La calma

Cuento zen con moraleja

En la superficie, hay caos y agitación. Practica la meditación, el silencio y la respiración, te llevarán a tu interior donde todo se encuentra en calma.

Imagen del cuento: La calma

Cuento zen sobre la calma

A Buda parecían dejarle impávido los insultos que le lanzaba aquel visitante. Cuando, más tarde, sus discípulos quisieron saber cuál era el secreto de su imperturbabilidad, él dijo:

Imaginad lo que ocurriría si alguien os ofreciera algo y no lo tomarais; o si alguien os enviara una carta y os negarais a abrirla: su contenido no os afectaría en lo más mínimo, ¿no es así? Pues haced lo mismo cuando os injurien, y no perderéis la calma.

MORALEJA

La única clase de verdadera calma es la que no sufre menoscabo con la falta de respeto de los demás. Por mucho que escupas a las cataratas del Niágara, no lograrás reducir su grandeza.

Ve al mar, y observa. Verás millones de olas, pero en las profundidades el mar permanece tranquilo, silencioso y en calma, meditando. La agitación está solo en la superficie, justo donde el mar se encuentra con el mundo exterior y los vientos. Pero, en sí mismo, sigue siendo siempre el mismo; no tiene ni siquiera una ondulación. Nada cambia.

Compara lo anterior contigo. Justo en la superficie donde conoces a otros hay agitación, ansiedad, ira, apego, codicia, lujuria… En la superficie, hay caos y agitación. Practica la meditación, el silencio y la respiración, estas te llevarán a tu interior donde todo se encuentra en calma.

Si tratas de hacer algo sin comprender los fundamentos, el resultado será justo lo contrario. Es una Ley fundamental de la vida. Mucha gente se esfuerza por evitar muchas cosas, intenta evitar algo con mucho esfuerzo y acaba cayendo en la misma trampa. No puedes evitarlo.

Relájate, no te esfuerces tanto, porque solo puedes hacerte consciente mediante la relajación, no con el esfuerzo. Mantente tranquilo, callado, en calma.

¿Qué es la tensión? Es tu identificación con lo exterior, con toda clase de pensamientos y miedos que afectan a tu cuerpo. Tu cuerpo también se pone tenso, porque el cuerpo y la mente no son dos entidades separadas. El cuerpo-mente es un único sistema, así que, cuando la mente se pone tensa, el cuerpo también se pone tenso.

Solo una cosa es suficiente para estar en calma: la conciencia es la llave maestra, abre todas las cerraduras de la existencia. La conciencia significa vivir en calma, momento a momento, estar alerta, consciente de ti mismo y consciente de todo lo que ocurre a tu alrededor en una respuesta de total calma momento a momento.

No tienes necesidad de aprender de nadie, solo tienes que ir hacia adentro. El viaje al interior es suficiente para estar en calma; cuanto más profundices más conciencia y más calma se libera. Cuando llegues al centro estarás tan lleno de luz, de tranquilidad y de paz que la agitación desaparecerá.