La iluminación espiritual

Más allá del vegetarianismo

LA PERSONA SUPREMA

Más allá de los intereses de la salud, la psicología, la economía, la ética, y aún del karma, el vegetarianismo posee una dimensión espiritual más elevada que puede ayudarnos a desarrollar nuestra apreciación natural y amor por Dios. Existe en la gente una tendencia a olvidar una verdad básica de la naturaleza -no es el hombre sino Dios quien produce el alimento-. Hay algo místico en la forma en que crecen los alimentos; usted pone una pequeña semilla en la tierra, ésta germina y por la misteriosa fuerza viviente dentro de ella aparece una fábrica de alimentos; una planta de tomate produce docenas de sabrosos tomates rojos, un árbol de manzanas pro­duce enorme cantidad de dulces manzanas, etc... Ningún equipo de científicos en el mundo ha inventado todavía algo tan asombroso como la más simple creación verde de Dios.

En vez de admitir la existencia de una inteligencia superior, los científicos están orientando mal al público con sus teorías de evolución química. Sin ninguna evidencia sustancial, proclaman que la vida proviene de los elementos químicos, pero ellos no pueden utilizar dichos elementos para hacer una semilla que luego crezca en una espiga de trigo, para producir luego más semillas que germinarán en cientos de espigas de trigo.

Una vez que admitimos que la vida proviene de la vida, es razonable suponer que toda la vida se origina de una misma fuente viviente, el único Señor Supremo, conocido por los musulmanes como Alá, por los cristianos como Jehová, por los judíos como Yahvé y por los seguidores de los Vedas como Krishna.

Entonces, por lo menos deberíamos ofrecer nuestro alimento a Dios como una cuestión de gratitud. Cada religión tiene su proceso de acción de gracias, pero el sendero espiritual señalado en las Escrituras Védicas es sin precedentes, ya que la ofrenda de alimento al Señor es parte de un proceso altamente desarrollado de yoga, que ayuda al practicante a establecer su relación amorosa personal con Dios. Esto se llama Bhakti‑Yoga.

El concepto Védico de Dios no es vago. En algunas escrituras Dios es brevemente mencionado como el Padre Supremo, pero sorprendentemente de ellas obtenemos muy poca información acerca de Su Personalidad. Jesús se presentó como el hijo de Dios, y Mahoma fue Su profeta; pero ¿qué acerca de Dios mismo?. El aparece solo indirectamente como una voz del cielo, como un arbusto en llamas, etc.. Sin em­bargo, una vez que admitimos que Dios nos ha creado, no podemos negar razona­blemente que El Mismo posea todos los atributos de una personalidad con forma y apariencia específicas, y todos los poderes y habilidades de los diferentes órganos y sentidos. Es ilógico suponer que la entidad viviente creada por Dios pueda de alguna forma sobrepasar a su Creador.

Si poseemos forma y personalidad específicas, mientras que Dios no las posee, seríamos superiores a El en ese sentido. Así como somos personas, Dios es también una persona, la Persona Suprema, con una forma espiritual infinitamente poderosa, pero, de todas maneras, una persona. Después de todo, se dice que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios.

Usando su imaginación los artistas occidentales generalmente han presentado a Dios como un hombre viejo con barba. Pero las escrituras Védicas de la India ofrecen descripciones directas de la Personalidad de Dios, información que es exclusiva de los Vedas.

Ante todo, Dios es eternamente joven, y posee cualidades espirituales maravillo­sas que atraen la mente de las almas liberadas. El es el artista Supremo, el músico Supremo, El habla maravillosamente y manifiesta inteligencia ilimitada, humor y genio. El manifiesta pasatiempos trascendentales incomparables con Sus asociados eternos. No hay límite a las descripciones de los aspectos atractivos de la Persona­lidad de Dios tal como se encuentran en los Vedas. Por lo tanto, El es llamado Krishna o "Supremo atractivo".

Cuando comprendemos esta identidad personal de Dios, se hace más fácil meditar en El, especialmente, cuando le ofrecemos alimentos. Debido a que Krishna es supremamente poderoso y completamente espiritual, todo lo que se pone en con­tacto con El, también se vuelve puro y espiritual. Aún en el campo de la naturaleza física, ciertas cosas tienen el poder de purificar diferentes sustancias. Por ejemplo, el sol puede destilar agua pura y fresca, con sus poderosos rayos, de un lago contaminado. Si un objeto material como el sol puede actuar de esta manera, enton­ces podemos imaginarnos la potencia purificante de Dios; Quien ha creado sin esfuerzo millones de soles.