Había un ratón que estaba siempre angustiado porque tenía miedo del gato.
Un mago se compadeció de él y lo convirtió en un gato.
Pero entonces, empezó a sentir miedo del perro. De modo que el mago, lo convirtió en perro.
Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera.
Con lo cual comenzó a temer al cazador.
Llegado a este punto, el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole:
«Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda, porque en tu mente siempre el temor te acompañara».
MORALEJA
Todas los temores están en la mente; la cual no quiere vivir, la cual no es realmente capaz de vivir y crea toda clase de miedos.
Aquellos que realmente quieren vivir, abandonan todos los miedos, todos los pensamientos, toda seguridad. Arriesgan todo porque la vida es tan preciosa y tan fugas, tan momentánea que no pueden seguir posponiéndose. Y pensar es una forma de posponer, sentir es una forma de posponer, desear es una forma de posponer. Deja de posponer.
La mente es una prisión.
La consciencia es salir de la prisión, o darse cuenta de que uno nunca ha estado en prisión; solo pensaba que era así. Todos los miedos desaparecen.
Todos estamos viviendo en el mismo mundo que tú, pero no he sentido miedo ni por un momento, porque no se me puede quitar nada. Puedo morir, pero estaré viendo cómo ocurre y lo que muera no seré yo, no será mi consciencia.
El mayor descubrimiento de la vida, el tesoro más precioso, es la consciencia. Sin ella vas a estar en la oscuridad, vas a estar lleno de miedos. Y seguirás creando nuevos miedos, sin fin. Vivirás con miedo, morirás con miedo, y nunca podrás probar el sabor de la libertad. Y habrá sido tu potencial en todo momento; en cualquier momento lo podrías haber reclamado, pero nunca lo hiciste.
DEFINICIONES DEL ZEN
El zen es una tradición ancestral que nació en la India y se expandió por China y Japón. Su propósito es lograr la iluminación, el estado de completa sintonía con la realidad tal cual es.
El zen no se basa en escrituras sagradas, rituales o ceremonias, sino en la meditación, el silencio y la conciencia plena.
El zen no busca dar soluciones, sino generar preguntas, cuestionar las creencias y los prejuicios, liberar la mente de las ataduras del ego y las ilusiones.
El zen utiliza las historias como un recurso para transmitir su esencia, pero no son historias ordinarias, sino historias que violan las reglas, que desafían la lógica, que asombran y desconciertan. Son historias que apuntan a lo esencial, lo que no se puede expresar ni pensar.
Las historias zen no son para entenderlas, sino para vivirlas, para dejarse impresionar por ellas, para despertar con ellas. Las historias zen son como dedos que indican la luna, pero no son la luna.
El maestro zen cuenta las historias con elegancia y humor, sin querer imponer nada, sino solo compartir su visión. El discípulo zen escucha las historias con interés y apertura, sin intentar analizarlas o juzgarlas, sino solo dejarse llevar por ellas.
Las historias zen son como semillas que se plantan en el corazón del oyente, y que pueden germinar en cualquier momento, dando frutos de sabiduría y compasión.
Las historias zen son un obsequio, una invitación a la aventura, una puerta abierta a lo desconocido.
En este blog te presentamos algunas de las historias zen más famosas y fascinantes, acompañadas de comentarios y reflexiones que te ayudarán a profundizar en su significado. Te invitamos a leerlas con calma y curiosidad, sin prisas ni expectativas, solo con la disposición a sorprenderte y aprender.
Esperamos que estas historias te inspiren y te acompañen en tu camino hacia la iluminación.