La iluminación espiritual

Las moralejas espirituales no son psíquicas

FIN A LAS ENSEÑANZAS PSÍQUICAS

Deja de imaginar ahora.

Hay muchas enseñanzas espirituales que son psíquicas, y por lo tanto no son la verdad. El propósito ‘espiritual’, por así llamarlo, de una enseñanza psíquica es despertar o avivar con el poder de un ‘bien’ o amor imaginado la mente humana, que de otra manera inevitablemente atrofia. Por supuesto, no es ‘bien’ o amor. Es tan solo lo que se imagina que es; y lo que tienes que imaginar nunca puede ser la cosa real. Y tampoco es poder; es auto-protección – una forma sutil de fuerza.

Sin embargo, estas enseñanzas psíquicas cuando son practicadas de una forma relajada, meditativa o devocional, sirven para suavizar y desmantelar la mente humana que es tan dura como una roca, trayendo a su forma de pensar materialista y que se sirve a sí misma, una apariencia de vida y amor – aunque es la versión fantasiosa de la vida y el amor hecha por la propia persona.

Sin embargo, llega el momento en que la psiquis individual está lista para lo real, lista para empezar a confrontar el espíritu directamente; para empezar a enfrentar la realidad del amor y el bien como nuestro innegable ser y vida, sin pensar en ello; lista para hacer frente a la vida como es ahora, sin la necesidad de escapar a imágenes futuristas, construidas por el yo, de la vida como debería ser o podría ser. Esto implica tomar responsabilidad por tu yo y por todo lo que te toca.

Esta responsabilidad comienza de manera muy práctica no culpando a las circunstancias o a otra gente por lo que uno es o lo que le acontece; y no buscando salvadores imaginarios o cielos que estén fuera de tu realidad interna, de tu vida interna y externa, ahora.

La percepción que está surgiendo es que si hay amor, vida, justicia, verdad, Cristo o Dios, debe ser ahora, en este cuerpo, en estos sentidos, en esta vida y en todo lo que está ocurriendo ahora. La percepción es ‘conocer siendo’. Significa resistir personalmente en todo momento el viejo hábito auto-complaciente, que ha quedado atrás, de imaginar lo que la vida es, y tener el amor y el coraje para vivirla y enfrentarla como es ahora. Ser o vivir la vida ahora es el fin de ti, de la persona. Y por eso se dice que para alcanzar la vida tú debes morir ahora; no tu cuerpo, sino tú que tratas de imaginar la vida.

Cuando este proceso de morir empieza, el maestro aparece en persona. Él aparece para instruirte y particularmente para darte la fortaleza para mantenerte firme frente a los halagos, el sentido común indiscutible, la superioridad moral y la vehemencia del mundo psíquico (dentro de ti) y en quienes adhieren al mundo psíquico (a tu alrededor). El maestro hace esto reafirmando, como ningún otro puede hacerlo, la realidad de lo que estás haciendo y de lo que está ocurriendo en ti. Ya que no sabrás esto tú mismo; y al querer o intentar saber, dudarás. La duda es la fruta amarga auto-creada de toda proyección psíquica. Pero yo, la consciencia del maestro, te sostendré hasta que yo esté suficientemente fuerte en ti; o hasta que tú estés suficientemente débil para conocerte a ti mismo y ser lo que yo soy.

Los viejos amigos se alejarán y estarás cada vez más solo. Habrá menos con quien hablar, menos que escucharán. Pero no temas. Estar solo no es soledad. Estar solo en tu amor, tu Dios, tu vida es tu destino; un destino que es ahora, no mañana.

Mirando hacia atrás hacia lo que has sido y dejado atrás, empezarás a percibir cada vez más claramente la manera en que yo enseño y la verdad de lo que digo de los caminos espirituales y de como funcionan las enseñanzas psíquicas.

Debes saber que lo yo digo no puede ser recordado. La mente humana solo retiene las partes que le convienen a sus inclinaciones. Lo que estoy diciendo de las enseñanzas psíquicas tiene que ser leído una y otra vez, por entero, de manera fresca cada vez, para que toda su verdad sea percibida. Si intentas pensar en esto lo que sea que pienses será parcial o tendencioso; entonces lo percibirás de forma equivocada y te confundirás.

Un ahora impensable caracteriza el conocimiento del maestro y toda verdad espiritual.