La iluminación espiritual

Los siervos del poder oscuro

EL FLUJO DE ENERGÍAS

Entre las leyes universales existe la muy importante Ley de atracción.
Entre energías afines, y esa Ley es divina.

Los pensamientos son energía, y sabemos por la Física que ninguna energía se pierde. Toda energía,- como en el caso de los pensamientos- es una fuerza que busca en el universo energías afines por la ley de atracción entre iguales. Por ello, energías procedentes del Más allá físico actúan sobre las personas del más acá, emitiendo por vía telepática sus contenidos, tanto positivos como negativos.

Cuando una persona recibe telepáticamente energías negativas como odio, celos, envidia, deseos de poder, tener o destacar sobre otro, por estar mental y espiritualmente en esa onda de frecuencias, se ven engrosadas las propias y personales formas de pensamientos con otras iguales o semejantes provenientes de almas del Más allá. Pueden ser almas de personas fallecidas que no se marcharon aún por querer influir en sus iguales para conseguir lo que no pudieron en vida. Así utilizan a personas vivas induciéndoles a actuar del modo que ellos quieren aprovechando la Ley de semejanza. También pueden ser seres demoniacos que precisan energía negativa humana para vivir sin tener que encarnar como seres humanos y sufrir las consecuencias de sus actos, o sea, su Karma.

EFECTOS EN LA VIDA PÚBLICA

Detrás de la degeneración de la conciencia ética y moral de los seres humanos y sus representes públicos no existe otra cosa que la influencia de esos poderes negativos en la sombra que tienen acceso – consciente o no en los afectados- a las conciencias individuales, debido a la existencia de la mencionada ley de semejanza, que dice: Lo igual atraiga a igual. Así actúan corrompiendo a los gobernantes mediante inyecciones de deseos y pensamientos de poder, prestigio o riquezas, empujándoles en contra de quienes se opongan para conseguir estos deseos. Las gentes que se les someten tienen formas de pensar, sentir y querer semejantes o iguales, y pueden aceptar por ello ser gobernados en la creencia de que van a recibir también una parte satisfactoria de eso mismo., o sea, del “·pastel Tierra. Por eso les votan, siguen en la TV, aplauden, imitan, admiran, etc.

LOS PODEROSOS ESTÁN DIVIDIDOS

Debido a lo difícil que es ponerse de acuerdo quienes desean lo mismo, los poderosos de este mundo están divididos, se atrincheran tras fronteras que han conseguido imponer a sus vecinos y usan diferentes leyes, himnos, banderas, idiomas y hasta religiones. A causa de esta división de intereses en pugna por conseguir mayores porciones del pastel Tierra, pueden producirse revueltas sociales orquestadas, fugas de capitales, bloqueos comerciales guerras internacionales o guerras civiles inducidas. Hay mucho dinero para todas esas cosas si fuese necesario. Desestabilizar un país es ahora un juego de niños para empresas multinacionales que pueden tener más riquezas y poder que el total de ese país. Acosar a los gobiernos de un país más pequeño, pero rebelde, que no siga el juego de los grandes cuando interese, o no cumpla debidamente el rol que se espera debe tener, es un asunto diario. Acusar a un gobierno de poseer armas de destrucción masiva sin tenerlas, se hace si conviene, lo que solo es posible desde una alta comedia de cinismo y extrema desvergüenza, ya que las armas más sofisticadas de destrucción masiva las poseen los chicos justicieros del club atómico mundial, los más agresores a nivel planetario, los más poderosos influenciados por el mundo demoníaco.

LAS GUERRAS

Las guerras vienen a ser la forma más agresiva, asesina y destructiva inventada por los ricos en pugna para hacer sus mejores negocios tanto en el comercio de las armas y equipamientos militares como posteriormente, una vez conseguida la victoria de uno de los bandos. La última excusa para declarar guerras, aparte de una supuesta defensa de libertades y derechos humanos que el país agredido incumple, es la llamada guerra preventiva que permite a los gobiernos más poderosos y agresivos invadir cualquier país del mundo sin siquiera respetar a la marioneta ONU que ellos mismos utilizan como tapadera legal cuando les conviene. Y da igual que medio mundo o siete mundos enteros si los hubiese, se manifiesten contra esas guerras. Las manifestaciones de oposición ya están previstas, y calculado su alcance. Una explosión de protesta por las calles de ciertas ciudades, cargas policiales contra pacifistas, artículos o entrevistas contra la guerra y sus causas, un temporal de consignas y pancartas, y vuelta a la calma... Una calma que continúa, salvo rachas pasajeras de vientos contrarios al belicismo. Pero a todas horas las gentes continúan muriendo, víctimas de las guerras preventivas convertidas fácilmente en guerras de ocupación y expolio, y los muertos se cuentan todos los días en los telediarios, sin miedo a que la visión de los cadáveres pudiera mover la conciencia adormecida de las gentes, ya habituada, y sin que las pantallas lleguen a estallar en los salones domésticos ni en las conciencias.