LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL
Pocos hombres tienen la fuerza de carácter suficiente para alegrase del éxito de un amigo sin sentir cierta envidia.
Ni aún permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar puede el hombre escapar a la sentencia de su destino.
Es una especie de enfermedad natural de los poderosos no poder fiarse de los amigos.
No es sabio el que sabe muchas cosas, sino el que sabe cosas útiles.
No considero nada vergonzoso honrar a los hermanos.
Quien no es envidiado, no es digno de serlo.
La fuerza de la necesidad es irresistible.
Un Estado próspero honra a los dioses.