar, se aplaza una decisión, surge la amargura y sus consecuencias son negativas para todos.
- Entre el autoritarismo y el dejar hacer, se encuentra la verdadera autoridad, como una cima entre dos valles.
Decálogo de La Comprensión
- Comprender es entender una idea o una situación, captar el significado de algo. Para comprender algo o a alguien hay que ponerse en su lugar.
- La Comprensión supone escuchar con animo de entender. Escuchar es asimilar el mensaje de una persona., no solo oír sus palabras. Si la escucha es empática, se capta además el estado de animo del que habla.
- Comprender no necesariamente significa aceptar. Entiendo a una persona, pero puedo no aceptar su conducta. Las ideas y la conducta se pueden juzgar y rechazar. A las personas, no.
- Cuando existe comprensión es más fácil disculpar, ser compasivo, amable y vivir la tolerancia.
- Ser comprensivo tampoco es ser indiferente: significa respetar a las personas aunque piensen distinto que uno. Y discrepar de las ideas, con razones, sin atacar a nadie.
- Hay personas que solo ven lo negativo, sin considerar que cualquier suceso o persona poseen una cantidad enorme de aspectos positivos.
- Exigente con uno mismo y comprensivo con los demás. Lo contrario dificulta las relaciones interpersonales.
- La persona poco comprensiva con los demás no suele conocerse bien. No es cociente de sus propios errores. El conocimiento de las propias limitaciones, ayuda a comprender a los demás.
- Debe existir un esfuerzo real por escuchar y comprender a todos. Y esta tarea debe ir acompañada de otra no menos necesaria: hacerse entender por todos.
- Escuchar con empatía y hablar con asertividad: he aquí la clave de una buena relación interpersonal.
Decálogo de La Comunicación
- El ser humano es un ser relacional, una persona que necesita a los demás para realizarse. Él solo no llega a la plenitud. Por eso la comunicabilidad es esencial en él.
- La comunicación es de doble vía. Implica el arte de escuchar y el arte de hablar. Así aparece el diálogo.
- No de por supuesto que le han entendido. Asegúrese. Tampoco intente adivinar el pensamiento de la otra persona. Pregunte.
- No hay peor sordo que quien no quiere oír Cuando existe interés por la otra persona se capta el verdadero mensaje.
- Se necesita ser asertivo en el hablar. Decir lo que se piensa, sin miedo a herir al otro y sin cobardías. Con entereza pero sin ofender.
- La comunicación tiene como vehículo, además de las palabras, los gestos, la mirada, el tono de voz. El cuerpo habla.
- El mensaje debe ser claro y directo. Sin adornos innecesarios, ni pedantería. Sencillez y claridad son cualidades que todos añoramos en los demás y que los demás esperan de nosotros.
- Saber preguntar es un arte que conviene aprender. Después, escuchar para aprender.
- Cuando alguien le hable otórguele toda la atención. El cuerpo y la mente deben estar con esa persona. No haga dos cosas al tiempo.
- No exija que los demás le escuchen: Gánese la atención. No exija que los demás le comprendan: Hágase entender.
Decálogo de La Responsabilidad
- La persona responsable responde por sus actos. Por eso piensa antes de actuar y mide sus consecuencias.
- Es responsable quien asume a cabalidad todos sus deberes y ejercita todos sus derechos.
- Lo que hay que hacer se hace, -afirma Josemaría Escrivá, en Camino, - Sin vacilar, sin miramientos Responsabilidad es cumplir con el deber.
- Excusarse, justificarse, buscar pretextos o eludir compromisos, son faltas de responsabilidad.
- Ser responsable implica tener iniciativa. No es simplemente hacer lo que debo, sino emplear todas la inteligencia para hacerlo de la mejor manera.
- Valorar las cosas importantes, ser concientes de las repercusiones de los actos y huir de la frivolidad, son manifestaciones de responsabilidad.
- Las consecuencias de los actos hay que asumirlas siempre, aunque la acción sea involuntaria.
