Bien y mal

De acuerdo al budismo, el bien y el mal no son cualidades absolutas, sino relativas. Un acto puede ser malo o ser bueno según el impacto que cause.

JBN LIE

¿QUÉ ES ESO DEL BIEN Y EL MAL?

El bien y el mal son conceptos opuestos y excluyentes.

Pero si un cruel criminal alberga amor por su familia, en conclusión, ¿es esta persona buena o mala? Es visto además que, sin mucho fundamento, la gente tiende, por ejemplo, a juzgar a otros como Buenos cuando los apoyan y Malos cuando no congenian con ellos.

Según el budismo, el bien y el mal son aspectos diferentes, pero naturales, propios e inseparables de la vida; de acuerdo a lo cual, no se puede catalogar a ningún individuo ni grupo de individuos meramente como buenos o malos. Todo ser humano es capaz de actuar con suprema nobleza, así como también, con maldad. De acuerdo al budismo, el bien y el mal no son cualidades absolutas, sino relativas. Un acto puede ser malo o bueno según el impacto que cause, en uno como en otros, por lo que no puede ser medido por reglas de conducta abstractas. Podría decirse que un individuo obra mal cuando actúa con egoísmo, es incapaz de comprender las conexiones que entrelazan a las personas, alberga la intensión de lograr un beneficio propio a expensas del perjuicio de otros, o considera que la vida es algo desechable y no un fin preciado en sí. El bien, por el contrario, es lo que genera y enriquece las conexiones humanas, lo que recupera y restaura las relaciones de la sociedad humana.

En el contexto de la filosofía budista, el bien se relaciona directamente con la naturaleza fundamental de la iluminación, condición que implica un estado de absoluta libertad y felicidad logrado a partir de la comprensión plena del yo; mientras tanto, el mal se relaciona directamente con la Oscuridad fundamental, condición que implica un estado de vida, ofuscado por lo ilusorio y alejado de la verdad, sumido en la incapacidad de ver el potencial que tienen las personas de lograr la iluminación, y que causa sufrimiento al sujeto y a su entorno. Una persona ofuscada por la oscuridad interna pierde las esperanzas y desprecia su vida como algo que no tiene sentido. La oscuridad fundamental de la vida es un condicionante que contribuye a alimentar el miedo y a generar divisiones.

¿Qué es eso del bien y el mal?

Una de las grandes reflexiones a las que debe enfrentarse todo sujeto viviente con un mínimo de interés por comprender un poco su vida, y debería hacerlo alejado de las moralinas de las películas de superhéroes tan de moda hoy en día ¿Qué es eso del bien y el mal?

La datación oficial de este cuestionamiento tiene origen en el siglo V antes de Cristo, cuando pensadores y filósofos griegos observaron y estudiaron reflexionaron sobre el proceso de como comenzaban a llegar rumores y noticias de las costumbres de los pueblos vecinos, muchas tomadas con asombro y disgusto, y clasificadas socialmente como malas, desde su punto de vista.
Dicha reflexión de lo bueno y lo malo no surge de un enfrentamiento entre fuerzas del bien absoluto y fuerzas del mal absoluto, simplemente surge del enfrentamiento a lo diferente, y a su necesidad de compararlo frente a lo cotidiano, que siempre pasa más desapercibido por la costumbre.

¿Existe el bien y el mal?

Sería inútil gastar muchas palabras reintentado justificar que no existen el bien y el mal absolutos, que dependen del punto de vista del que juzga.

Vivimos en un mundo con diversas culturas, y las costumbres, ideologías y creencias varían de los sujetos de una a otra, de ahí el concepto antropológico de relativismo cultural, incluso muchas de las sociedades, como la nuestra, no son homogéneas, hay multitud de opiniones diferentes conviviendo.

También es cierto que pese a creer en lo anteriormente dicho actualmente se suelen caer en dos fallos muy comunes por los que creemos en nuestros conceptos por encima de ningún otro:

  • Absolutizar nuestras creencias pensando que los demás opinan como nosotros.
  • Creer que para estar adaptado a una sociedad hay que adoptar obligatoriamente sus creencias morales.

Cuando uno tiene en cuenta estos dos fallos comunes puede observar que lo bueno y lo malo depende de cada uno y de su punto de vista hasta que alguien viene y le dice que no es así, igual que un médico dice dejar de beber lejía sería bueno para usted sin tener en cuenta que lo que queremos es el suicidio, a cada afirmación sobre lo bueno o lo malo deberíamos enriquecerla con el punto de vista del que procede desde el punto de vista de la salud sería bueno que usted dejara de beber lejía, desde mi punto de vista creo que actúas mal en vez de creo que actúas mal.

Para llegar al concepto útil de lo bueno y lo malo hay que eliminar lo absoluto.

¿Qué es lo bueno y lo malo?

Entonces ¿Siempre va a existir alguien que vea determinados actos malos como buenos y por ello hay que permitirlos?

Para empezar, cada sociedad ha heredado gracias a su historia y su sociedad, unos conceptos sobre lo bueno y lo malo sobre los que establecer juicios en beneficio de un determinado modo de vida con el que se han identificado, aunque como hemos dicho, los tiempos y las personas cambian, y en ocasiones no toda la sociedad se identifica con dichas normas, por lo que van cambiando, o deberían.

¿Es el bien un espejismo?

Si cada sociedad tiene unas reglas que intentan sustentar una moral , habría que partir sobre el denominador común de lo que defiende cada sociedad, al menos mayoritariamente, para alcanzar un concepto universal que marque la ruta del bien, tomando la ruta del malo como lo opuesto.

Dicho concepto común a todas las culturas lo encontramos en la dignidad humana, defender al propio humano es lo racional, pues la razón parte de él. Éste concepto de entrega al semejante no solamente está protegido por las leyes y códigos morales de la mayoría de las sociedades, sino que también es el mensaje que ha extendido mayoritariamente entre filosofías y religiones del mundo, y a día de hoy parece irrefutable.

¿Y ya está?

NO. Todavía hay una problemática que surge de las diferencias del propio concepto de dignidad humana, y todavía hoy sigue siendo motivo de derramamiento de sangre como excusa-tapadera de otros intereses.

Se puede decir que el bien y el mal son una cuestión filosófica porque es susceptible de la duda, y de que nuestra creencia en lo bueno y lo malo varíe según vamos variando nosotros mismos.

Taijitu

El taijitu, representado el ideal del ying y el yang, nos muestra como siempre hay fuerzas opuestas que se enfrentan, y de dicho enfrentamiento surge la fuerza de la vida y la evolución de las cosas, además, en cada una de las fuerzas se contiene una pequeña proporción de aquello a lo que se enfrenta, una verdad paradójica.

Cada idea tiene su contraria, y la razón es la misma desde cualquiera de los dos puntos de vista, siendo la única fuerza cierta aquella que no se ve, que es la que surge del enfrentamiento entre dos posturas.

Aplicando de forma práctica la lección del taijitu a nuestra vida podríamos decir que por conveniencia, y supervivencia, tendríamos que estar del lado que mejor respete la dignidad humana tal como quisiéramos que respetaran la nuestra, sabiendo que siempre va a ser a costa de ejercer de forma muda aquello a lo que nuestras creencias más evidentes se enfrentan ¿Acaso no encontramos esta paradoja en toda sociedad?

Aún afirmando que estamos en el lado del bien, hay que tener en cuenta que el lado del mal no muere nunca, siempre está ahí, y cuando crece demasiado se acrecienta su negación de forma natural, un rezo que de la misma manera sirve a la fuerza que enfrentamos.