100 Verdades eternas

El corazón es tu vaciedad. Y de esta, vaciedad surge una transparencia que puede ver cosas que no puedes explicar intelectualmente. Esto es sabiduría.

JBN LIE

100 VERDADES ETERNAS

Obtén sabiduría y paz mental

Los sentidos llevan comúnmente fragmentos de conocimientos. Se sabe que las personas que son compasivas, del corazón, tienen cierta sabiduría, percepción, intuición que no puede ser enseñada. Ellos pueden ver cosas, sentir cosas. Son sensibles a cosas que no son viables a la mente Así la gente empieza a pensar que hay posibilidad de que el corazón tenga sabiduría. Pero ellos no saben que el corazón es tu vaciedad. Y de esta vaciedad una claridad, surge una transparencia que puede ver cosas que no puedes explicar intelectualmente. Esto es sabiduría.

De todas las condiciones, por adversas que sean, debemos extraer ventajas: piensa que del suelo más cenagoso nacen las más bellas flores; y entre las más duras rocas brotan los gigantescos árboles que parecen escalar el cielo.
Así como la noche abre en secreto las flores, así la gloria de las damas excelentes está secretamente en sus conciencias y no en la boca de los hombres.
Una raíz es una flor que desdeña la fama: la mujer de valía es como la raíz escondida que llena de frutos el árbol sin pedir que la descubran.
No te mueva la autoridad ni posición social de quien habla, sino que atiende lo que diga: porque no en lo grande está lo bueno, sino en lo bueno está lo grande.
El avaro es un hombre que se empeña en vivir pobre para morir rico; es más que un ladrón porque se roba a sí mismo. El pobre carece de muchas cosas, pero el avaro de todo.
Buscando el bien en nuestros semejantes encontramos el nuestro, pues nada hace tanto bien como hacer el bien; en cambio, el solo hecho de no hacer el bien es ya un gran mal.
Tengamos caridad por todos los seres, entre los que penosamente avanzamos porque son fragmentos de lo divino: el que se hace el sordo al grito del pobre clamará, pero no será escuchado.
Ni el bien hace ruido ni el ruido hace bien. Es el silencio el que señala el nivel de nuestra acción. El hombre actual teme estar solo porque en el silencio le habla dios.
La mujer fácil a la adulación es dama indefensa: por eso todo adulador vive a expensas de quien le escucha. Recuerda que más daña la lengua del adulador que la espalda del enemigo.
Más vale ser corregido por un sabio que adulado por un tonto, pues la adulación esmalta los vicios haciéndolos preciosos. Quien te hace fiestas, sin aparente motivo, o te quiere engañar o te necesita.
Los obstáculos vencidos no solo nos enseñan sino que nos fortalecen para nuevas luchas, la vida es eterna y, por tanto, digna de todo esfuerzo.
Cuando una batalla está perdida nos queda aún tiempo para ganar otra, pues, no se adquieren gracias sin preceder aflicciones.
La alegría es una exaltación en el alma no un confort en el cuerpo; y es el fruto directo de tener una conciencia tranquila y de vivir conforme a la naturaleza.
La felicidad no depende de lo que nos rodea sino de lo que emana desde lo profundo de nuestro ser. No puede saciarse el alma de ningún bien temporal porque no ha sido creada para gozar de lo perecedero.
Para la mujer sabia ninguna verdad es amarga. Nada impide decir la verdad riendo. Solo la verdad te hará libre.
La avaricia arrebata a los demás lo que se roba a sí misma; por eso el avaro tiene todas las preocupaciones del rico y los tormentos del pobre. El avaro solo es útil después de la muerte.
La avaricia y la ambición están más descontentas con lo que no tienen que satisfacer con lo que tienen. Es decir: el avaro adquiere para tener y no disfruta lo que tiene.
El verdadero secreto de la vida no es ni el placer, ni la gloria, ni la filosofía, ni la ciencia, sino el poder de ser dueños de nuestra propia voluntad.
La tristeza no es más que un muro entre dos jardines. A toda pena sigue un descanso placentero.
Lo más amargo de nuestra pena de hoy es el recuerdo de nuestra alegría de ayer.
Solamente aquellas con secretos en sus corazones podrían adivinar los secretos de nuestros corazones.
Mujer de bien es aquella que no domina a nadie ni se deja dominar por nadie.
La mujer perfecta deja de serlo cuando se hace demasiado orgullosa para no llorar o demasiado seria para no reír.
