Sabiduría esquimal # 2
Advierten los Inuit, los ancianos esquimales sabios a la NASA. Despierta tu corazón, la tierra ha desplazado sus polos y el clima es impredecible.
JBN LIE
DICEN LOS ANCIANOS ESQUIMALES...
¡Despierta tu corazón!
La tierra ha desplazado sus polos y el clima es impredecible.
Advierten los Inuit, ancianos esquimales sabios.
Una nueva advertencia ha llegado a la NASA de parte de los Inuits, la tribu originaria a la que los occidentales conocíamos como los esquimales. Ellos advierten que el cambio de clima no es debido al calentamiento global, sino más bien, a causa de que el eje de la Tierra se ha desplazado y todo está cambiando a partir de ello.
Los inuit viven en las regiones árticas de Canadá, Estados Unidos y Groenlandia. Son excelentes meteorólogos, pues también lo fueron sus antepasados, ya que de ello depende su supervivencia. A mediados de 2014 advirtieron a la NASA que la causa del cambio en el clima, terremotos, etc., no son debidos al calentamiento global como el mundo piensa, sino a que la tierra se ha desplazado, pues se tambaleó su eje.
¡El cielo ha cambiado!
Los ancianos aclaran que el sol se levanta en una posición diferente ahora, no donde lo hacía anteriormente. También sostienen que con los cambios en la atmósfera hay mayor luz del día para cazar ahora, ya que el sol está mucho más alto que antes y se vuelve más cálido con mucha mayor rapidez.
En un vídeo difundido por Internet los ancianos inuit detallan el cambio climático en la fusión de los glaciares, en el deterioro de la piel de las focas, en las quemaduras del sol en los animales marinos y en la velocidad con la que desaparece el hielo marino, debido a que los días se calientan más rápido y duran más.
Todos los ancianos entrevistados confirman que la Tierra se ha desplazado, que se tambaleó y se ha inclinado hacia el Norte. Esta información proporcionada por los ancianos de la tribu originaria Inuit ha causado una gran preocupación en los científicos de la NASA y ha sido compartida por ancianos de otras tribu nativas del hemisferio norte también, que confirmaron lo mismo sobre el cielo cambiante.
Según ellos, las estrellas y la luna también se encuentran en diferentes lugares en el cielo y esto afecta las temperaturas. Recordemos que se trata de una población que se basa en la ubicación de la luna y las estrellas para su supervivencia, ya que viven en la oscuridad total durante parte del año.
Los ancianos dicen que ya no pueden predecir el clima, cosa que han sido capaces de hacer en el pasado transmitiendo ese conocimiento ancestral de generación en generación. Observan que los vientos más cálidos están cambiando los bancos de nieve, por lo que su capacidad para navegar por tierra también se hace más difícil que antes. También explican que las poblaciones de osos polares están aumentando sus contactos con las poblaciones humanas y buscan comida en las construcciones más cercanas.
El pueblo inuit habita en los confines septentrionales del Ártico canadiense, cosa que han hecho durante siglos. La zona en la que habitan se congela casi continuamente bajo una capa de permanente de nieve. Por varios meses seguidos, sus días comienzan y terminan en la oscuridad. Son un pueblo nómada que construyen tiendas de campaña o tipis (carpas triangulates) de piel de caribú en los meses más cálidos y viven en iglúes en el invierno.
Previamente, eran conocidos como esquimales. La palabra esquimal es de una palabra en su lengua que significacomedor de carne cruda. Este grupo de habitantes del Ártico ha cambiado de nombre a Inuit, una palabra que significa el pueblo. Inuk es la palabra para describir a un miembro o a una persona de la tribu.
Los inuit hablan muchos dialectos diferentes pero todos provienen de la lengua Eskimaleut o inuit-Aleut. Son principalmente cazadores que confían en la vida silvestre del Ártico para su supervivencia. Ellos comen peces, cazan mamíferos marinos, como las focas y morsas, o mamíferos terrestres del Ártico, como la liebre y el caribú; usan la piel y la grasa de las focas para confeccionar su ropa, hacer sus tiendas de campaña o preparar combustible. La mayor parte de su dieta se compone de carne cruda, ya que hay muy pocas plantas con vida en su entorno.
Lo que los científicos informan:
El 20 de abril de 2011, luego del tsumani de Japón, la cadena CNN informó de que el terremoto movió a la isla principal de Japón en dos metros y medio (8 pies) y cambió el eje de la Tierra. Citaron a Kenneth Hudnut, geofísico del Servicio Geológico de Estados Unidos, diciendo: En este momento, sabemos que una estación de GPS se movió (8 pies), y hemos visto un mapa de la GSI (Autoridad de Información Geoespacial) de Japón que muestra el patrón de cambio en una gran superficie, lo que es consistente con el desplazamiento de la masa de la tierra .
Según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia, se estima que el terremoto de 8,9 grados de magnitud movió al planeta sobre su eje por cerca de cuatro pulgadas (10 centímetros). Los astrónomos coinciden en que no ha habido un cambio en el eje de rotación de la Tierra, pero que ha habido cambios polares sutiles en los últimos diez años.
Cambios en el campo magnético de la Tierra
Por su parte, en junio 2014 la Agencia Espacial Europea (ESA) reveló el primer conjunto de resultados de alta resolución a partir de tres satélites Swarm con los cambios más recientes en el campo magnético que protege a nuestro planeta.
Lanzado en noviembre de 2013, estos satélites están proporcionando conocimientos sin precedentes sobre el complejo funcionamiento del campo magnético de la Tierra, que nos protege de la radiación cósmica.
Las mediciones realizadas en los últimos seis meses del 2014 confirman la tendencia general de debilitamiento del campo, con los descensos más dramáticos en el Hemisferio Occidental. Pero en otras áreas, tales como el Océano Índico meridional, el campo magnético se ha fortalecido desde enero.
Las últimas mediciones del Instituto Nacional Espacial de Dinamarca, confirman también el movimiento del Norte magnético del planeta hacia Siberia.
Todos estos cambios se basan en las señales magnéticas del núcleo de la Tierra provocados por la actividad solar, lo que revalida la advertencia de los ancianos inuits.