LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL
CUENTO DE HOY
Caminaba un asno por la orilla de un río con dos pesadas bolsas de sal. El borrico resbaló y cayó al agua. Pero la sal, al contacto con el líquido, se deshizo. Así que al salir del agua, el asno notó que la carga era mucho más ligera.
¡Qué suerte la mía!, pensó.
Y dio la casualidad que a los pocos días, el asno tuvo que recorrer el mismo camino, pero esta vez llevaba a cada lado un cargamento de esponjas, que al ser muchas, comenzaban a pesarle.
Pero recordó y pensó el borrico. Si me tiro al agua, pasará como con la sal y la carga me pesará menos. Dicho y hecho, al tirarse al río, las esponjas comenzaron a absorber el agua y el asno, por más que intentó salir, no lo consiguió.
Ante situaciones muy similares, no obres siempre del mismo modo, porque los resultados pueden ser diferentes, por eso, debemos entender el valor de la prudencia y no sacar conclusiones de una sola experiencia.