La iluminación espiritual

La Mente es el obstáculo del Amor

EL AMOR Y LA MENTE

La mente es una estructura que cree amar, y el amor no es estructurado.

El amor primero tiene que suceder en el núcleo más profundo de tu ser. Es la cualidad de estar solo, felizmente solo, gozosamente solo. Es la cualidad de ser sin mente, de estar en silencio. La consciencia sin contenido es el espacio, el contexto en el cual el amor surge en ti.

Y el milagro es, que si meditas y poco a poco sales del ego, fuera de tu personalidad y te das cuenta de tu ser real, el amor vendrá por sí mismo. No tienes que hacer nada, es un florecimiento espontáneo. Pero florecerá solo en cierto clima, y a ese clima lo llamo meditación. En el clima de silencio, de no-mente, sin perturbación interna, de absoluta claridad, paz y silencio, de repente verás que miles de flores se han abierto dentro de ti y su fragancia es amor.

Veamos que nos enseña Jiddu Krishnamurti sobre la mente y el amor...

EL AMOR Y LA VERDAD

Bajo cada piedra y cada hoja existe lo eterno.

Lo que trae comprensión es el amor. Cuando el corazón está lleno, entonces escuchamos al profesor, al mendigo, la risa de los niños, el arco iris y el sufrimiento del ser humano. Bajo cada piedra y cada hoja existe lo eterno. Pero no sabemos cómo mirarlo. Nuestras mentes y corazones están llenos de cosas diferentes a la comprensión de lo que es. El amor y la compasión, la bondad y la generosidad no causan enemistad. Cuando uno ama, está muy cercano a la verdad, porque el amor genera sensibilidad, vulnerabilidad. Aquello que es sensible es capaz de renovarse. Entonces surge la verdad. No puede surgir si la mente y el corazón están cargados con el peso de la ignorancia y la animosidad.

EL AMOR NO ES MENTAL

Cuando las cosas de la mente no llenan nuestro corazón...

Cuando las cosas de la mente no llenan nuestro corazón, entonces hay amor; y el amor por sí solo, puede transformar la locura e insensatez actual del mundo, ningún sistema ni teoría, sea de derechas o izquierdas, puede hacerlo. Uno, realmente ama cuando no posee, cuando no es envidioso, cuando no es codicioso, cuando es respetuoso, cuando es misericordioso y compasivo, cuando tiene consideración por su esposa, sus hijos, vecinos y desafortunados sirvientes.

El amor no es del pensamiento, no puede cultivarse, no se puede practicar. Practicar del amor, practicar la hermandad sigue estando en el campo de la mente, y por tanto, no es amor. Cuando todo esto termina, entonces surge el amor, en ese momento conocerá lo qué es el amor.

EL AMOR NO ES UN SENTIMIENTO

Como es obvio, el amor no es un sentimiento.

Ser sentimental, ser emocional no es amar, porque el sentimentalismo y la emoción son simples sensaciones. Una persona religiosa que llora por Jesús o Krishna, por su gurú o por alguien más, simplemente es sentimental, emocional, se satisface con la sensación, lo cual es un proceso del pensamiento, y el pensamiento no es amor. El pensamiento es el resultado de la sensación, así una persona sentimental, emotiva, no puede conocer el amor. Y ¿acaso no somos emotivos y sentimentales? El sentimentalismo, el emocionalismo, solo es una forma de auto-engrandecimiento. Es evidente que estar lleno de emociones no es amor, porque la persona sentimental puede ser cruel si sus sentimientos no son correspondidos, si sus sentimientos no tienen salida. Una persona emocional puede ser arrastrada hacia el odio, la guerra, la masacre.

La persona sentimental, llena de lágrimas por su religión, sin duda, no siente amor.

¿ES EL PERDÓN AMOR?

¿Qué está implicado en el perdón?

Usted me insulta y me resisto, lo recuerdo, y entonces a través de la compulsión o del arrepentimiento digo: Le perdono; primero retengo y luego rechazo. ¿Qué significa eso? Significa que sigo siendo el eje central, es el yo que perdona. Mientras exista esa actitud de perdonar, es el yo quien es importante, no la persona que supuestamente me ha insultado. Así cuando acumulo ese resentimiento, lo cual llaman perdón, eso no es amor. Es evidente que un hombre que ama no tiene animosidad y es indiferente a todas estas cosas. La lástima, el perdón, la relación con el afán posesivo, los celos y el miedo, todas estas cosas no son amor, todas ellas son cosas de la mente, ¿no es cierto?

LA MENTE QUE ES UN OBSTÁCULO

El verdadero problema es la mente misma

Me parece que el verdadero problema es la mente misma y no ese problema que la mente ha creado y trata de solucionar. Si la mente es miserable, mezquina, pequeña, limitada, por más grande y complejo que sea el problema, esa mente lo afrontará en base a su mezquindad. Si tengo una mente pequeña y pienso en Dios, ese Dios que pienso será pequeño por mucho que lo disfrace de grandeza, belleza, sabiduría, etc.

Sucede lo mismo con el problema de la existencia, del abuso, del amor, del sexo, de la relación, de la muerte. Todos son problemas enormes y los afrontamos con una mente pequeña, tratamos de resolverlos con una mente limitada. Aunque tiene unas capacidades extraordinarias y es capaz de inventar, de pensar con astucia y sutilmente, la mente sigue siendo muy pequeña. Puede citar a Marx, el Guita o cualquier otro libro religioso, pero sigue siendo una mente pequeña. Y una mente pequeña que afronta un problema complejo solo puede crearse a sí misma un nuevo problema. Así, el problema y la desdicha van aumentando. De modo que preguntamos, ¿puede una mente pequeña y estrecha transformarse en algo que no esté limitado por su propia limitación?