- Cuando voluntaria o involuntariamente hemos causado un mal a alguien, se debe resarcir el daño. Sobre todo si el daño es contra la fama o el honor de alguien.
- Otros valores relacionados con la responsabilidad: la prudencia al decidir y la justicia para dar a cada uno lo que le corresponde.
- ¿A quien hay que responder de nuestros actos? A nosotros mismos, a la familia, a la empresa, a la sociedad y a Dios.
Decálogo de La Serenidad
- Serenidad es calma interior, sosiego, estabilidad de ánimo, dominio de uno mismo. La serenidad proporciona una fuerte energía vital.
- La serenidad no es apatía, impasibilidad o dejadez.
- La persona serena huye del activismo, es decir del afán de hacer mucho, pero sin dirección y sentido. Tampoco se deja llevar por la precipitación y los impulsos. Actúa después de pensar.
- La serenidad va de la mano de la ponderación y de la objetividad. No hace tragedia de pequeños sucesos negativos. No dramatiza. Mira los sucesos con realismo, con ánimo positivo.
- La persona serena conserva la calma sin desesperarse ni desanimarse. Enfrenta los problemas uno a uno, estudiando a fondo cada asunto y tomando alguna decisión. Después actúa con prontitud; de esa forma van desapareciendo los problemas.
- Conviene dominar los sentimientos, lo cual supone encauzarlos y expresarlos debidamente. Cuando no es así, perdemos el control de las decisiones y de las acciones.
- La ira y el rencor desestabilizan el corazón y producen amargura. Si no se corta a tiempo aparecerá el odio, pasión que daña al ser humano.
- Dame Señor la dicha y yo me encargaré de ser ecuánime, decía Tagore. Alegría interior, serenidad y ecuanimidad suelen ir unidas.
- Serenidad para reprender. Serenidad al tomar decisiones complejas. Serenidad ante la injusticia. Serenidad, especialmente, en momentos difíciles.
- En últimas, la serenidad proviene de confiar en Dios, que nunca abandona a quien confía en el.
Decálogo de La Solidaridad
- Solidaridad es sentirse una sola cosa con los demás: Todos para uno y uno para todos.
- Sentir la solidaridad llena el corazón de seguridad, estímulo y paz.
- El interés por la gente debe ser genuino, sus intereses ocultos que puedan enturbiar la ayuda prestada.
- La solidaridad implica comprensión, disponibilidad, colaboración. Lleva consigo involucrarse y compartir.
- Las manifestaciones verbales de solidaridad son importantes, pues todos necesitamos sentir el apoyo moral. Además se necesitan acciones concretas de ayuda.
- Ningún ser humano puede sernos indiferente. Siempre existirá alguna forma de manifestar nuestra solidaridad.
- A veces es más fácil prestar nuestra ayuda a gente lejana a nosotros, que a esas otras con las que se convive a diario.
- El egoísmo es pagado por los demás con frialdad, lejanía y aislamiento. Se recoge lo que se siembra.
- Es bueno pedir ayuda cuando la necesitamos. No conviene suponer que se darán cuenta. Ni dejarse llevar por el orgullo del que piensa que solo saldrá adelante.
- Cuando en un grupo humano se sustituye competir por cooperar, se produce la unión y el logro de los objetivos.
Decálogo de La Tolerancia
- Ser tolerante es ser paciente, comprensivo, respetuoso y transigente con todos y cada uno de los seres humanos.
- Conviene distinguir entre persona y conducta. A la persona se le valora y se le comprende. De las ideas se puede y se debe discrepar.
- La persona tolerante posee un nivel elevado de comunicación efectiva: No se escuda en la tolerancia para no manifestar o defender los principios, tampoco avasalla o impone a nadie sus ideas.
- La Tolerancia no es un simple acuerdo de no agresión, sino que promueve el entendimiento de las personas e instituciones. Lleva a la unidad.
- El conformismo o la indiferencia ante el mal uso de las normas y valores no es tolerancia, pues este valor bien entendido debe incluir la ayuda mutua para buscar y encontrar lo mejor para las personas.
