La iluminación espiritual

Frases Juan De La Cruz

Citas Juan De La Cruz


Y que Dios seria hombre, y que el hombre Dios seria, y trataría con ellos, comería y bebería.

Tenga fortaleza en el corazón contra todas las cosas que le movieren a lo que no es Dios, y sea amiga de las pasiones por Cristo.

Oh, que bienes serán aquellos que gozaremos con la vista de la Santísima Trinidad.

Dos veces trabaja el pájaro que se asentó en la liga, es a saber: en desasirse y limpiarse de ella. Y de dos maneras pena el que cumple su apetito: en desasirse y, después de desasido, en purgarse de lo que de el se le pego.

La satisfacción del corazón no se halla en la posesión de las cosas, sino en la desnudez de todas y pobreza de espíritu.

En los gozos y gustos acude luego a Dios con temor y verdad, y no serás engañado ni envuelto en vanidad.

Amado mío, todo lo áspero y trabajoso quiero para mi, y todo lo suave y sabroso quiero para ti.

Nunca tomes por ejemplo al hombre en lo que hubieres de hacer, por santo que sea, porque te pondrá el demonio delante sus imperfecciones sino imita a Cristo, que es sumamente perfecto y sumamente santo, y nunca erraras.

El alma que esta en unión de amor, hasta los primeros movimientos no tiene.

Procure siempre inclinarse no a lo mas fácil, sino a lo mas dificultoso.

Toma a Dios por esposo y amigo con quien te andes de continuo, y no pecaras, y sabrás amar, y harense las cosas necesarias prósperamente para ti.

El que no ama ya esta muerto.

Era una pasión por la mirada, y en su mirada estaban los ojos antes del tiempo; dice su padre que el tiempo es melancolía, y cuando se para lo llamamos eternidad.

El espíritu bien puro no se mezcla con extrañas advertencias ni humanos respetos, sino solo en soledad de todas las formas, interiormente, con sosiego sabroso se comunica con Dios, porque su conocimiento es en silencio divino.

Tenga fortaleza en el corazón contra todas las cosas que le movieren a lo que no es Dios, y sea amiga de la pasión de Cristo.

Quien obra con tibieza, cerca esta de la caída.

Verdaderamente aquel tiene vencidas todas las cosas, que ni el gusto de ellas le mueve a gozo, ni el desabrimiento le causa tristeza.

Procure siempre inclinarse no a lo que es querer algo, sino a no querer nada.

Desensillar para buscar a Dios. La luz que aprovecha en lo exterior para no caer, es al revés en las cosas de Dios, de manera que es mejor no ver, y tiene el alma mas seguridad.

Cuanto mas el alma conoce a Dios, tanto mas crece el apetito por verle.

Mas se granjea en los bienes de Dios en una hora que en los nuestros toda la vida.

Oh noche que guiaste.

Pues no temes el caer a solas, ¿como presumes de levantarte a solas? Mira que mas pueden dos juntos que uno solo.

Procure siempre que las cosas no sean nada para ella, ni ella para las cosas; mas, olvidada de todo, more en su recogimiento con el Esposo.

Humilde es el que se esconde en su propia nada y se sabe dejar a Dios.

Buscad leyendo y hallareis meditando; llamad orando y abriros han contemplando.

No tengas sospecha contra tu hermano, que perderás la pureza de corazón.

Mucho se desmejora y menoscaba el secreto de la conciencia todas las veces que alguno manifiesta a los hombres el fruto de ella, porque entonces recibe por galardón el fruto de la fama transitoria.

¿Que sabe quien no puede padecer por Cristo?

Siempre el Señor descubrió los tesoros de su sabiduría y espíritu a los mortales; mas ahora que la malicia va descubriendo mas su cara, mucho los descubre.

Los apetitos son como unos hijuelos inquietos y de mal contento, que siempre andan pidiendo a su madre uno y otro y nunca se contentan. Y como el enfermo de calentura, que no se halla bien hasta que se le quita la fiebre, y cada rato le crece la sed.

Ni ya tengo otro oficio; que ya solo en amar es mi ejercicio.

Prontitud en la obediencia, gozo en el padecer, mortificar la vista, no querer saber nada, silencio y esperanza.

Quien a su prójimo no ama, a Dios aborrece.

Yéndome yo, Dios mío, por doquiera contigo, por doquiera me ira como yo quiero para ti.

Date al descanso echando de ti cuidados y no se te dando nada de cuanto acaece, y servirás a Dios a su gusto y holgaras en el.

Grande contento es para el alma entender que nunca Dios falta del alma, aunque este en pecado mortal, cuanto menos de la que esta en gracia.

Para lo insensible, lo que no sientes; para lo sensible, el sentido; y para el espíritu de Dios, el pensamiento.

En la tribulación acude luego a Dios confiadamente y serás esforzado, alumbrado y enseñado.

Procure conservar el corazón en paz; no le desasosiegue ningún suceso de este mundo; mire que todo se ha de acabar.

El alma sola, sin maestro, que tiene virtud, es como el carbón encendido que esta solo: antes se ira enfriando que encendiendo.

éntrese en su seno y trabaje en presencia del Esposo, que siempre esta presente queriéndola bien.

Solo la verdad os hará libres.

Y el que cae ciego, no se levantara ciego solo; y, si se levantare solo, encaminara por donde no conviene.

Andar a solas con Dios; obrar en el medio; esconder los bienes de Dios.

Nunca te quieras satisfacer en lo que entiendes de Dios, sino en lo que no entendieres de el; y nunca pares en amar y deleitarte en eso que entendieres o sintieres de Dios, sino ama y deléitate en lo que no puedes entender ni sentir de el.

En el ocaso de nuestra vida seremos juzgados en el amor.

No pare mucho ni poco en quien es contra ella o con ella, y siempre procure agradar a su Dios. Pídale se haga en ella su voluntad. Amelé mucho, que se lo debe.

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