11 - Afirmo con confianza que, independientemente de nuestras creencias, estilo o fondo, todos entramos con la meditación en la zona de conexión.
12 - La tranquilidad espiritual no es apatía, ni ejercicio de relajación, ni un estado de onda cerebral. Surge de una forma profunda y sabia de ver la vida.
13 - No es de extrañar que haya un instinto humano natural para meditar. Además, nos sentimos conectados con el hermoso misterio de toda existencia.