- La tolerancia valora y respeta las diferencias como factores que producen hermandad y sinergizan las relaciones.
- Nadie posee toda la verdad, puesto que la Verdad es inalcanzable para el ser humano.
- Tolerar no debe llevar al relativismo y subjetivismo. No puede constituirse en baluarte de la apatía intelectual ni quitarle fuerza a la búsqueda de la verdad.
- Las minorías y los débiles necesitan del apoyo de todos. La verdadera democracia hace valer el voto de la mayoría, pero sin descuidar o atacar a los grupos o personas más necesitadas.
- La tolerancia no está reñida con el ejercicio de la autoridad. La ley hay que cumplirla y hacerla cumplir.
Decálogo de La Honestidad
- La persona íntegra vive lo que predica y habla lo que piensa.
- La sinceridad consiste en decir toda la verdad, a quien corresponde, de modo oportuno y en el lugar correspondiente. Decir la verdad no implica irrespetar a nadie.
- La persona íntegra, además, es auténtica. Hay coherencia entre lo que hace y lo que debe hacer, de acuerdo a sus principios. Vive auténticamente como un ser humano.
- La persona que miente (por engaño, exageración, precipitación al hablar, etc.) se hace un daño a sí misma. La mentira es auto-destructora; siempre se paga.
- Mentir para dañar a alguien; robar al pobre; hacer fracasar a alguien voluntariamente, son injusticias gordas.
- Ser justo es dar a cada uno lo suyo, lo que le corresponde: salario, derechos, reconocimiento, gratitud.
- La falta de integridad se quiere justificar diciendo que todos actúan así; o que es la única forma de salir adelante. Es necesario vivir según los principios, aunque esto suponga ir contra corriente.
- Ser honesto es ser transparente; Es necesario desprenderse de las máscaras que el ser humano se pone para defenderse, para ocultar sus inseguridades o miedos. El recelo, la agresividad, las apariencias son algunas de estas máscaras.
- Una falta de sinceridad, de veracidad, es aparentar una imagen que no corresponde con la realidad. Por ejemplo, aparentar virtudes que no se tienen.
- Preocuparse excesivamente por el qué dirán, aparte de mostrar inseguridad en uno mismo, es una falta de sencillez. También lo es justificarse o excusarse.
Decálogo del Esfuerzo
- Todo lo que vale, exige esfuerzo, disciplina, dedicación. Decídase a emprender ese camino, cada día.
- La paciencia todo lo alcanza. Cambie la impaciencia por la perseverancia en el empeño. El tiempo es necesario para alcanzar cualquier objetivo.
- Ejercitar la paciencia es una manera de fortalecer la voluntad: paciencia para escuchar a los inoportunos, para controlar los impulsos, para no contestar mal, etc.
- Establezca un horario para su vida y ajústese a él, con flexibilidad, pero con exigencia. No lo cambie por cualquier excusa.
- Lo que hay que hacer, se hace: ¡ahora! Sin aplazarlo. Si algo le supone esfuerzo, esa es una buena razón para hacerlo. Ahí radica la clave de la superación personal.
- Hable claro, aunque pase un mal rato. Pero hágalo como le gustaría que lo hicieran con usted.
- ¡Atrévase! Corra riesgos, sin dejar de ser prudente. No se asuste por el miedo a fracasar o por las dificultades que encontrará. Sea audaz.
- Ejercite la voluntad cuidando los detalles pequeños: organizar el escritorio, recoger un papel del piso, sonreír a alguien, contestar bien el teléfono, cumplir un plazo, etc.
- Otras maneras de fortalecer la voluntad es perseverar en lo que comienza: una dieta, un plan de ejercicios, el aprendizaje de un idioma, la lectura de un libro… Comenzar lo hace cualquiera; solo los triunfadores van hasta el final.
- El autodominio es importante para ser libre, pues de lo contrario se es prisionero de uno mismo. No acepte ser esclavo de sus vicios o de sus sentimientos negativos: sublévese, sepárelos de su vida.