LA MENTE RELIGIOSA

La espiritualidad es algo por completo diferente a una mente que cree en la religión.

Uno no puede ser religioso y sin embargo, ser hindú, musulmán, cristiano o budista. Una mente religiosa no busca en absoluto, no puede experimentar con la verdad, no tiene la capacidad de amar. La verdad no la dicta el placer o dolor de uno, o su condicionamiento como hindú, o cualquier religión a la que pertenezca. La espiritualidad es un estado de la mente en el cual no hay miedo, y por tanto, ninguna creencia en absoluto, tan solo lo que es. Lo que realmente es.

LA MENTE CREYENTE

Nosotros creamos aquello que llamamos Dios.

Actualmente, cuando externamente cada vez hay más inseguridad, existe sin duda un ansia de seguridad interna. Como no encontramos seguridad en lo externo, la buscamos en una idea, en el pensamiento, y así creamos lo que llamamos Dios, y ese concepto se convierte en nuestra seguridad. Pero una mente que busca seguridad de ninguna forma puede encontrar lo real, lo verdadero. Para comprender aquello que está más allá del tiempo, las fabricaciones del pensamiento deben cesar. El pensamiento no puede existir sin palabras, símbolos, imágenes, y solo cuando la mente está quieta, libre de sus propias creaciones, existe la posibilidad de descubrir lo que es real. Así, el mero preguntar si Dios existe o no existe es una respuesta inmadura al problema, ¿verdad? Y formular opiniones sobre Dios es algo realmente infantil.

LA MENTE QUE NO ES OBSTÁCULO

La mente sagrada es la esencia de la espiritualidad.

Un gran río puede contaminarse mientras pasa por una ciudad, pero, si la contaminación no es muy grande, el río se limpia mientras va avanzando, y al cabo de unas cuantas millas vuelve a estar limpio, fresco, puro. Del mismo modo, cuando la mente encuentra lo sagrado, entonces cada acto es purificador. A través de su mismo movimiento, la mente se hace inocente a sí misma, y por tanto no acumula. Una mente que ha descubierto lo sagrado está en constante revolución; no la revolución económica o social, sino una revolución interna a través de la cual constantemente se purifica a sí misma. Su acción no está basada en una idea o fórmula. De la misma forma que el río, con un enorme volumen de agua detrás de él, se limpia mientras fluye, la mente se limpia a sí misma cuando ha encontrado lo espiritual y sagrado.

LA MENTE QUE VE LA VERDAD

La mente que está más allá de las invenciones y de los trucos.

La búsqueda del Amor, de la verdad, el sentimiento de ser completamente bueno, no la cultivación de la bondad, de la humildad, sino la búsqueda de algo que está más allá de las invenciones y los trucos de la mente, lo que significa tener un sentimiento por ese algo, vivir en ello, ser ello, es la verdadera espiritualidad. Pero uno lo puede hacer solo cuando deja el charco que ha cavado para sí mismo y se adentra en el río de la vida. Entonces la vida tiene una forma asombrosa de cuidar de uno, porque uno no se cuida de sí mismo. La vida le lleva donde sea, porque uno es parte de ella.

LA MENTE QUE VE EL AMOR

El impulso para descubrir qué es el Amor.

El impulso para descubrir qué es la verdad, qué es el Amor, es el único impulso real, y todos los otros impulsos son secundarios. Cuando tiramos una piedra en un agua tranquila, hace círculos expansivos. Esos círculos expansivos son los movimientos secundarios, las reacciones sociales, pero el movimiento real está en el centro; es el movimiento para encontrar la felicidad, el Amor, la verdad.

¿QUÉ ES EL AMOR?

Cuando uno niega todo lo que no es amor surge el amor.

No se trata de debatir teorías sobre lo que debería ser el amor sino de observar eso que llamamos amor, cuando decimos amo a mi esposa. No sé qué es el amor y dudo que usted sienta amor en absoluto. ¿Sabe lo que significa amar? ¿Es el amor placer? ¿Es el amor celos? ¿Puede un hombre ambicioso amar? Es posible que duerma con su esposa, que engendre hijos, que luche para convertirse en una persona importante en la política, en el mundo de los negocios o incluso en el mundo religioso donde quiere llegar a ser santo, donde quiere llegar a no tener ningún deseo, pero todo esto es parte de la ambición, de la agresividad, del deseo. ¿Puede un hombre competitivo amar? Todos ustedes son competitivos, ¿verdad? Desean tener un mejor trabajo, una mejor posición, una casa mejor, ideas más nobles, una mejor imagen de sí mismo, una imagen perfecta, ya conocen todo eso, pero ¿es eso amor? ¿Es posible amar si uno está inmerso en esa tiranía, si domina a su esposa o esposo, a sus hijos? Si busca poder, ¿puede amar? Así, cuando uno niega todo lo que no es amor surge el amor; ¿entiende, señor? Tiene que negar todo lo que no es amor, o sea, la ambición, la competitividad, la agresividad, la violencia, tanto en sus palabras como en sus actos y pensamientos. Si niega lo que no es amor, entonces conocerá lo que es amor.

La libertad que es amor solo esta en una mente libre de todo esfuerzo. No en la que se esfuerza para tratar aprender a amar, no en la que tratar de practicar el amor.

Jiddu Krishnamurti