No hay religión ni ciencia más allá de la belleza. La belleza no siempre tiene que ver con el arte sino con lo verdadero.
Pobreza es tener las manos vacías sin encontrar a nadie quede; miseria es tener las manos llenas sin encontrar a nadie a quien dar.
Pobre aquel que no da porque sus bolsillos están vacíos; ignorando que en su corazón existen riquezas inagotables que puede dar a los pobres de espíritu.
El envidioso nos elogia sin saberlo. El envidioso hace muecas, pero no se ríe.
Cuídate más de la envidia de un amigo que de la emboscada de un enemigo. El envidioso siente pesar cuando prospera el prójimo.
La envidia es un vicio sin deleite que atormenta cuando se disimula y desacredita cuando se conoce.
Las tortugas pueden contar más cosas acerca del camino que las liebres. Por eso el que mucho corre poco observa, y el que come rápido pierde el sabor.
La fe es un oasis del corazón que nunca será alcanzado por la caravana del pensamiento.
Es un honor para el asesinado no ser el asesino; por ello quiero ser presa del león antes que el conejo sea mi presa.
El odio es un cadáver. ¿Quién de vosotros quisiera ser tumba para albergarlo adentro?
El prójimo es tu más sensible yo en el cuerpo de otros; por tanto, no hagas a los demás lo que no quisieras que hagan contigo.
Si otro se burla de ti puedes compadecerlo, pero si tú te ríes de otro, nunca puedes perdonártelo.
Curioso es que todos defendamos nuestros errores con más vigor del que ponemos en defender nuestros aciertos.
Si todos confesáramos nuestros pecados los unos a los otros, nos reiríamos de nuestra falta de originalidad.
Estúpido es aquel que quiere disimular el odio de sus ojos con una sonrisa en los labios.
Cuando observo a un hombre ebrio no lo culpo, quizás está tratando de ahogar una pena más horrible. -y cuando alguien se suicida no lo juzgo; pudo haberlo hecho en defensa propia.
Si tu corazón es un volcán de azufre, ¿cómo puedes esperar que tus manos den flores?
En las cárceles hay asesinos que nunca derramaron sangre, ladrones que nunca robaron nada y mentirosos que siempre dijeron la verdad; y fueron llevados allí por la "justicia".
El amor que no se renueva cada día pasa a ser un hábito y termina siendo una esclavitud.
Cuando dicen que la moralidad es lo que distingue al hombre de los animales se equivocan, pues algunos animales tienen su moral que podría servir de ejemplo a muchos hombres.
En las conversaciones se aprende más con el oído. Que con la lengua. Por eso presta oídos a todos, pero a nadie tu voz. No sabe hablar quien no sabe callar.
No hay efecto sin causa ni causa sin efecto; por ello todo lo que existe seguirá eternamente en un sinfín de intercambios.
Menos trabajo hay en vivir bien que mal, pues es más costoso alimentar un vicio que criar dos hijos.
Cuando el hombre se avergüenza hay esperanza de enmienda.
La venganza es el placer de las pequeñas almas. Es un manjar aparentemente sabroso, pero está condimentado en el infierno.
Somos jóvenes en la medida que nos sentimos. La peor vejez es la del espíritu.
Sufrimos más a medida que más amamos, cuando más grande es nuestra entrega más sensible nos hacemos al sufrimiento.
El sueño y la esperanza son los dos calmantes que la naturaleza concede al hombre.
La soledad es al espíritu lo que la dieta al cuerpo. La soledad voluntaria es divina, la soledad involuntaria es horrible.
Quien no ve la vanidad del mundo es porque él es en sí mismo muy vano. La vanidad solo es buena para hacerse abominable.
Un zapatero humilde es más útil a la sociedad que un crítico de categoría.
El tirano, para reinar, no necesita talentos ni virtudes sino soldados, cadenas y calabozos. No hay peores tiranos que los hombres salidos de la nada.
Arrullamos a los niños no tanto para que duerman sino para que nos dejen dormir.
La mujer verdaderamente feliz no necesita de las fiestas ni del licor para ser dichosa. El que no es feliz busca con afán el licor y las fiestas.
Un corazón es una riqueza que no se vende ni se compra... Pero se regala.
Ponte en lo más bajo y se te dará lo más alto. La nube esperó la noche humildemente en un rincón del cielo, y en la mañana siguiente el sol la coronó de esplendor.
