La mujer que lee

Cuento zen con moraleja

No discutas con una mujer que lee, porque ella sabe pensar. Por ello no se puede engañar a una mujer, la mujer ve con los ojos del alma, ve con sabiduría.

Imagen del cuento: La mujer que lee

Cuento zen sobre la mujer instruida

Una mañana, el marido vuelve a su cabaña luego de varias horas de pesca y decide dormir una siesta. Aprovechando, aunque no conoce bien el lago, la mujer decide salir en la lancha. Se mete lago adentro, ancla y lee un libro.

Viene un Guardián en su lancha, se acerca a la mujer y dice:

Buen día, señora. ¿Qué está haciendo?

Leyendo un libro responde ella... ¿No es obvio?

Se encuentra en una zona restringida para pesca le informa él.

Disculpe, oficial, pero no estoy pescando, estoy leyendo.

Sí, pero tiene todo el equipo, por lo que veo, podría empezar en cualquier momento, tendré que llevarla y detenerla.

Si hace eso, lo tendré que acusar de abuso sexual dice la mujer.

¡Pero ni siquiera la toqué! Dice el guarda.

Es cierto, pero tiene todo el equipo. Por lo que veo, podría empezar en cualquier momento.

Disculpe señora, que tenga un buen día, y se fue...

MORALEJA

Nunca discutas con una mujer que lee, porque ella sabe pensar.

Respeten a las mujeres...

Señores, me encanta desacreditar a los estúpidos e idiotas que menosprecian a las mujeres y sobre todo sin son líderes de instituciones religiosas. Claro está, que el fanático religioso se hará el de la oreja mocha con estas notas, es respetable. Cada quien está en libertad de hacerse el ciego y creer que estará salvado por dejarse jalar de la ternilla como mansa oveja por sus líderes espirituales de pacotilla.

Los religiosos pueden hacer con su religión lo que les dé la gana, pero a la mujer no la podemos degradar como lo hicieron los patriarcas de ciertas instituciones con sus atroces conceptos. El concepto que más duele es el de Agustín de Hipona, él decía: «Es Eva, la tentadora, de quien debemos cuidarnos en toda mujer... No alcanzo a ver qué utilidad puede servir la mujer para el hombre, si se excluye la función de concebir niños». Es el colmo de los colmos que muchos idólatras prendan velitas a este personaje, y como están tan dormidos tal vez esta otra ayude a despertar: «Las mujeres no deben ser iluminadas ni educadas en forma alguna. De hecho, deberían ser segregadas, ya que son causa de insidiosas e involuntarias erecciones en los santos varones». Sigan adorando santos a dedo que así van muy bien. Recuerden: «Si un ciego guía a otro ciego ambos caen al abismo».

Señores, sería capaz de dedicar una vida entera para hablar cosas bellas de la mujer, son tan lindas que lo dejan a uno sin alternativa, a la mujer hay que enaltecerla, porque es la mejor representante de lo más hermoso, «La Vida», de su vientre han nacido grandes personajes..., un Jesús, un Buda, un Mahatma Gandhi, pero no falta el que NO dé la elevación correspondiente a la mujer, por ejemplo, Tomás de Aquino decía: «Un feto masculino se convierte en ser humano al cabo de 40 días, mientras que un feto femenino, al cabo de 80 días. Las niñas surgen debido a semen deteriorado a vientos húmedos». Con razón la iglesia discriminó tanto a la mujer en el pasado, con semejantes líderes espirituales guiando a la humanidad... con razón vamos en caída.

Para quienes les gusta leer como a la mujer de la lancha para no ser engañados, les tengo esta otra de Tomás de Aquino, que da inmensa tristeza: «La mujer es una equivocación de la naturaleza. Con su excedente de humores, su temperatura corporal inferior en inferioridad mental es una especie de hombre mutilado, malogrado y frustrado. La plena realización de la especie humana es el hombre». Qué infortunio, cuando una religión habla así de la mujer lo mejor es salir corriendo… «Qué susto, sálvese quien pueda».

Sin lugar a dudas la mujer es lo más hermoso de la creación, «Son angelitos caídos del cielo». Las religiones que discrimina la mujer son otro campanazo más para los dormidos que se dejan guiar por una institución. La espiritualidad es asunto tuyo, nadie te puede proporcionar el conocimiento. La espiritualidad no es un objeto que se puede transferir. Tienes que llegar a ser eso por tu propia vivencia, tienes que crecer en tu sabiduría; es una transformación interior.

Agradezco a los que llegaron al final de este cuento porque este tipo de moralejas toca fuertemente la programación mental y muchos se quedan a la mitad. ¡Gracias!

Publique estas moralejas por el amor y el respeto que le tengo a la mujer, lo hago, para contemplarlas porque no me gusta que nadie las maltrate, la mujer tiene sensibilidad y ternura, de ahí su fragilidad, «A la mujer no se toca ni con el pétalo de una rosa».

Glorificadas sean las mujeres, para mí todas son sagradas, Dios las Bendiga.