Neutralidad - Reflexión

Neutralidad es un estado de consciencia. Es también una virtud necesaria especialmente cuando vamos a implementar importantes cambios en nuestra vida.

BRAHMA KUMARIS

Neutral no significa pasivo

La Neutralidad es un estado de consciencia. Es también una virtud necesaria especialmente cuando vamos a implementar importantes cambios en nuestra vida o cuando atravesamos por situaciones difíciles y caóticas. Para alcanzar este estado de neutralidad necesitamos conectar primero con nuestra naturaleza interna de paz.

En el estado de neutralidad ni juzgamos ni criticamos ni saltamos a conclusiones en relación a lo que sucede o vemos, no entramos en reacciones. Gracias al estado de neutralidad nos distanciamos de lo que sucede fuera, nos convertimos en un observador, y vemos la globalidad de lo que está sucediendo.

Neutral no significa pasivo, desde la neutralidad podemos descubrir maneras de ayudar y de contribuir en las situaciones. La neutralidad es un estado en el que dejamos que nuestro intelecto y nuestras emociones descansen en un profundo estado de paz, lo cual nos da mucha claridad.

Por ejemplo, en las relaciones, cuando no permanecemos neutrales, vemos a las personas, recordamos su pasado e inmediatamente emitimos juicios que colorean nuestra visión y actitud. Desde la neutralidad, estamos alertas y atentos y no permitimos que ningún recuerdo negativo influya en nuestra percepción. Para crear relaciones armoniosas y elevadas, es necesario cambiar diariamente nuestra visión de las personas y no arrastrar nada negativo del pasado. La neutralidad nos ayuda en esto.

Om Shanti es la clave para experimentar un estado de neutralidad. Om significa el alma, el ser y Shanti significa paz. Conectando con la consciencia de que soy un alma de paz, el estado de neutralidad surge de manera natural, permitiéndonos permanecer activos y positivos de forma fácil y sostenible.

Desterrar el ego y liberar la generosidad

Ego no es solo ser orgulloso. El ego está presente en cada instante en el que sentimos algún tipo de miedo, o nos escuchamos a nosotros mismos diciendo ¡Eso es mío!. La verdad, sin embrago, es que nada es mío o tuyo, todos somos depositarios, y el miedo solo está presente donde está la voz del apego. Así que donde hay ego, hay apego, y donde hay apego, hay miedo. Y donde hay miedo no puede haber amor, y donde no hay amor hay miseria. Por eso hay tanta infelicidad en el mundo. Desapeguémonos de todo y desterraremos el ego, el miedo se desvanecerá, solo entonces puede retornar el verdadero amor, y nuestro más antiguo amigo, la felicidad, sentirá que puede reaparecer en nuestra vida de forma segura.

El ego también nos hace sentir que necesitamos conseguir muchas cosas. Pero la verdad es que no necesitamos nada. Ya tenemos lo que necesitamos. Los problemas surgen cuando pensamos que tenemos que quedarnos todo lo que recibimos. Todo lo que nos llega en la vida no es para que nos lo guardemos, es para darlo. Y cuando damos, conseguimos. En lo profundo de nuestro interior, todos conocemos esta verdad eterna. Es una de las leyes naturales del universo. Pero se nos condiciona a pensar lo opuesto. No sorprende que haya una gran falta de fe. No la fe religiosa, sino la fe de que el universo nos proporcionará todo lo que necesitamos, en el momento adecuado y de la manera correcta.

Así que empieza hoy: da, da, da. Tiempo, energía, apoyo, cuidado, cooperación. ¿En cuántos niveles ves la oportunidad de dar? Y la paradoja se revelará ante ti: cuando das, te darás cuenta de que ya tienes todo lo que necesitas.