hildegarda de bingen
El fuego del Espíritu Santo y la humildad llevan a la perfección las virtudes fecundas en el habitáculo que la sabiduría ha elegido para morada.
hildegarda de bingen
El hombre se fortifica con el fuego del Espíritu Santo uniéndose a Dios en el amoroso deseo del alma y se debilita por la inercia del error y la negligencia.