Un niño se desplazaba en burro de un pueblo a otro y a su lado caminaban su madre y su abuelo. La gente que los veía murmuraba:
"¡No le da vergüenza a ese niño! Viaja cómodamente mientras la mujer y el viejo tienen que ir a pie. El viejo los escuchó, les dio la razón, apeó al niño y cedió el puesto a la señora.
En el poblado siguiente la gente murmuraba: "Qué mujer tan desvergonzada. Viaja cómodamente mientras el pobre viejo y el niño andan a pie".
Se bajó la mujer, subió el viejo al burro y continuaron su viaje.
En el poblado siguiente, la gente decía: ¡Qué tontos! "Con ese burro tan grande, todos podían ir en él".
Subieron los tres al animal y a mitad de camino el animal, agobiado por el peso, perdió el equilibrio y rodó por una cañada.
Una mujer musulmana comenta: Un caso real pasó en una boda.
Me contó mi madre hace tiempo que un señor hizo una boda de lujo; era tan rico que además de ofrecer lo mejor en comida, palacio de bodas, etc., regaló a cada uno de los invitados un colgante con forma de mano en oro y salieron algunos invitados diciendo:
"Pues habría sido mejor que nos diera dinero".
Otros dijeron: "Ni que estuviéramos mendigando para que nos hubiera regalado eso".
Hagas lo que hagas, siempre habrá quienes simplemente hablarán.
POEMA
Me reí y dijeron: ¿Acaso no tienes decencia? Lloré y dijeron ¿Porqué no sonríes? Sonreí y dijeron: una sonrisa hipócrita. Fruncí y dijeron: se hizo evidente lo que escondía. Me callé y dijeron: es débil de lengua. Hablé y dijeron: demasiado hablador. Actué con buen juicio y dijeron: obra de un cobarde, si realmente pudiera se vengaría. Me hice el valiente y dijeron: acto de locura, no se atrevería si hubiese sido justo. Si digo NO dicen que soy anómalo, Si estoy de acuerdo con ellos me acusan de imitador.
Y me cercioré de que por mucho que busque complacer a la gente, no me libraré de sus críticas.