Cristo nos quiere humildes más no serviles, es bueno para el corazón humano la humildad mientras no degrada en servilismo.
No podemos evitar las pasiones, pero sí vencerlas. No depende de nosotros carecer de pasiones, pero sí depende reinar sobre ellas.
El éxito no depende de lo que te presenta el desatino, sino de la manera como. Tú reaccionas frente a los vaivenes de la vida.
No sabe hablar quien no sabe callar. Las palabras son como las hojas; cuando abundan poco fruto hay en ellas.
El verdadero fin de la política es hacer cómoda la vida y felices a los pueblos. Lástima que los políticos obren lo contrario.
La poetisa es una mujer que ha conservado sus ojos de niña; y su poesía es el suspiro del corazón que se desborda.
El más poderoso es aquel que a sí mismo se siente bajo su poder.
Si no conviene no lo hagas, si no es verdad no lo digas. La prudencia no previene todos los males, pero la falta de ella los atrae.
La miseria no atrae santidad, porque el desorden económico es un síntoma de desorden espiritual.
No publiques con facilidad lo que pienses, ni ejecutes cosas no bien premeditadas primero.
Ni al enfermo le alivia tener lecho forrado en oro, ni la gran riqueza sirve para convertir al tonto en sabio.
El oro de la tierra es corruptor cuando no se alía al oro del espíritu.
El día más perdido es aquel en el cual no hemos reído.
Cada día es una existencia en miniatura. Muchas almas fueron dejando para más tarde el trabajar por sus ideales y las sorprendió la muerte con las manos vacías.
La pobreza no es la falta de dinero sino la falta de felicidad. No se puede confundir la riqueza con el poder económico.
No te ufanes de lo que eres, avergüénzate de no ser mejor.
Leer es enriquecer y multiplicar nuestra vida interior más elegir nuestra lectura es tan necesario como elegir los alimentos.
Quien menosprecia las leyes de la naturaleza verá como todo el universo se levanta contra él, sin saber cómo ni cuándo va a ser castigado.
Los libros nos dan consejos que no se atreverían a darnos nuestros mejores amigos. Jamás tuve un pesar que no olvidara después de una hora de lectura.
Ármate de buenos libros, pues, son las mejores armas en la lucha por la conquista de la vida. El pasado no ha muerto mientras los libros vivan.
Jamás lograría derribarte la tentación si tuvieras el corazón fijo en dios. El principio del mal se cura si no lo dejas echar raíces.
Por qué temer si nuestro papel en esta vida es corto, y quienes nos injurian son mortales también como nosotros.
Basta recibir los males cuando vengan sin que haya que temerles afligiéndonos ya por adelantado.
Lo inmediato que debe conquistarse es la alegría; lo primero que debe rechazarse es el miedo.
El mayor número de los males que padece el hombre procede del hombre mismo.
No te aflijas porque ocurren los problemas. Si no hubiera invierno no daríamos importancia a la primavera.
El placer es la red donde las almas se enredan para caer en la trampa del dolor.
No juzgues ni critiques nunca porque hay conductas que parecen ridículas, pero sus ocultas razones son sabias y sólidas.
Cuando esperamos los días son años, y cuando recordamos los años nos parecen días.
No perdamos el tiempo en juzgar a los demás. Aprovechémoslo en mejorarnos a nosotros mismos.
Mucha gente, incapaz de robarnos plata, nos roba el tiempo que es oro.
El hombre ha nacido para trabajar como el pájaro para volar.
El hambre puede llegar a las puertas de una mujer activa, pero no se atreve a entrar.
El oro de nada sirve en manos de la pereza, pues al perezoso todo le parece difícil.
Es tan arraigado en el hombre el afán de ser importante, que muchos pierden la vida con placer con tal de que de ello se hable.
Vanidad es todo lo que no sirve para la eternidad. No solo vanidad si no tontería es desear una larga vida y no cuidar que sea buena.
Todo el mundo quiere vivir muchos años, pero pocos se esmeran por conservar la juventud. Una vejez dichosa es el premio a una juventud arreglada.
La juventud no es un momento en la vida sino un estado del alma.
A los 30 años una mujer acaba o empieza. En nuestro caso... Empieza.
Si quieres permanecer siempre joven no dejes envejecer tu espíritu.
No es necesario llenarse de años para terminar la vida. Es conveniente llenarse de vida para vivir los años.