Bienaventuranza # 5
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. La misericordia es para las almas el portal al perfeccionamiento de vida.
JBN LIE
LA MISERICORDIA
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
La misericordia de Dios corresponde a la mansedumbre y bondad de Dios y es para todas las almas el portal al perfeccionamiento de la vida. Los hombres que a través de Mí, el Cristo, que vivo en el Dios Padre-Madre, hayan desarrollado en sus almas las siete fuerzas básicas de la vida -la ley desde el Orden hasta la Misericordia-, entrarán de nuevo, como seres espirituales puros, a través del portal de la misericordia en el amor desinteresado, en el Reino de Dios, en los Cielos, y vivirán en paz. El portal al eterno SER es la séptima fuerza básica, la Misericordia -llamada en el espíritu de Dios bondad y mansedumbre-. Todos los hombres que practiquen la misericordia, también alcanzarán misericordia y ayudarán a aquellos que se encuentren en el camino a la misericordia.
Comprended: el camino al corazón de Dios es el camino personal de cada cual, en comunidad con los que son afines a él; pues Dios es unidad, y unidad en Dios es comunidad en y con Dios, y con el prójimo.
Quien haya dado los primeros pasos en el camino al perfeccionamiento, cumplirá el mandamiento de la unidad: Uno para todos, Cristo -y todos para Uno, Cristo.
El Sermón de la Montaña es, tal como ha sido manifestado, el camino evolutivo a la vida interna. Todos aquellos que hayan avanzado en este camino de desarrollo al corazón de Dios, ayudarán a su vez a los que estén al comienzo del camino. En y por encima de todos brilla el Cristo, que Yo Soy.
Pues Dios es justo y recompensa a cada uno según sus obras. Lo que sembréis, es lo que cosecharéis.
Yo, Cristo, explico, rectifico y profundizo la palabra:
¡Cuidad de no caer en la tentación! Conservadme en vuestros corazones, y entonces daréis de la verdad eterna; pues he venido a enseñar la verdad a los hombres y a prepararles para que realicen la ley de Dios, que es la única vida, la verdad. La verdad es la vida. Dios es la verdad, la vida. Su ley, la verdad, la vida, es el amor desinteresado. Tened esto en cuenta, y no caeréis en la tentación.
Y respecto a las palabras que, en el libro llamado El Evangelio de Jesús, dicen así:
Los que os oigan, también Me estarán oyendo a Mí; y los que os desprecien, también Me estarán despreciando a Mí y al que Me envió. Sin embargo, dejad que todos lleguen a comprender en su fuero interno; sed misericordiosos, y obtendréis misericordia. Perdonad a los otros, y a vosotros también os será perdonado. Con la medida con que midáis, seréis también medidos. Y tal como hagáis con los otros, así será hecho con vosotros. Y tal como deis, así os será dado. Y del modo que juzguéis, seréis también juzgados. Y como a otros sirváis, seréis también servidos. Pues Dios es justo y recompensa a cada uno según sus obras. Lo que sembréis, es lo que cosecharéis.
Estas indicaciones y exhortaciones tienen validez para todos los hombres, de generación en generación, hasta que haya surgido aquel género humano que viva la ley del amor desinteresado. Entonces estas indicaciones y exhortaciones ya no serán necesarias.
Pero hasta que este género humano de la vida interna haya salido de la oscuridad, creciendo hasta estar en la luz de la verdad, serán válidas estas indicaciones y exhortaciones. Ellas conducen a la ley del amor desinteresado, a la verdad, a la luz que irradiará en y a través de los hombres en el Reino de Paz de Jesucristo. Y que es la luz de la verdad, la que Yo Soy: Cristo.