La iluminación espiritual

Si no hay orden olvídese de la meditación

ORDEN EN LA VIDA Y EN EL COSMOS

Sin orden en su vida, si trata de meditar, caerá en la trampa de la ilusión.

Si no hay orden en su relación con su esposa, esposo, con sus hijos, sus vecinos, los que están cerca y los que están más lejos, olvídese de la meditación. Sin orden en su vida, si trata de meditar, caerá en la trampa de la ilusión. Si ha sido serio y tiene orden, no un orden provisional, sino un orden absoluto, ese orden puede mirar el orden del cosmos, ese orden tiene relación con el orden cósmico. El orden cósmico es el amanecer, la luna creciente, el maravilloso cielo al atardecer con toda su belleza. El simple examinar el cosmos o el universo con un telescopio no es orden. Si aquí hay orden, en nuestra vida, entonces ese orden tiene una extraordinaria relación con el universo.

BELLEZA

La belleza es orden completo.

La belleza es orden completo, pero la mayoría no tenemos ese sentido de la belleza en nuestras vidas. Podemos ser grandes artistas, grandes pintores, expertos en diferentes cosas, pero vivimos por desgracia, una vida desordenada, nuestra propia vida está repleta de ansiedades y desdichas, esto es un hecho. Puede que sean grandes científicos, grandes expertos en alguna materia, pero tienen sus propios problemas, luchas, dolor, ansiedad, etc. Estamos preguntando, ¿es posible vivir en completo orden interno, no impuesto por la disciplina, por el control, sino investigar la naturaleza del desorden, cuales son las causas y eliminarlas, descartar, eliminar la causa? Entonces hay un orden vivo en el universo.

DORMIR

Orden y sueño.

Si cuando hace balance del día antes de ir a la cama, ¿no lo hace?, dice: Debería hacer esto, no debería hacer aquello, hubiera sido mejor de esta manera, me hubiera gustado no decir esto, cuando hace balance de las cosas que han sucedido durante el día, intenta poner orden antes de dormir. Y si no pone orden antes de dormir, el cerebro tratará de hacerlo cuando usted duerma porque el cerebro funciona perfectamente solo en el orden, no en el desorden; funciona muy eficientemente cuando hay orden completo, tanto si ese orden es neurótico o racional, porque en la neurosis, en el desequilibrio también hay orden, y el cerebro acepta este orden.

De modo que si hace balance de todo lo ocurrido durante el día antes de dormir, entonces intenta poner orden, y por tanto, el cerebro no tiene que poner orden mientras duerme: ya lo ha hecho antes. Pero uno puede poner orden en cada minuto del día, siempre que esté atento a todo lo que sucede, tanto en lo externo como internamente.

IDEALES

Cuando perseguimos ideales hay desorden.

¿Cuál es la naturaleza y estructura del desorden? El desorden existe, ¿verdad? Si hay contradicción, como decir una cosa y hacer otra totalmente diferente, es inevitable que haya desorden. Me pregunto si son conscientes de eso. Hay conflicto, desorden cuando perseguimos ideales o proyecciones propias de lo que consideramos debería ser. Es decir, existe una división cuando descuidamos lo que realmente está sucediendo en nosotros mismos para perseguir un ideal; esa es una de las causas del desorden. Otra de las causas en lo psicológico, lo que llamamos la vida interior, es perseguir la autoridad, la autoridad de un libro, de un gurú, la autoridad de la llamada gente religiosa.

CONFLICTO

El desorden en esencia es conflicto.

Tratamos políticamente, legalmente y socialmente de establecer orden externo en el mundo en el que vivimos, pero internamente estamos confundidos, inseguros, ansiosos y en eterno conflicto. Sin orden interno, la vida humana estará siempre en peligro.

¿Qué entendemos por orden? El universo, en el sentido supremo, no conoce el desorden. La naturaleza, por más aterrador que sea el hombre, está siempre en orden. Se desordena solo cuando el ser humano interfiere, y tan solo el hombre parece estar desde el principio de los tiempos en constante lucha y conflicto. El universo tiene su propio movimiento en el tiempo.

Únicamente cuando el hombre tenga orden en su vida descubrirá el orden eterno.

¿Por qué el hombre ha aceptado y tolerado el desorden? ¿Por qué todo lo que toca decae, se vuelve corrupto y confuso? ¿Por qué el hombre no aprecia el orden de la naturaleza, las nubes, el viento, los animales y los ríos? Debemos aprender qué es el desorden y qué es el orden. En esencia el desorden es conflicto, contradicción y división entre ser y llegar a ser.

INTERÉS, PASIÓN E INTENSIDAD

¿Se da cuenta de que su vida está en desorden?

¿Se da cuenta de que su vida es rutinaria, monótona, del aburrimiento de ir a la oficina? ¿Se da cuenta de las peleas, de las crueldades, de los regaños, de la violencia, de todo lo que es el resultado de una cultura que está en completo desorden, que es su propia vida? No puede seleccionar y elegir entre ese desorden lo que cree que es orden. Se da cuenta de que su vida está en desorden y si no tiene el interés, la pasión, la intensidad, la llama para descubrir el orden, entonces seleccionará y elegirá del desorden lo que cree que es orden. ¿Puede observarse a sí mismo con gran honestidad, sin hipocresía o ambigüedad, saber por sí mismo que su vida es desordenada, y descartar todo esto para descubrir qué es el orden? Como sabe, descartar el desorden no es tan difícil, pero lo dramatizamos, le concedemos demasiada importancia. Sin embargo, cuando ve algo muy peligroso, un precipicio, un animal salvaje, un hombre con una pistola, de inmediato lo evita, ¿verdad? No argumenta, no duda, no trata de ganar tiempo, de inmediato actúa. De la misma manera, si ve el peligro del desorden, surge una acción instantánea que niega por completo toda esa cultura que ha generado el desorden, que es usted mismo.

VIRTUD

El orden no puede ser cultivado.

Orden es virtud. Y el orden no es algo que pueda ser cultivado, no puede decir: Seré ordenado, haré esto y no haré aquello, entonces se está disciplinando a sí mismo, volviéndose más y más rígido, mecánico. Esa mente es del todo incapaz de dar con esa belleza que no tiene nombre ni expresión. El orden, al igual que la virtud, no puede ser cultivado; si cultiva la humildad es obvio que no es humildad, puede cultivar la vanidad, pero no es posible cultivar la humildad como no puede cultivar el amor. De modo que el orden, que es virtud, no puede practicarse. Todo lo que uno puede hacer es ver el completo desorden interno y externo, ¡verlo! Puede ver ese desorden total de forma instantánea y eso es lo único que importa, verlo instantáneamente.

Las vidas de la mayoría de las personas son pobres y vacías. Aunque puedan poseer muchísimo conocimiento, sus vidas son míseras, contradictorias, infelices, faltas de integridad. Todo eso es la pobreza, y esas personas desperdician sus vidas tratando de hacerse interiormente ricas, cultivando varias clases de virtudes y todo el resto de ese absurdo desatino. No es que no sea necesaria, pero la virtud es orden, y usted solo podrá comprender el orden cuando haya investigado el desorden dentro de sí mismo. Llevamos vidas desordenadas; ese es un hecho. El desorden es la contradicción, la confusión, los diversos deseos agresivos, el decir una cosa y hacer otra, el tener ideales, y la división entre los ideales y uno mismo. Todo eso es desorden, y cuando se da cuenta de él y le presta toda su atención, de esta surge el orden, el cual es virtud, algo vivo, no algo fabricado, practicado y afeado.