La iluminación espiritual

El juicio con una simple moraleja

POR: DESPERTAR CONSCIENCIA

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AUTORREALIZACIÓN ESPIRITUAL

  1. Nuestra vida terrenal empieza desde que somos concebidos en el vientre de nuestra madre y termina cuando nosotros morimos en el plano físico.
  2. Todos algún día moriremos, ninguno de nosotros se liberara de la muerte, es algo incuestionable, somos mortales, la muerte es el fin de nuestra vida terrenal.
  3. La muerte pone fin a la vida de las personas, en ese momento finaliza el tiempo que tenía cada persona para aceptar o rechazar con acciones su verdadero propósito.
  4. Es decir, solamente en la vida terrenal es cuando tenemos la opción de elegir hacer la voluntad de Dios en la vida realizando nuestro verdadera misión, antes de expirar.
  5. Dios quiere que todos lleguemos a la autorrealización espiritual, pero habiéndonos creado con libre albedrio, él respeta la decisión individual de cada ser humano.
  6. Por tanto, es el hombre mismo quien, con plena autonomía, decide con acciones estar en sintonía con Dios o excluirse voluntariamente de una comunión con Dios.
  7. Dios sabe todas las intenciones, pensamientos, palabras y acciones en el transcurso de la vida de cada persona y en el juicio no hay nada oculto que no haya de revelarse.
  8. En su juicio, Dios con su sabiduría infinita medirá nuestras acciones según se adaptaron a su voluntad divina, teniendo en cuenta los dones que cada uno ha recibido.
  9. En el juicio final saldrán a la luz pública las obras buenas y malas de cada persona con sus consecuencias, incluidas las omisiones u obras que se dejaron de hacer.
  10. El juicio final consistirá en la sentencia de vida bienaventurada o de condena eterna que Dios realizará como juez de cada alma en particular.
  11. Dios cara a cara emitirá juicio respecto de los justos y de los pecadores, este juicio de retribución es inmediato en el momento de la muerte.
  12. Las personas que hicieron la voluntad de Dios recibirán el honor público por sus acciones y sus pecados confesados con anterioridad ya no tendrán importancia.
  13. Los condenados que eligieron el camino contrario de sabiduría y compasión de Dios, sufrirán la confusión y deshonra pública que merece su obstinación.
  14. Tras del juicio final, el cuerpo resucitado participará de la retribución que recibirá de Dios a cada alma inmortal ha recibido en el juicio particular.

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