EL YO (CUENTO)

CUENTO ZEN (282)

El Maestro se sentó con sus discípulos en el patio de butacas y les dijo: Todos vosotros habéis oído y pronunciado muchas oraciones. Me gustaría que esta noche vierais una.

En aquel momento se alzo el telón y comenzó un danzante a danzar.

Transcurrió casi una hora hasta que la danza, cada vez mas lenta, acabo cesando. Una vez liberados de su tensión interior, todos se sentaron, disfrutando de la silenciosa paz que invadía el recinto.

Cuando le preguntaron al danzante por que daba culto a Dios por medio de la danza, respondió:

Porque dar culto a Dios significa morir al propio yo. Ahora bien, la danza mata al yo; cuando el yo muere, todos los problemas mueren con el; y donde no esta el yo, esta el Amor, esta Dios.

MORALEJA

El que entra en su yo meditando, orando o danzando, entra, simultáneamente, en todo. El día en que entremos en nuestro yo, desaparece el yo, y también el tu. Lo que queda entonces es el todo.

No hay libertad para el yo. Solamente existe una libertad y esa es la liberación del yo. No hay liberación para el yo. Únicamente existe un liberarse y ese es liberarse del yo, no liberar al yo.

Por esto ocurre que una persona que haya estado practicando muy austeramente se convierte en un egoísta de un modo mas sutil. Se convierte mas en un “yo” en vez de ir formando parte del continente, de tierra firme. Se convierte en un elevadísimo ego. Esto le puede pasar a todo el mundo. De modo que no son solamente las riquezas o el prestigio o las cosas mundanas y las posesiones las que nutren al “yo”. El “yo” puede convertir cualquier cosa en su alimento.

Por eso, antes de entrar en el camino espiritual, siempre se ha de recordar el aviso de Buda. El dijo, “Antes de que entres en cualquier camino, descubre primero si existe o no existe ego”. Solamente entonces tu camino se convertirá en espiritual. Sino, cualquiera que sea el camino, al final resultara ser mundano, porque este “yo” lo explotara”.

Y cuando ese “yo” lo explote se reirá a carcajadas, porque no es capaz de encontrar a su yo en ninguna parte dentro de sí mismo. Por tanto, ¿que queda? Lo que queda entonces es Dios. Lo que queda después de hacer explotar ese yo o ese ego, ¿puede estar separado de ustedes? Cuando deja de existir el mismo yo, ¿quien va a establecer esa separación? Solo el yo me separa a mi de ti y a ti de mi.


DEFINICIONES DEL ZEN


El zen es una tradición ancestral que nació en la India y se expandió por China y Japón. Su propósito es lograr la iluminación, el estado de completa sintonía con la realidad tal cual es.

El zen no se basa en escrituras sagradas, rituales o ceremonias, sino en la meditación, el silencio y la conciencia plena.

El zen no busca dar soluciones, sino generar preguntas, cuestionar las creencias y los prejuicios, liberar la mente de las ataduras del ego y las ilusiones.

El zen utiliza las historias como un recurso para transmitir su esencia, pero no son historias ordinarias, sino historias que violan las reglas, que desafían la lógica, que asombran y desconciertan. Son historias que apuntan a lo esencial, lo que no se puede expresar ni pensar.

Las historias zen no son para entenderlas, sino para vivirlas, para dejarse impresionar por ellas, para despertar con ellas. Las historias zen son como dedos que indican la luna, pero no son la luna.

El maestro zen cuenta las historias con elegancia y humor, sin querer imponer nada, sino solo compartir su visión. El discípulo zen escucha las historias con interés y apertura, sin intentar analizarlas o juzgarlas, sino solo dejarse llevar por ellas.

Las historias zen son como semillas que se plantan en el corazón del oyente, y que pueden germinar en cualquier momento, dando frutos de sabiduría y compasión.

Las historias zen son un obsequio, una invitación a la aventura, una puerta abierta a lo desconocido.

En este blog te presentamos algunas de las historias zen más famosas y fascinantes, acompañadas de comentarios y reflexiones que te ayudarán a profundizar en su significado. Te invitamos a leerlas con calma y curiosidad, sin prisas ni expectativas, solo con la disposición a sorprenderte y aprender.

Esperamos que estas historias te inspiren y te acompañen en tu camino hacia la iluminación.