10 Experimentos espirituales - Reflexión
Desarrollar la espiritualidad exige una práctica cotidiana. La Dra. Resnick recomienda 10 maneras de llevar la espiritualidad a la práctica cotidiana.
STELLA RESNICK
DESARROLLAR LA ESPIRITUALIDAD
La Espiritualidad: Una práctica cotidiana.
La espiritualidad es una dimensión fundamental del hombre. Hoy en día, en el mundo que vivimos, lleno de contradicciones, exigencias y estrés, la espiritualidad está tomando dimensiones cada vez más importantes, como una salida hacia la satisfacción y la efectividad, e incluso en algunos casos, para sobrevivir.
Desarrolla la creatividad, ayuda a la toma de decisiones, el manejo del estrés, las relaciones humanas y principalmente fortalece la salud. Es importante, simplemente, porque forma parte esencial de nuestra naturaleza.
Aquí tomamos la definición de la Dra. Stella Resnick en su libro Reencontrando el Placer que define la espiritualidad como una auténtica e innegable sensación de saber, en el corazón y las entrañas, que formamos parte de algo bueno que es más grande que nosotros.
Desarrollar la espiritualidad (independientemente del credo de cada quien), exige una práctica cotidiana, una disciplina, que puede ser vivida de manera liviana y expansiva. A continuación compartimos con ustedes 10 maneras que la Dra. Resnick recomienda en su libro para llevar la espiritualidad a la práctica cotidiana.
10 EXPERIMENTOS ESPIRITUALES
- Practique periódicamente el control de la respiración a lo largo del día. Practique la respiración consciente, para conectarse con su yo más grande, su capacidad de inspirarse y sus principios más elevados. Haga unas cuantas respiraciones limpiadoras para expulsar la tensión y sus sensaciones corporales, alisar cualquier repliegue y centrar la mente. Suspire profundamente para sentir con mayor intensidad sus sensaciones y sentimientos. Haga cinco respiraciones jadeantes cuando necesite un poco de energía rápida.
- Medite un minuto unas cuantas veces al día. Sobre todo cuando se sienta nervioso o tenso. Siéntese en postura alerta, pero relajada, con la cabeza erguida, y observe su respiración sin controlarla, atento a la elevación y descenso del pecho cuando entra y sale el aire. Vea si logra abandonar sus pensamientos narrativos y ser simplemente un testigo imparcial de hechos, durante un minuto. Observe sus sensaciones corporales, los pensamientos que surjan y los sonidos que perciba a su alrededor, sin hacer nada aparte de observarlo todo.
- En caso de duda, ore pidiendo orientación. No es necesario que crea en Dios para orar. Le basta con creer en un poder superior que está dentro de usted, una fuente de sabiduría e integridad que puede orientarlo hacia su verdad intuitiva.
- Pase algún tiempo a solas. En contacto con la naturaleza, para madurar y simplemente ser. Mantenga los sentidos despiertos y en el momento presente. Véase como una parte del todo.
- Escriba una carta de afecto y gratitud a una persona a quien ame. Escriba acerca de lo que más le gusta y aprecia de ella. Después léale la carta.
- Ayude a una persona necesitada. Con actos, más que con dinero. Hágale de hermano mayor algún niño discapacitado; prepare algunas comidas para enfermos de sida o ancianos; sirva a los que no tienen hogar en una misión; enseñe a leer a un adulto; dé prioridad a dar solaz a cualquier persona que acuda a usted en busca de consuelo.
- Trabajar en pareja. Con su pareja o con un amigo, ofrézcase a colaborar juntos como voluntarios en algún trabajo comunitario. Participe en u trabajo comunitario que se adapte a sus ideales.
- Comente sus creencias espirituales con su pareja o un amigo. Entre los temas que pueden comentar están: cuál es la finalidad de cada uno en su vida; qué le da más sentido a su vida actual; qué idea tienen de un poder superior; qué piensan de la muerte.
- Ver más allá de esta vida. Píenselo un poco y constrúyase una vida después de la muerte en la que pueda creer. Vea si estas nuevas convicciones le añaden potencia.
- Procure tomarse un tiempo cada día. Disfrute de las alegrías más sencillas de la vida y enriquecerse de ellas: un corazón cariñoso, una mente en paz y un cuerpo tranquilo y enérgico.