Los guerreros de la luz III

El no trata a la derrota como algo indiferente usando frases como: Bien, esto no era tan importante o A decir verdad, yo no quería realmente esto.

PAULO COELHO

Los Guerreros de la Luz

El manual del guerrero de la luz es una especie de compendio, cuyos conceptos invitan a reflexionar sobre nuestra forma de vivir, nuestra relación con los demás y nuestra coherencia de vida. Esta obra, permite meditar sobre el sentido de la vida y aquellas cosas que nos llevan a seguir viviendo, crecer y madurar.

Las líneas que comprenden el libro recuerdan que cada uno contiene un guerrero de la luz: alguien capaz de escuchar en silencio de su corazón, de aceptar las derrotas sin dejarse abatir por ellas y alimentar la esperanza en medio del cansancio y desaliento. Se trata de un conjunto de consejos y lineamientos que pueden guiar nuestra vida para ser una persona íntegra y espiritualmente sana.

Las Mejores Frases

  • Un guerrero de la luz comparte con los otros lo que sabe del camino. El que ayuda siempre es ayudado y necesita enseñar lo que aprendió.
  • Para alcanzar su sueño un guerrero de la luz necesita de una voluntad firme y de una inmensa capacidad de entrega. Aunque tenga un objetivo, el camino para lograrlo no siempre es aquel que se imagina.
  • Un guerrero de la luz sabe que el acto de perdonar no lo obliga a aceptar todo; no puede bajar la cabeza porque pierde de vista el horizonte de sus propios sueños.
  • Un guerrero de la luz raramente habla de sus planes. Sabe que cada vez que habla de un sueño, usa un poco de la energía de ese sueño para expresarse. De tanto hablar, corre el riesgo de gastar toda la energía necesaria para actuar. Y un guerrero de la luz conoce el poder de las palabras.
  • Para un guerrero de la luz no existe un amor imposible. No se deja intimidar por el silencio, por la indiferencia o por el rechazo. Sabe que, detrás de la máscara de hielo que las personas usan, existe un corazón de fuego. Un guerrero de la luz no se deja asustar cuando busca lo que necesita. Sin amor, él no es nada.
  • Un guerrero de la luz sabe que las batallas que libró en el pasado siempre le dejaron alguna enseñanza. Más de una vez perdió su tiempo luchando por una mentira y sufrió por personas que no estaban a la altura de su amor. Los victoriosos no repiten el mismo error. Por eso el guerrero solo arriesga su corazón por algo que vale la pena.
  • Quien se juzga lleno de virtudes se paraliza. Pero quien e juzga lleno de culpas también se paraliza. Inédita A veces un guerrero de la luz piensa: Aquello que yo no haga, no será hecho. No es así: él debe actuar, pero también debe dejar que el universo actúe en su debido momento.
  • Un hombre que preserva sus amigos jamás es dominado por las tempestades de la existencia; tiene fuerzas para sobrellevar las dificultades y para salir adelante.
  • Un guerrero sabe que es libre para elegir; toma sus decisiones con coraje, desprendimiento y, a veces, con una cierta dosis de locura.
  • En verdad, todo problema después de resuelto parece muy simple. La gran victoria –que hoy parece fácil– fue el resultado de una serie de pequeñas victorias que pasaron desapercibidas.
  • Un guerrero sabe que el fin nunca justifica los medios. Porque no existe el fin; solo existen los medios. Si él piensa solo en la meta, no logrará prestar atención a las señales del camino. Si se concentra apenas en una pregunta, perderá varias respuestas que están a su lado. Por eso el guerrero se entrega.
  • Un guerrero de la luz medita. Mientras lo hace no es él, sino un reflejo del Alma del Mundo. Esos momentos le permiten comprender su responsabilidad y actuar de acuerdo con ella. Un guerrero de la luz sabe que, en el silencio de su corazón existe un orden que lo orienta.
  • Todo guerrero de la luz tuvo miedo antes de entrar en combate.
    Todo guerrero de la Luz traicionó y mintió en el pasado.
    Todo guerrero de la Luz falló en sus obligaciones espirituales.
    Todo guerrero de la Luz dijo sí cuando quería negarse.
    Todo guerrero de la Luz hirió a alguien que amaba.
    Por eso es un guerrero de la luz; porque pasó por todo eso y no perdió la
    esperanza de ser mejor de lo que era.
  • El luchador experimentado soporta insultos: conoce la fuerza de su puño, la habilidad de sus golpes. Mira a su oponente y lo vence sin necesidad de traer la lucha al plano físico. Así como el luchador, el guerrero de la Luz conoce su fuerza inmensa: jamás lucha con quien no merece la honra del combate.
  • Un guerrero sabe que la perseverancia no tiene nada que ver con la insistencia. Existen épocas en que los combates se prolongan más allá de lo necesario, agotando sus fuerzas y debilitando su entusiasmo. Entonces, se retira del campo de batalla y se da una tregua a sí mismo.
  • Un guerrero de la luz necesita paciencia y rapidez al mismo tiempo. Los dos mayores errores de una estrategia son: actuar antes de hora o dejar que la oportunidad pase de largo. Para evitar esto, el guerrero trata cada situación como si fuese única y no aplica fórmulas, recetas u opiniones ajenas.
  • Sin quererlo, un guerrero de la Luz ha dado un paso en falso y se ha hundido en el abismo. Como buscaba el Buen Combate jamás pensó que esto podría sucederle. Envuelto por la oscuridad, se comunica con su maestro. Maestro, caí en el abismo –dice–. Las aguas son profundas y oscuras. Recuerda –responde el maestro– lo que ahoga a alguien no es la caída, sino el hecho de permanecer debajo del agua. Y el guerrero usa sus fuerzas para salir de la situación en que se encuentra.
  • Un guerrero de la luz sabe que sus victorias, sus derrotas, su entusiasmo y su desánimo, hacen parte del Buen Combate. Un guerrero no trata de ser coherente, aprende a vivir con sus contradicciones.
  • Un guerrero de la luz cree. Y porque cree en milagros, los milagros comienzan a suceder. Porque tiene la certeza de que su pensamiento puede cambiar su vida, su vida comienza a cambiar. Porque está seguro de que encontrará el amor: ese amor aparece.
  • Un guerrero de la Luz es capaz de entender el milagro de la vida, de luchar hasta el final por lo que cree y, en ese momento, escuchar las campanas que el mar hace sonar en su lecho.