La iluminación espiritual

Pensamiento erróneo de humanos

Cuento Zen (297)

Un discípulo le pregunto a Salomón:

¿Qué es lo más divertido de los seres humanos?

Y el sabio respondió:

Piensan siempre lo contrario...

Tienen apuro por crecer y después lamentan la infancia perdida. Pierden la salud para tener dinero y más tarde pierden el dinero para tener salud. Piensan tan ansiosamente en el pasado y en el futuro que descuidan el presente y, así, no viven ni el pasado ni el presente ni el futuro.

Viven como si no fueran a morir nunca y mueren como si no hubiesen vivido.

MORALEJA

Vivir él ahora es vivir. Si no vives en el ahora, no vives. La vida solo florece cuando estás presente. La vida no florece ni en el pasado, ni en el futuro; solo florece en el ahora.

Si empiezas a vivir en el pasado, te conviertes en una charca empantanada. Tu energía ya no se mueve. Tienes miedo... porque nadie sabe cómo entrar en lo desconocido, en el ahora. ¿Para qué arriesgarse? Lo conocido es más seguro. Pero después te obsesionas con lo que te resulta familiar. Te hartas de ello, te aburre, te hace infeliz, sin embargo, es familiar y cómodo. Por lo menos ya lo conoces. Lo desconocido te da miedo. Simplemente, la idea de lo desconocido te hace vivir en el pasado.

El pasado y el futuro es un riesgo espiritual. Nos lleva a tanta oscuridad que tal vez no podamos regresar. El pasado y el futuro es llegar a un lugar irreal, a un lugar sin retorno... después simplemente te pierdes. No regresas jamás.

Ser el alcalde de la ciudad, o el miembro de una asociación. Eso no es vida. O ser ministro, tener una buena profesión y un buen sueldo, y ver como se acumula el dinero en tu banco y como todo va a la perfección. Cuando todo va perfectamente, fíjate, te estás muriendo, pero no pasa nada. La gente te puede respetar y cuando te mueras habrá una gran procesión. Muy bien, eso es todo; publicarán tu foto en los periódicos y escribirán editoriales, y después la gente se olvidará de ti. Y has vivido toda la vida para esto.

Observa, se puede perder toda la vida en cosas ordinarias, mundanas. Ser espiritual significa entender que no deberíamos dar demasiada importancia a estas pequeñas cosas. No estoy diciendo que sean insignificantes. Digo que tienen importancia, pero no tanta como se piensa.

El dinero es necesario. El dinero es una necesidad. Pero el dinero no es el fin y no puede serlo. Evidentemente, es necesaria una casa. Es una necesidad. No somos ascetas y no queremos destruir nuestras casas y huir al Himalaya. Necesitas una casa, pero eres tú quien necesita la casa, y no viceversa. No lo malinterpretes.

Por lo que puedo ver, todo el asunto está al revés. Es como si fuesen necesarios para la casa; trabajan para la casa. Es como si fuesen necesarios para la cuenta del banco; acumulan dinero y después se mueren. Y no han vivido. Nunca han tenido un momento de vida vibrante, total. Están aprisionados en su pasado, familiaridad y respetabilidad.

Pero ten en cuenta una cosa: no te olvides nunca del arte de vivir el ahora. Sigue siendo capaz de estar consciente en el ahora. Vivir intensamente él ahora es la única garantía que tienes de estar realmente vivo.